A nivel global, los pueblos indígenas son reconocidos como protectores del medio ambiente. En el pueblo mapuche, las actividades de las industrias extractivas, la construcción de represas, la minería y las plantaciones de monocultivos tienen consecuencias devastadoras para el sistema de vida de las comunidades. Durante décadas, los mapuche protectores del medio ambiente se han opuesto, desactivado y en muchos casos detenido estos proyectos.
Las provincias patagónicas y el gobierno de Milei usan el hostigamiento contra ese pueblo para asegurar los proyectos mineros e hidrocarburíferos y la especulación inmobiliaria.
El werken de la comunidad mapuche Segundo Manuel, Paulo Purrán, difundió un comunicado y fotografías en las que se observan derrames de los que responsabiliza a la empresa petrolera Oilstone y asegura que ya denunciaron la situación, “pero todo queda igual”, ya que la compañía “cuenta con la protección del Poder Judicial y la secretaría de Ambiente de la provincia que no hace nada al respecto”.
El extractivismo y los pueblos indígenas. A nivel internacional demanda por el respeto de los detechos humanos ante la amenaza extractivista
Noemi es mi candidata a la Convención Constitucional, pues en sus ojos no hay cálculo, prevenda, amarre. Sólo el brillo de los que claman por justicia por nosotros, por los otros, por los que han sido olvidados. Y a través de este acto democrático merecen ser recordados, celebrados. ¿Cuántos, de nosotros, de ustedes, estarán representados en ese espacio democrático? Noemi es el futuro.
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La otra dimensión: la desconfianza, la sospecha según la cual todo lo que hace el poder es negativo. Hay que reconocer en primer lugar que, en este momento, el poder está desbordado. El poder está pagando el precio de años y años de falta de preparación y despreocupación.
La humanidad está viviendo -con miedo, sufrimiento y perplejidad- una experiencia inaugural. Verificando concretamente que aquella teoría del fin de la historia es una falacia. Descubriendo que la historia es, en realidad, impredecible. Nos hallamos ante una situación enigmática. Sin precedentes1. Nadie sabe interpretar y clarificar este extraño momento de tanta opacidad, cuando nuestras sociedades siguen temblando sobre sus bases como frente a un cataclismo cósmico. Y no existen señales que nos ayuden a orientarnos. Un mundo se derrumba. Cuando todo termine la vida ya no será igual.
Existe un debate en las ciencias sociales sobre si la verdad y la calidad de las instituciones de una determinada sociedad se conocen mejor en situaciones de normalidad, de funcionamiento corriente, o en situaciones excepcionales, de crisis. Tal vez ambos tipos de situación induzcan igualmente al conocimiento, pero sin duda nos permiten conocer o revelar cosas diferentes. ¿Qué conocimientos potenciales se derivan de la pandemia del coronavirus?