A nivel global, los pueblos indígenas son reconocidos como protectores del medio ambiente. En el pueblo mapuche, las actividades de las industrias extractivas, la construcción de represas, la minería y las plantaciones de monocultivos tienen consecuencias devastadoras para el sistema de vida de las comunidades. Durante décadas, los mapuche protectores del medio ambiente se han opuesto, desactivado y en muchos casos detenido estos proyectos.
El 14 de diciembre de 1989, las fuerzas democráticas chilenas vencen en las elecciones presidenciales organizadas por la ex dictadura militar de Pinochet. Con ello, inauguran un nuevo período en la historia de Chile: el de la recuperación democrática o transición a la democracia. La fuerza social que posibilitó el triunfo de la Concertación de Partidos por la Democracia[1], se construyó sobre la base de un abanico de actores sociales, donde figuraban también las minorías étnico nacionales de Chile.