El futuro de los pueblos indígenas depende de su inclusión en todos los procesos que afectan sus vidas. El derecho a la libre determinación afianza la creación y consolidación de autogobiernos y autonomías indígenas, así como asegura que los derechos territoriales sean respetados. El control territorial es un ejercicio de la libre determinación y participación activa del pueblo mapuche en el diálogo con autoridades nacionales y mecanismos internacionales de derechos humanos.
Una Comisión que surge en medio de la militarización del Wallmapu, y que reúne posiciones y materiales de información de los territorios bajo estas circunstancias, no cumple ni los más mínimo estándares de respeto a los DDHH en materia internacional.
Mientras exista militarización y presos políticos mapuche no es posible siquiera iniciar diálogos que conduzcan a acuerdos.
Seamos claros, esta Comisión no representa los objetivos políticos de nuestra organización y del movimiento mapuche autonomista que está activo en los procesos de recuperación territorial. Nuestra política sigue siendo la reconstrucción nacional y la liberación del Wallmapu, objetivos que, una vez más, no son entendidos ni abordados por la clase política chilena y todos sus sectores afines.
Desde un inicio sostuvimos que está Comisión estaba condenada al fracaso, puesto que, más que representar las demandas de las comunidades y agrupaciones que luchan por sus tierras, encarna los intereses del gran empresariado y del latifundio que se encubren hoy en falsos discursos de paz y bienestar social. Son estos sectores los que buscan legitimar su propia concepción de “paz y entendimiento”, que no es más que un nuevo artilugio para asegurar las mejores condiciones para incrementar y acumular sus ganancias en nuestra territorialidad ancestral. Por lo mismo es que, esta Comisión también funciona como un instrumento político y mediático al intentar excluir al movimiento mapuche autonomista, y para afirmar públicamente que los intereses del Estado y del gran capital están bajo amenaza, imponen sus reglas y su forma de hacer política en los sectores mapuche institucionales. De hecho, solo han tenido voz los sectores cooptados y funcionales.
Sumado a lo anterior, es importante subrayar que una Comisión que nace, sesiona y concluye en medio de un Estado de Excepción activo sobre aquel territorio objeto de la misma, no tiene legitimidad. Quieren “hacer política”, aunque el término les quede grande, con la pistola sobre la mesa y los milicos sitiando comunidades. Exhibiendo con estas “proclamadas prácticas democráticas”, un gran contrasentido.
Una Comisión que surge en medio de la militarización del Wallmapu, y que reúne posiciones y materiales de información de los territorios bajo estas circunstancias, no cumple ni los más mínimo estándares de respeto a los DDHH en materia internacional. A la vez, es una Comisión que ha operado desde sus inicios bajo un patrón neoindigenista, porque no se consultó a las comunidades mapuche, ni quiénes serían sus representantes, ni cuales son los temas centrales, ni cómo deberían ser las formas de resolución de estos. Esta lógica verticalista y tutelar es heredera de los más viejos sistemas políticos coloniales, donde la representación paternalista fue impuesta a sangre y fuego. Lo cierto es que esta lógica impide que los pueblos originarios tengan el derecho a decidir sobre su realidad, mientras otros, poderosos y nobles, lo hacían por ellos. Hoy se repite el formato colonial y racista del Estado capitalista chileno.
Ante esta realidad, que ha permeado por decenas de años los mecanismos con que el Estado de Chile trata la “cuestión indígena”, es que el movimiento mapuche autonomista surge con fuerza, a partir de los años 90, con su propia política, hablando y haciendo por nosotros mismos, sin que otros nos suplanten o nos representen. Pero hoy nuevamente esta situación fue desconocida -a propósito- por los iluminados progresistas que están detrás de la Comisión. Y lo más paradojal es que quienes sí tienen voz son los representantes de la clase política y del empresariado anti mapuche.
Son quienes por tres décadas piensan que el histórico conflicto sostenido entre comunidades movilizadas, el Estado y los representantes del capital en el Wallmapu se soluciona con persecución, criminalización, montajes, juicios y cárcel. Parece irrisorio que el supuesto “diálogo” por la paz, materializado con esta Comisión, incluya precisamente a los militaristas que no la quieren y que han engrosado sus bolsillos a costa de la ocupación usurpadora. Es el caso de comandos paramilitares, como el APRA, que realizan sendas operaciones políticas, más que actuar como una asociación que represente a un gremio en búsqueda de esa supuesta “paz”.
A nivel orgánico y operativo, resulta ser una Comisión construida sobre arenas movedizas, tal como lo fue la participación de mapuche en la Convención Constituyente. Por lo mismo, al no llegar a acuerdos concretos, el máximo logro es mostrar a esta Comisión en su labor de elaboración de un diagnóstico respecto de lo que ellos han denominado la recuperación de las tierras, cuestión que en el mundo mapuche no tiene absolutamente ningún sentido porque nuestro pueblo, las comunidades, tienen absolutamente claro cuáles son las reivindicaciones territoriales que nos interesan, para restablecer un diseño territorial que permita la reconstrucción de nuestro Pueblo Nación.
Con este diagnóstico, la Comisión pretende justificar que existen los mecanismos de devolución de tierra, no existiendo una propuesta concreta y precisa que determine o que haga real la devolución de los territorios. Sin embargo, constituye el “caballito de batalla” para encubrir un engaño mayúsculo, que es la imposición de las técnicas del mercadeo, con corruptelas incluidas, para reacomodar las grandes inversiones capitalistas en nuestro territorio ancestral. Un diagnóstico que se presentará como un gran objetivo, pero que no estará concluido con este gobierno. Tampoco las devoluciones territoriales que serán a largo plazo y que solo indicarán o establecerán un tipo de mecanismo, un tipo de forma para, políticamente buscar componendas y negociaciones en los futuros gobiernos.
En definitiva, esta nueva Comisión constituye una verdadera farsa, un nuevo tongo y pasará a formar un eslabón más para que la actual administración, la actual gobernanza neoliberal, proyecte un futuro gobierno que estará en manos de la ultraderecha.
Buscar la paz y entendimiento con exclusión de los que luchan es la gran interrogante, ¿cómo se puede buscar paz en un contexto de militarización y de mayor represión? Más aún, con la existencia de muchos presos políticos mapuches (PPM) que hemos venido siendo procesados y condenados sólo por representar la lucha territorial, autonomista y revolucionaria a través de ideas fuerzas y de propuestas políticas para la reconstrucción de nuestro pueblo. Nada se ha dicho de los weichafe que estamos secuestrados por el estado chileno. Porque mientras exista militarización y presos políticos mapuche no es posible siquiera iniciar diálogos que conduzcan a acuerdos.
La existencia de los PPM se da un contexto de mayor persecución y sobre la base de leyes de excepción que nos remiten a tiempos dictatoriales. En efecto, hoy hay presos políticos mapuche producto a las políticas más sofisticadas para reprimir y perseguir al movimiento autonomista, que con más fuerza hemos asumido la lucha contra el extractivismo y por la reconstrucción de nuestro pueblo, procesos sostenidos con la recuperación de los espacios territoriales, hoy de mano principalmente de las forestales.
Como antesala de la presentación de los acuerdos o los puntos de la Comisión por la Paz y el Entendimiento se viene implementado una verdadera campaña mediática en la que participan los sectores más fascistas de la derecha chilena, obviamente cubiertos por los medios de comunicación que están a su servicio, en donde se reinstala el discurso que demoniza la causa mapuche, condenando la violencia que ejercen las comunidades para la recuperación territorial. Un discurso que reinstala los conceptos de terrorismo, violencia rural, crimen organizado para deslegitimar y despolitizar la justa lucha por el territorio.
Por otra parte, se está instalando la idea de un supuesto acuerdo de devolución de tierras en que habría una descomunal cifra de dinero que se dispondrá para la reparación territorial hacia las comunidades, lo cual es parte de la farsa que ya conocemos, porque en los hechos está propuesta siempre se va diluyendo en el camino y al final termina en escuálidos recursos y en casi nula viabilidad de devolución de tierras. Lo cual es una constante bajo la legislación vigente con la participación de la CONADI, un organismo putrefacto y funcional del estado capitalista. Solo habrá dineros para reparar a los latifundistas y para engrosar las arcas de las forestales, quienes hacen el gran negocio con la especulación financiera de la compraventa de los fundos usurpados a las comunidades.
Sin duda se ha puesto en marcha una nueva operación política que intenta darle fuerza e importancia a una Comisión que no tiene en la realidad nada que ofrecer para la resolución del conflicto, porque la confrontación está instalada sobre cimientos estructurales, económicos, que implican la lucha de un pueblo originario oprimido contra un estado colonial invasor y frente a lo cual ya existe un proceso de lucha y de resistencia por la reconstrucción de la Nación mapuche.
La lucha mapuche actual es y será por territorio y autonomía para la Nación mapuche.
¡¡La lucha continúa!!
¡Amulepe taiñ weichan !
por Héctor Llaitul
Venimos a devolver el informe a todos y a cada uno de los comisionados, especialmente al senador Francisco Huenchumilla y Adolfo Millabur, entre otros, quienes en los 35 años han participado activamente en la entretención política del conflicto entre el Estado y el Pueblo Mapuche . Ambos “deben pedir perdón”.
Por otro lado, una eventual reparación al concepto de las víctimas es el mejor incentivo para aumentar la violencia, porque dará lugar a que aparezcan grupos irregulares para cometer actos de violencia y recibirán una indemnización y reparación. Este es un capítulo hasta perverso del informe.
Finalmente reiteramos el llamado a que se constituya una “Comisión para el esclarecimiento histórico Mapuche. Con un mandato claro en el tiempo y contenidos para restablecer una paz firme y duradera y no más comisiones de entretención”.
Por lo tanto:
I.- Venimos a devolver el informe a todos y a cada uno de los comisionados, especialmente al senador Francisco Huenchumilla y Adolfo Millabur, entre otros, quienes en los 35 años han participado activamente en la entretención política del conflicto entre el Estado y el Pueblo Mapuche . Ambos “deben pedir perdón”.
II.- Pedimos al presidente Gabriel Boric, si verdaderamente está comprometido con el informe que, en un plazo de 10 días hábiles modifique el reglamento de consulta indígena que vulnera nuestros derechos como a sucedido con la Ley de Biocombustible y la Ley de Biodiversidad, entre otros.
Hector Urbina Huircaleo Nelson Calfullan
Comunidad Boyeco Comunidad Panitru
Comuna de Lumaco Comuna Melipeuco
Erwin Collillanca Juan Llanca
Comunidad Anka pulli Comunidad Jose LLancao
Comuna Loncoche Comuna Vilcun
Heraldo Avendaño Cheuquel Cristian Caniupal
Curacautin
Temuco, Chile 08 de mayo 2025.
La exclusión de tratados históricos relevantes, como el de Tapihue, de procesos de diálogo y comisiones, plantea interrogantes sobre el cumplimiento del Artículo 18 de la UNDRIP, que garantiza el derecho de los Pueblos Indígenas a participar en la adopción de decisiones que afectan sus derechos a través de sus propios representantes e instituciones.
Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento. Resumen Ejecutivo
El material encontrado por Margarita Canio, de más de cien años, había permanecido guardado, inédito y sin traducir, en el Museo de Berlín.
Margarita Canio Llanquinao, académica mapuche, descubre en Berlín una serie de documentos. Son testimonios de mapuches sobrevivientes de las guerras de la Pacificación de la Araucanía (Chile) y la Campaña del Desierto (Argentina).
Es material de hace más de cien años, inédito, que no se ha traducido. Entonces, Margarita Canio Llanquinao decide, además de publicar un libro, recorrer los lugares mencionados en esos testimonios.
Margarita Canio Llanquinao
“Encontrarme con esos materiales fue algo sorprendente. Hubo personas mapuche en la época pasada que pudieron dejar su relato y su memoria. Eso no deja de emocionarme”, dice Margarita Canio.
El material encontrado por Margarita Canio, de más de cien años, había permanecido guardado, inédito y sin traducir, en el Museo de Berlín. Son testimonios en primera persona, de víctimas directas que lograron escapar, sobrevivir, tanto en Chile como en Argentina.
“Cuando revisamos el material y me tocó realizar las traducciones del manuscrito, siempre estuvo la idea de que esto no quedara solamente publicado en un libro. El destino nos llevó de alguna manera a juntarnos con Paula, la directora”, agrega.
Memoria implacable – Marichi Tukulpan
Paula Rodríguez Sickert dirige este documental que, a partir de los documentos descubiertos, hace un recorrido por los territorios mencionados en los testimonios de Katrülaf.
“La historia misma del hallazgo de los archivos ya resultaba fascinante”, sostiene Paula Rodríguez Sickert.
“Leer los testimonios, escuchar los audios y ver las fotografías de estos sobrevivientes, me resultó tremendamente conmovedor. Inmediatamente sentí que debía rescatar los testimonios de los sobrevivientes recogidos en el legado del etnólogo Robert Lehmann-Nitsche, donde se encuentran las claves del conflicto que se vive en la actualidad entre el pueblo mapuche y el Estado-nación chileno”, finaliza.
Memoria implacable – Marichi Tukulpan “revela los únicos testimonios en primera persona existentes del despojo territorial mapuche en Chile y Argentina”. El documental busca que los espectadores puedan vivenciar “la manera en que las personas mapuche vivieron las atrocidades cometidas durante las campañas militares, desde las voces de sus propios sobrevivientes.”
Festivales
Memoria implacable ha estado en festivales de cine por Estados Unidos, Bélgica, Francia, Inglaterra, entre otros. Obtuvo una Mención honrosa en el Festival Internacional de Documentales de Irán, y el Premio a Mejor Guion/Investigación en el Festival de Cine Chileno (FECICH).
Paula Rodríguez Sickert
Cineasta, estudió Arquitectura en la Hochschule der Künste (1992) y Dirección de Cine y Televisión en la Deutsche Film-und Fernsehakademie en Berlín (2002). Ha realizado documentales sobre temas sociales y culturales, como Volver a vernos (2002), Isabel Allende (2007) y Jaar: El lamento de las imágenes (2017).
El documental estará en cines y salas independientes de Arica a Punta Arenas desde el 29 de mayo de 2025, a través de Miradoc.
Memoria implacable, de Paula Rodríguez Sickert, Miradoc
Memoria implacable
Dirección: Paula Rodríguez Sickert
Producción: Paola Castillo Villagrán y Gema Juárez Allen
Dirección de fotografía: Cristian Soto
Montaje: Titi Viera-Gallo
Asistente de dirección e investigadora: Loreto Contreras
Asesores del proyecto: Margarita Canio Llanquinao y Gabriel Pozo Menares
Dirección de sonido: Martín Scaglia y Guido Berenblum
Sonido directo: Marta Luciana Sanhueza y Romina Cano
Música: Ezequiel Menalled
Casas productoras: Errante Producciones (Chile) y Gema Films (Argentina)
País: Chile y Argentina
Año: 2024
Duración: 93 mins.
Más información
Por: Luis Gallardo
Fuente: