Los conflictos que experimentan los pueblos indígenas difieren de las tendencias de otros conflictos. La promoción y respeto de los derechos y el acceso a la justicia de los pueblos indígenas en tiempos de conflicto y postconflicto son indispensables para construir la paz, la reconciliación y la reconstrucción de la armonía en las sociedades postconflicto. La militarización, la supresión de las garantías constitucionales, los derechos territoriales y los derechos colectivos que se han impuesto en el territorio mapuche determinan la necesidad de identificar estrategias para asegurar la paz.
Una oleada de protestas ciudadanas recorre este otoño el mundo. No se asemejan, como en los años que siguieron a la crisis de 2008, a los movimientos de indignación por los daños colaterales del tsunami financiero que precipitó a la quiebra a una lista extraordinaria de naciones, que ha destruido a la mayor parte de la clase media o que ha ensanchado la brecha de desigualdad en el reparto de la riqueza entre ricos y pobres. Chile; unas protestas que se han saldado con 23 muertos y más de 1.300 heridos, casi 4.464 manifestantes detenidos y 57 policías heridos. La lucha prosigue.
Tras medio mes de protestas antigubernamentales, en Chile se han contabilizado oficialmente 23 muertos y más de 1.300 heridos, la Cruz Roja estima que son al menos 2.500 y reclama mayor dotación de insumos para atender a quienes ingresan en sus instalaciones. En su última actualización, 4 noviembre hasta las 12:00 horas del lunes, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile informó que hay 4.464 personas detenidas y 1.659 heridas en hospitales por disparos de bala, perdigones, arma de fuego y balines, de las cuales 160 sufren lesiones oculares.
Para Rigoberta ha fallado el manejo de crisis desde el gobierno. "Hay cosas que realmente nos impactan; cuando el sistema debería estar preparado para ser más transparente y mostrar la tragedia, para que no quede la sensación social que el ocultamiento de la verdad sea lo primero que encontramos", dijo.
Juan Enrique Blümel es derecha por familia directa y mapuche por su bisabuela paterna, Rosa Ancán, hija y nieta de líderes históricos de Boroa que lucharon en la ?Pacificación? de la Araucanía, que huyó junto a su amante alemán, el misionero Santiago Blümel, por la incomprensión y los estragos que había dejado la guerra. Aquí, el bisnieto revive esta historia de amor secreta y explica cómo descubrirla lo ha llevado a un ?proceso de mapuchización? de su propia identidad. También despliega sus ideas políticas sobre el liberalismo mapuche, analiza el voto de Evopoli en la región (donde tienen dos senadores y dos diputados, la mitad de su plantel legislativo) y opina sobre Alfredo Moreno, el ministro interétnico del gobierno que se quedó, según afirma Blümel, sin escenario político donde moverse.
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