Hablamos desde Nuestra América, desde Wallmapu en un Estado nombrado Chile. Nos manifestamos desde un territorio arrasado material y emocionalmente por la Violencia de Estado contra los pueblos originarios y que a partir del Golpe militar de 1973 -resultado de la sedición imperialista de EE.UU.´-, hasta la fecha, ha perfeccionado sus mecanismos económicos y represivos destinados a proteger los intereses y privilegios de los grupos dominantes criollos, racistas y patriarcales

El Estado que tenemos es consecuencia de un plan sedicioso del Imperialismo que se ensañó con el cono Sur y con toda la América Latina progresista de los años 60 y 70 para bloquear el avance de sus fuerzas revolucionarias. Coherentes con este legado del saqueo, los Gobiernos de turno de la Post Dictadura han manipulado y reprimido para sostener su gobernabilidad y acceder a la concentración de la riqueza. Sus manejos han sido y son abusivos y violatorios de los “Derechos Humanos” y de los “Derechos” de las Humanas.

Este Estado burla a las mujeres que buscan a sus hijas e hijos desaparecidos por la violencia de Estado, les miente a las que quieren Justicia para las ejecutadas y ejecutados políticos, maltrata a mujeres y hombres sobrevivientes de la Lucha antidictatorial; juzga a las mujeres que buscan a sus hijas desaparecidas desde contextos de pobreza y marginalidad y a las que se defienden de la violencia machista; humilla a las mujeres migrantes, discrimina a las lesbianas, niega a las mujeres transgénero; persigue y violenta sexualmente a las dirigentas estudiantiles que reclaman educación pública, gratuita y de calidad, descalifica a las mujeres que demandan aborto libre y maternidad voluntaria sin maltrato institucional; agrede y mata a las mujeres mapuche que defienden sus territorios y los recursos de todos y todas, del robo empresarial del que también ha llegado a hacerse parte este mismo Estado.

Somos sobrevivientes de Violencia Política Sexual, llevamos en la memoria a las detenidas desaparecidas y ejecutadas de la Dictadura y a las rebeldes de la Post Dictadura:

- Norma Vergara Cáceres asesinada a los 27 años por el ESTADO DE CHILE el 26 de marzo de 1993, en pleno Gobierno de PATRICIO AYLWIN AZÓCAR. Ella había luchado desde los 80 y en los 90 no aceptó el reacomodo burgués en forma de “democracia protegida”. Era militante de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro, luchadora anticapitalista, fue ultimada por la DIPOLCAR, de una bala en el pecho disparada por sorpresa negándole así toda posibilidad de autodefensa.

- Claudia López Benaiges de 26 años, luchadora anarquista, estudiante y poeta, que el 11 de septiembre de 1998 en pleno Gobierno de EDUARDO FREI RUIZ-TAGLE fue asesinada por las fuerzas policiales del Estado chileno de un balazo en la espalda mientras participaba de la conmemoración y protesta del Once en la población La Pincoya.

- Agustina Huenupe Pavián, dirigenta Pewenche de 32 años asesinada el 14 de julio de 2002 en pleno gobierno de RICARDO LAGOS ESCOBAR cuando su comunidad, Kauñiku en el Alto Bio Bio estaba en proceso de recuperación de territorio. Los particulares ESQUERRÉ, POBLETE Y PULGAR les habían amenazado. 90 Hombres atacaron a la comunidad de 20 personas ante la completa indiferencia policial; asesinaron al hermano de Agustina, José Mauricio, hirieron a niños, niñas, ñañas y ancianos, y mataron a Agustina ensañándose con su cuerpo: la defecaron y le cercenaron los senos como un símbolo de la Violencia Política Sexual que ellos acostumbran a usar con las mujeres en rebeldía al Patriarcado y su Cultura del saqueo.

Dentro del contexto de Violencia Estructural contra las Mujeres, la Violencia Política Sexual es una manifestación de la violencia institucional que conlleva elementos de tipo sexual y de género, constituyendo una forma de venganza y una metodología del terrorismo de Estado de forma organizada, planificada y sistemática para aniquilar a las mujeres que se rebelan y lograr la sumisión y el control de quienes son consideradas como el pilar fundamental de la estructura social patriarcal.
Sin embargo acá estamos, sobreviviendo. Somos sujetos activos, creemos en la autodefensa, en la contrainsurgencia y en la autonomía política de las mujeres.
Respondemos a la violencia como Luisa Toledo Sepúlveda, cuyos hijos Rafael, Eduardo y Pablo Vergara Toledo fueron asesinados por la Dictadura y cuya nieta Tamara Sol Farías, se encuentra hoy encarcelada.

Confrontamos al Estado que nos castiga como la Lonko Juana Calfunao que en el Gobierno de Ricardo Lagos Escobar, el año 2000 abortó por los golpes de Carabineros, que en el mismo gobierno en 2005 fue allanada y detenida con su hermana Luisa y que en el primer Gobierno deMichelle Bachelet Jeria, en 2007 fue encarcelada y su hermana Luisa encadenada en el Centro de reclusión femenino de Temuco.

Nos rebelamos activamente como Patricia Troncoso Robles, la Chepa, quien estuvo 100 días en huelga de hambre ante la indiferencia de la presidenta Michele Bachelet Jeria, cuyo gobierno por esos días –y como cada año- publicitaba una “Campaña contra la Violencia hacia las mujeres”, al parecer, sin contabilizar a la huelguista en esa categoría.

Clamamos justicia como Mónica Quezada y Catalina Catrileo, luchadoras, madre y hermana del joven mapuche Matías Catrileo Quezada muerto a manos del carabinero WALTER RAMÍREZ en pleno Gobierno -otra vez- de Michelle Bachelet Jeria.

Tenemos memoria, no olvidamos la persecución a Flora Pavez Tobar, luchadora contra la Dictadura y presa política por segunda vez bajo el Gobierno de Patricio Aylwin Azócar, esposada, engrillada y detenida violentamente en 1993 por doce hombres de Investigaciones de Chile. No olvidamos la lucha de Marcela Rodríguez Valdivieso quien aseguró en su petición de indulto presidencial que “el reemplazo de la dictadura militar por un gobierno civil solo cambió algunas cosas...”, más no la estructura violenta del neoliberalismo. La “democracia” la juzgó por medio de tribunales militares, la exilió de Chile y Gendarmería nunca le permitió tratamiento médico por lo que Marcela quedó en una silla de ruedas de por vida.

Las sobrevivientes no olvidamos ni perdonamos los abusos sexuales de agentes del Estado a mujeres jóvenes y adolescentes -nuestras hijas, hermanas, compañeras y amigas- luchadoras del movimiento estudiantil desde la primera revolución pingüina hasta hoy, y denunciamos que todo esto es Violencia Política Sexual y Violación de los Derechos de las Humanas. Sabemos que los agentes del Estado se ensañan con nuestros cuerpos porque les temen a nuestras ideas de libertad, autonomía y alegría, y aborrecen la Historia Política que hemos construido. Odian la memoria porque los devela al mundo como los sostenedores de una estructura que defiende a la burguesía dominante, a la Clase empresarial y que engendra una Clase Política inepta y cínica que ha asumido pactos de silencio para tener a los Violadores de los Derechos Humanos de su lado.

Las sobrevivientes fuimos y somos habitantes de este territorio, mapuche, mestizas, migrantes, militantes, estudiantes, trabajadoras, obreras, profesionales, políticas, lesbianas, adolescentes, jóvenes, adultas de todas las edades, que llegamos a la lucha contra la Dictadura y contra el Capitalismo desde nuestra propia convicción. Somos sobrevivientes en resistencia y rebeldía a la dominación y al control patriarcal de los cuerpos de las mujeres y de los territorios, y nos manifestamos por la defensa de la memoria a 67 años de la proclamación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” en París, Europa Occidental.
Hablamos desde Nuestra América, desde el Sur, desde Wallmapu y denunciamos la Violencia Política Sexual como una violación específica de los Derechos Humanos de las mujeres por parte de agentes del Estado.

Parafraseando a Aracely Romo Alvarez, elegimos dolor y alegría y quisimos dar la vida a cambio de un vuelco completo.
¡Con Claudia López Benaiges en la memoria, “porque ninguna cadena será perpetua” y “estos óvulos subversivos y amurallados” parirán aún más barricadas!

¡¡¡A recuperar la Casa de Tortura “Venda Sexy” para las Mujeres!!!

Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes
10 de Diciembre de 2015
Santiago de Chile