Así como es universalmente aceptado que la necesidad es la madre de la ciencia, se puede argumentar que lo es también de la acción política y reivindicativa. Con el espectro del hambre y la miseria a las espaldas, y cuando las palabras, las suplicas, la espera y los votos no dan resultados, los desesperados rápidamente entienden que hay que pasar a la acción.
Si un extraño a la zona, chileno o extranjero, hubiera transitado por Lumaco el mes de diciembre, frente a las caravanas de camiones madereros custodiados por policias armados, el volar raso de helicópteros policiales, los allanamientos policiales a reducciones mapuche, las detenciones de campesinos mapuche, el control al libre transito entre Lumaco y Traiguen, fácilmente podrían haber asociado esas imágenes con los mejores tiempos de la dictadura militar. Pero paradojalmente, esas imágenes corresponden al Chile actual: al Chile democrático .Las imágenes de un Lumaco ocupado policialmente, corresponden al nuevo modus vivendi establecido por el estado-nación chileno (bajo el patrocinio del gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia, sus funcionarios y las fuerzas de la represión) en un segmento del territorio mapuche. Por qué? Esa es la pregunta que origina este artículo.
Manu militari en el conflicto de tierras en Lumaco
La primera semana de diciembre 1997, era posible leer noticias como la que sigue en la prensa chilena. "La Corporación Chilena de la Madera... se sumó a la preocupación del gobierno y denunció un verdadero 'estado de guerra' declarado por grupos indígenas..."[1]. A que se alude con la expresión "estado de guerra?" El lunes 1 de diciembre, en el camino que une la comuna de Lumaco con la comuna de Traiguen, tres camiones de la empresa Forestal Bosques Arauco fueron quemados.
El fuego sobre los camiones de la Forestal Bosques Arauco, puso un epilogo momentáneo a una situación de agitación y demanda mapuche, por restitución de tierras expoliadas. Al mismo tiempo, las llamas que consumieron los camiones de la Forestal Bosques Arauco, generaron un nuevo escenario para la confrontación por restitución de tierras expoliadas a la nación mapuche. En ese nuevo escenario, por primera vez desde el fin de la dictadura, la desesperación mapuche estallo en violencia; mientras el gobierno de la Concertación por segunda vez en un año (recordar el caso Ralco), tomaba partido del lado de los intereses de los empresarios chilenos.
El gobierno de la Concertación, de la mano de uno de sus hijos putativos (lease Intendente de la región mapuche Oscar Eltit), invocando la ley de Seguridad Interior del Estado --que faculta a su vez el uso de la ley Antiterrorista-- se querello contra campesinos mapuche de Lumaco como responsables del atentado[2]. Lo que siguió a ese hecho fueron semanas de terror para las familias mapuche de Lumaco, y de alucinación militarista de los políticos (escasas excepciones), empresarios y policias chilenos.
Durante la primera quincena del mes de diciembre, se hizo habitual hablar de "presencia de miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, y del Ejército Guerrillero Popular EGP..., en el asalto"[3]. De que "los analistas del Gobierno y la policía monitoriaban las actividades de un nuevo grupo emergente en la esfera violentista nacional."[4]. De que "[t]enemos antecedentes de que hay una infiltración concreta de ex grupos subversivos y que el acto que se cometió contra la empresa forestal fue claramente un acto 'terrorista'"[5].
Se mencionó la existencia de "un comando de indígenas subversivos infiltrados por extremistas del MIR y del Ejército Guerrillero del Pueblo"[6]. La paranoia llevo al Alcalde de Lumaco (militante de Renovación Nacional principal partido de derecha en Chile) a declarar que "[s]e ha visto personas extrañas en la comuna, quienes aparecen después de las 21 horas y circulan en vehículos que tampoco son conocidos"[7]. Se dispuso, "el traslado hacia el lugar de funcionarios pertenecientes a la Dirección de Inteligencia Policial (Dipocar) de Cautín [sin dejar de mencionar la ampliación del contingente policial] para apoyar las labores preventivas e investigar la posible ocurrencia de nuevas acciones de violencia"[8]. Se realizaron operativos tras la búsqueda de los extremistas infiltrados en, "almenos 24 comunidades indígenas cercanas a Lumaco"[9]. En resumen, se hizo un circo de una situación que con las cabezas más frías podía haber sido interpretada diferente.
Informe de la Comisión Especial de Observadores
Efectivamente, muy diferente ha sido la lectura de la situación de Lumaco, realizada por otros actores de la sociedad chilena. Mientras el show montado por el gobierno, los empresarios madereros y la policia continuaba en desarrollo, la voz disidente de reconocidos personeros chilenos, contradecía el montaje oficial. Sobre la base de informaciones recopiladas en terreno y directamente con los involucrados, la "Comisión Especial de Observadores de la Sociedad Civil para Conocer de los Hechos Ocurridos en las Comunidades Mapuche de Lumaco", concluía:
...los hechos de Lumaco son la expresión de un profundo problema que afecta a las comunidades indígenas, el que tiene por origen la situación de extrema pobreza, degradación ambiental y baja productividad de los suelos degradados que ellos [los mapuche] habitan[10].
Es sabido, desde varias décadas a la fecha[11], que la provincia de Malleco en la cual se encuentra la comuna de Lumaco, es una de las más erosionadas del país. Esto es más grave aún para las reducciones mapuche de Lumaco, pues dadas las condiciones materiales de la subsistencia mapuche allí (propiedades extremadamente pequeñas de topografía difícil), la explotación intensiva de los suelos ha terminado profundizando la degradación de los mismos.
El proceso de degradación se explica, entre otras cosas, por el arreduccionamiento mapuche y la conversión del mapuche en agricultor intensivo. En 1885 fueron entregadas 356 hectáreas a Juan Cañuleo Pinoleo y otras 40 personas; así como 180 hectáreas en 1905 a Pedro Winka Pinoleo y otras 26 personas. En el primer caso, el promedio hectárea persona correspondió a 8.9; y en el segundo a 6.9. Actualmente, y dado la natural expansión demográfica de los mapuche de Lumaco así como la reubicación de población mapuche que perdió sus tierras en otros procesos expoliatorios (reubicación en la reducción Pichiloncoyan), el promedio de hectáreas por persona ha decrecido a 3.5 en las reducciones mencionadas.
Como las tierras reduccionales correspondieron a estribaciones de la cordillera del Nawelbuta (cerros), ellas debieron ser taladas y limpiadas para habilitar campos de cultivo. La tala del bosque nativo se incremento según la necesidad de nuevos espacios para cultivo, así como debido a la fundación de nuevas familias con necesidad de tierra y fuentes energéticas (leña). Desde entonces y por casi un siglo la combinación de factores: uso constante e intensivo del recurso suelo para la producción de alimentos y el lavado del suelo por las lluvias, ha terminado agotando a las mismas y haciéndolas improductivas. Al haber sido prácticamente eliminada la vegetación natural, la retención de la capa orgánica de esas tierras (suelo) se ha visto desfavorecida. Con ello, la agricultura de subsistencia y la crianza de animales menores han ido colapsando.
Como si el cuadro anterior no fuera ya suficiente, desde la década de los '70s los fundos alrededor de esas reducciones (cuando no los mismos mapuche durante la reforma agraria) han incorporado plantaciones masivas de pino, que han terminado secando los pequeños arroyos. El pino, además, consume el agua subterránea, por lo que las reducciones han quedado desprovistas de agua. Consecuentemente, en la actualidad las 3.5 hectáreas en promedio por persona, no significan nada ni aportan mucho a la producción de alimentos para una familia mapuche en Lumaco. Dado que la erosión de los suelos ha sido catalogado como severa en esas reducciones mapuche, se estima que en promedio sólo 10% de las 3.5 hectáreas por persona son útiles de alguna forma. Las familias mapuche están sobreviviendo en una situación difícil y critica.
Acción versus demagogia
Así como es universalmente aceptado que la necesidad es la madre de la ciencia, se puede argumentar que lo es también de la acción política y reivindicativa. Con el espectro del hambre y la miseria a las espaldas, y cuando las palabras, las suplicas, la espera y los votos no dan resultados, los desesperados rápidamente entienden que hay que pasar a la acción. Y la acción ha traído como consecuencia al mapuchemapu, no solo la quema de tres camiones, sino un consenso en los campesinos mapuche de que ya no es posible esperar más.
Ni el despliegue policial en Lumaco, con su secuela de amedrentamiento y terror, ni las nuevas promesas de declarar área de desarrollo a Lumaco, han sido capaces de frenar los intentos de recuperación de tierras en los meses siguientes. Un movimiento campesino mapuche por la recuperación de las tierras ancestrales usurpadas, a comenzado a emerger de las cenizas de los camiones de la Forestal Bosques Arauco. Juan Carlos Reinao, uno de los líderes campesinos mapuche de Lumaco, después de su encarcelamiento y tortura por las fuerzas policiales --con la complicidad de las autoridades políticas chilenas-- resumía esta nueva voluntad reivindicativa como sigue:
Creo que nuestros antepasados han sufrido mucho más, y mis padres por el hecho de vivir en un terreno reducido sufren y yo no quiero sufrir como sufren ellos, es por eso que pienso que es necesario luchar y que es la única forma de decir que somos autónomos y que nos respeten de una vez por todas y por eso voy a seguir luchando[12].
En esta declaración testimonial, Juan Carlos Reinao sintetiza el drama que están sufriendo las familias mapuche de Lumaco. Ese drama se resume en la idea de que no queda nada más por hacer que no sea luchar. Al mismo tiempo, se trasluce la desesperación de no vislumbrar en el horizonte inmediato, cambios que pudieran mejorar la suerte de su grupo familiar y vecinos en su reducción. Hasta la quema de los camiones de la empresa forestal, los mapuche de Lumaco habían recurrido al organismo para asuntos indígena del gobierno (CONADI), y dejado en sus manos la búsqueda de una solución a su demanda de tierra (específicamente de los fundos en manos de las forestales). No obstante, por un plazo de 2 años sólo han recibido por respuesta de parte de los funcionarios de la CONADI: "esperen".
Pero esperar es muy distinto cuando se esta detrás de un escritorio y recibiendo un sueldo del gobierno, que cuando no se tiene nada para echarle a la olla. Por lo demás, los mapuche ya han esperado suficiente. Esperaron, y no precisamente con los brazos cruzados, la caída de la dictadura (17 años). Luego, esperaron los 4 años del primer gobierno democrático post-dictadura. Finalmente, han esperado 4 de los 6 años del presente gobierno democrático. En resumen, los mapuche han esperado 25 años sin que su situación haya mejorada en absoluto (por el contrario esta a empeorado a limites extremos). En consecuencia, los campesinos mapuche tienen bastantes razones para decir Basta! "O es que quieren que los mapuche se mueran de hambre y de sed"[13].
De otra parte, los funcionarios --chilenos o indígenas-- de la CONADI no
pueden hacer otra cosa, más que pedir "paciencia" y "esperar". Con un presupuesto aparentemente voluptuoso de 5.150.000.000 de pesos (equivalentes a 11.419.068 dólares), deben dar solución a 50 conflictos de usurpación-restitución de tierra a los mapuche. Sólo las 3.000 hectáreas que constituyen el fundo Pidenco (donde se originaron los hechos que terminaron en la quema de los camiones), de ser posible comprarlas consumiría el 46% de ese presupuesto (a 800.000 pesos la hectárea --1.773 dólares-- como el mismo director de CONADI lo plantea[14], el valor del fundo resultaría en 2.400.000.000 de pesos o el equivalente a 5.321.529 dólares).
De acuerdo a estas cifras, resolver los conflictos usurpación-restitución de tierra a los mapuche exclusivamente en Lumaco, es decir, traspasar 9.940 hectáreas en disputa a manos mapuche[15], significaría gastar aproximadamente 7.952.000.000 pesos (17.631.929 dólares). Esto equivale a decir, gastar más de lo que el presupuesto anual de CONADI materialmente permite. Ello involucraría, por supuesto, dejar olvidado cualquier otro ítem, tal como programas dirigidos a otras minorías nacionales (Aymaras, rapanuies, kawaskar), becas a estudiantes indígenas, proyectos de desarrollo, y sueldos de funcionarios. Como se ve, es fácil percibir que ha ese ritmo, dar solución a los 50 conflictos por restitución de tierras usurpadas a los mapuche en el mapuchemapu, podría demorar décadas.
Esta idea comienza a ser entendida por los campesinos mapuche. Ellos han comenzado a percibir que la política indígena de la Concertación es una farsa. Y peor aún, han comenzado a entender que esa política sólo busca ofrecer pequeños paliativos para mantener a la población mapuche quieta. La inactividad mapuche no sólo tiene consecuencia severas para los propios mapuche --que ya lucen los más altos indices de enfermedades de la pobreza (mortalidad infantil, desnutrición, tuberculosis, alcoholismo) así como las más bajas expectativas de vida según lo han expuesto los diputados Alejandro Navarro, Mario Acuña y Guido Guiraldi (quienes además han insinuado que en Chile se esta llevando a cabo un genocidio cultural y étnico contra el pueblo mapuche[16]-- sino también es altamente favorable y beneficiosas para el enriquecimiento de otros sectores sociales de la sociedad chilena.
Lumaco y la nueva religión de los políticos chilenos: el libre mercado
"la apología que algunos hacen hoy en favor de la reforma agraria, no es más que una velada forma de violencia y nos resistiremos a ella con toda nuestra fuerza y determinación, porque esa falacia destruye los ideales de paz, progreso y desarrollo que todos los agricultores y el país anhelan"[17].
Las palabras anteriores fueron pronunciadas por el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía, en el contexto de la crisis por restitución de tierras usurpadas a los mapuche. La SNA es una reconocida agrupación político-gremial de los latifundistas chilenos, y ella jugo un rol importante en el derrocamiento del gobierno del Presidente Salvador Allende al inicio de la década de los '70s. Ella estuvo involucrada por lo demás, en la represión contra los campesinos chilenos y mapuche que apoyaron la reforma agraria en Chile. La contrarreforma agraria durante la dictadura militar significó el secuestro, tortura, desaparición y muerte de alrededor de 300 mapuche en el mapuchemapu (informe Reting).
La "paz" que la SNA defiende y promueve, no sólo significa el status quo en cuanto comprar tierras para reasignar a los mapuche (que como he dicho anteriormente dado el presupuesto de la CONADI es sólo un paliativo), sino además estimular políticas que hagan desaparecer definitivamente la pequeña propiedad indígena. El senador Hernán Larraín de la Unión Demócrata Independiente (agrupación de derecha altamente solidaria de la obra de la dictadura militar) ha propuesto recientemente en el mapuchemapu, un proceso inverso a la reforma agraria, "reconstruyendo unidades de tierra para llegar a 100 o 500 hectáreas que aumenten su rentabilidad"[18].
Teodoro Rivera, diputado de Renovación Nacional en el mapuchemapu, ha argumentado en contra de la idea de comprar tierras para reasignarlas a los mapuche, diciendo que es una política errónea que incentiva las demandas mapuche. Según esta opinión, al comprar tierra para reasignarlas a los mapuche, se segrega a los mapuche impidiéndoles su integración en la sociedad nacional (sociedad chilena). Las acciones de recuperación de tierras usurpadas que se encuentran realizando las reducciones mapuche de Lumaco, han sido calificadas por Teodoro Rivera de, "una crítica al sistema económico personalizado en las forestales, como también una negación al Estado de Derecho que se vive en el país"[19].
En las opiniones anteriores radica la clave de lo que esta en juego en Lumaco. En el substrato del conflicto por restitución de tierras usurpadas en Lumaco, se vislumbra la nueva ideología que reverencian los políticos chilenos: "el libre mercado". Por desgracia, no sólo para los mapuche sino también de la gran mayoría de los chilenos, esa ideología es compartida tanto por la derecha --ex-partidaria y hereda de la obra de los militares-- como por los nuevos gobernantes. La diferencia es de matiz, pues mientras la derecha plantea liquidar la propiedad mapuche e integrar a los mapuche en el sistema económico nacional (lease obra de mano barata para la propiedad que promueven o en las ciudades), la Concertación promueve el progreso, crecimiento y desarrollo económico con equidad. Esta formula concertacionista, no es sino la expresión de una contradicción que cruza al conglomerado político que capitalizo en descontento antidictatorial y llego a ser gobierno. Allí, ideas humanista, ex-socialistas y hasta derechistas moderadas, disputan y negocian la política pública de la Concertación. No obstante, la inclinación hacia el libre mercado del gobierno es una adhesión no escondida.
La ideología del libre mercado juega hoy en Chile, un rol determinante en el establecimiento de prioridades económicas, así como en la fijación de las políticas sociales. Como las prioridades económicas están orientadas al desarrollo de ciertos rubros en los cuales Chile tiene "ventajas comparativas" respecto a otros estados naciones (producción de fruta, pesca, madera, cobre), el descuido sobre otros que no ofrecen esas ventajas comparativas (que podrían producir los mapuche comparativamente en forma ventajosa?) es evidente. El mercado laboral producto de esa ideología económica no se concibe para proveer trabajo a los chilenos, sino para beneficiar a una pequeña minoría con capacidad de producir y exportar a mercados exteriores (que para producir y exportar a bajos costos necesita mano de obra barata).
Las exclusión social es parte importante de la ideología económica de libre mercado. Por ello resulta una farsa la proposición Larraín-Rivera en cuanto a integrar a los mapuche a la sociedad nacional (sociedad de libre mercado nacional) despojándolos definitivamente de sus tierras. Si se trata de que sus tierra pasen a formar parte del latifundio en el mapuchemapu y que estas entren al negocio de la madera (sean cubiertas por plantaciones de Pino), el futuro mapuche no podría ser promisorio. Dado que las plantaciones requieren escasa obra de mano, lo que se generaría en forma inmediata sería un éxodo definitivo de mapuche a las principales ciudades de Chile. El mapuchemapu se vaciaría definitivamente de población mapuche, y no hay que pasar por alto que los mapuche son en la actualidad minoría en su propio territorio.
Ni el progreso ni el desarrollo llegarán a los mapuche vía libre mercado, porque progreso y desarrollo para los mapuche (y para toda la población chilena) son simplemente incompatible con la lógica del libre mercado. Para el libre mercado la mejor sociedad es aquella que permite a cada uno perseguir sus propios intereses privados, y alcanzar las mayores gratificaciones posible. Todo ello con la mínima intervención del Estado. Si en el camino a consumar los intereses privados y obtener gratificaciones sólo unos pocos alcanzan el éxito, mientras la mayoría vive las penas del infierno, no hay problema! Para el libre mercado así es la vida![20]
Conflicto entre particulares o conflicto nacional
Finalmente, y para cerrar este artículo originado en la situación que hoy vive el pueblo mapuche en Lumaco, quisiera agregar dos comentarios. El primero tiene que ver con la percepción de que el conflicto de Lumaco es un conflicto entre particulares. La Comisión Especial de Observadores de la Sociedad Civil contra argumentando el involucramiento del gobierno en la represión contra los mapuche de Lumaco (querella invocando la ley de Seguridad Interior del Estado) dijo: "...la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado no resulta adecuada, puesto que los hechos ocurridos nunca han puesto en peligro la seguridad del Estado. Se trata de un conflicto entre particulares...[21] Meses después, el gobierno ha hecho suyo el argumento, y lo ha usado en sus reuniones con representativos de las forestales y de la policia (aún cuando amenaza permanentemente a los mapuche con hacer respetar el "estado de derecho").
Esta tesis promueve aceptar que la justicia chilena puede resolver el conflicto, fallando a favor de una de las partes con el acatamiento de la otra. No obstante, la situación no ofrece garantías a los mapuche, ya que la justicia chilena no es garantía de fallos imparciales. La historia reciente de Chile, con acciones criminales de parte de los militares dejadas en la impunidad por la justicia chilena, argumentan en contra de la justicia chilena como garante en materia de justicia. Por lo demás, la justicia chilena tiene a sus espaldas un tristemente celebre record de fallos en contra de los mapuche y a favor de los usurpadores de tierra. El conflicto por restitución de tierras y restitución de derechos políticos a la población mapuche, debe hacerse con la participación del Estado. Ha sido el Estado chileno quien creo el problema actual en Lumaco y en el resto del mapuchemapu, consecuentemente el Estado chileno debe ser parte en la búsqueda de soluciones.
Las premisas con que algunos líderes mapuche han encausado la demanda por restitución de tierras usurpadas, parecen entonces altamente pertinentes. En atención a los antecedentes del conflicto en Lumaco es imposible soslayar lo siguiente: Primero, que todos los terrenos en disputa en el mapuchemapu son parte del territorio mapuche expoliado por el estado-nación chileno a los mapuche entre 1862 y 1883. Segundo, que las tierras en cuestión (fundo Pidenco de 3.000 hectáreas) pertenecieron al longko Winka Pinolevi (hijo de Ambrosio Pinolevi o Ambrosio Kolipi que a su vez fuera hermano del máximo longko wenteche: Lorenzo Kolipi) y fueron usurpadas por el estado-nación chileno entre 1868 y 1874. Tercero, que cuando el estado-nación chileno corrió la linea de fuertes desde el río Malleco hasta el río Lumaco y Traiguen (1868 y 1874), dicha porción del territorio mapuche fue apropiada ante si por el estado-nación chileno, y consecuentemente medida y vendida a colonos chilenos y extranjeros. Cuarto, que una vez concluida la operación de expoliación, y con el antecedente de haber entregado las mejores tierras a los colonos, en 1885 y 1905 fueron entregadas tierras en reducción a Juan Cañuleo Pinoleo y Pedro Winka.
En otras palabras, el Estado chileno es responsable de la operación usurpación y por tanto no se puede permitir que este se lave las manos respecto al problema en Lumaco (o en cualquier otra parte del mapuchemapu) o juegue un rol de arbitro en un supuesto conflicto entre particulares. El estado chileno fue el gran expoliador del territorio mapuche y por tanto es parte y causa causa de los problemas actuales.
Segundo, el "estado de derecho" al que frecuentemente hacen alusión los políticos de derecha como de la Concertación, no es sino un chiste cruel. A este chiste cruel se alude para justificar el uso de la violencia y la represión por el estado, contra quienes se atreven a levantar la voz y demandar atención del Estado. La democracia chilena esta lejos de ser democrática y creíble. Así parece que se desprende de la lectura de la alta abstención en las más recientes votaciones. Pero más aún, esa democracia no convence a nadie fuera de Chile, donde se ha seguido con estupor la noticia de que el ex dictador se ha convertido en senador vitalicio, sin que nadie le haya elegido para el cargo.
El "estado de derecho en Chile" es un bluff (invento) que los sostenedores de la dictadura han tratado de imponer y legitimar a toda costa en la población chilena. Fue la dictadura quien no sólo sepulto la democracia en Chile, sino además le impuso el libre mercado al país. Dictadura y libre mercado caminan de la mano en Chile. El autoritarismo y el libre mercado conforman un matrimonio que no cree realmente en la democracia, pero usa una fraseología aparentemente democrática y respaldada en el "derecho" (derecho y justicia por lo demás se encuentran divorciados en Chile) para disfrazar sus intenciones. Intenciones que no son otra que disfrutar de todas las ventajas posibles con costos para el resto de la población: entre ellos los mapuche. Por ello tiene razón el señor Teodoro Rivera al suponer que los mapuche cuestionan a través de su enfrentamiento con las forestales al mercado libre. La lucha por la restitución de tierras usurpadas a los mapuche en el pasado, es también una lucha contra el mercado libre y el autoritarismo, esto es, es una lucha contra el individualismo y por la democracia-descentralismo.
Notas
* 01. Angélica Venegas y Pilar Espinoza, "Gobierno Presento Requerimiento: Alarma en Sector Forestal por Atentados Indígenas". El Mercurio Diciembre 3, 1997.
* 02. El requerimiento piden sean citados a declarar Galvarino y Alfonso Reiman, de la reducción Collinque de Lumaco.
* 03. "Del Ejército Guerrillero Popular y del MIR: Investigan Acción Extremista tras Ataques de Indígenas", El Mercurio Diciembre 4, 1997.
* 04. Ministro del Interior, Carlos Figueroa, citado en "Grupos que Actúan en Lumaco Sumarían Fuerzas para Acciones en Cumbre Hemisférica: Gobiernos y Policia Siguen Pasos a Violentistas," La Tercera Diciembre 5, 1997.
* 05. "Admiten Infiltración Subversiva entre Mapuches," La Epoca en Internet II, 590 Diciembre 6, 1997.
* 06. Gobierno Estudia Eventual Aplicación: Ley Antiterrorista para Indígenas Subversivos," El Mercurio Diciembre 6, 1997.
* 07. "Intensos Patrullajes en Zona Maderera," La Tercera en Internet Diciembre 7, 1997.
* 08. "Controlan a Quienes Entran o Salen de Lumaco," La Tercera en Internet Diciembre 8, 1997.
* 09. Realizan Operativos en comunidades Mapuches," La Epoca en Internet II, 592 Diciembre 8, 1997.
* 10. La Comisión Especial de Observadores de la Sociedad Civil para Conocer de los Hechos Ocurridos en las Comunidades Mapuche de Lumaco, se constituyo a petición de la Asociación de Comunidades Mapuche de Lumaco. Ella estuvo conformada por: el presidente del Colegio de Periodistas y de la Federación de Colegios Profesionales de Chile, Senén Conejeros; el presidente del Instituto de Ecología Política, Manuel Baquedano; El rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, José Bengoa; el abogado de Derechos humanos, Nelson Caucoto; la abogada y presidenta del Comité de Derechos del Pueblo, Fabiola Letelier; el representante de la Central única de Trabajadores (CUT), Adrián Fuentes; El obispo y rector de la la Universidad Católica de Temuco, Monseñor Jorge Hourton; la secretaria ejecutiva del Programa Chile Sustentable, Sara Larraín; la miembro del Conejo Académico de la Universidad de la Frontera de Temuco, Hilda Llanquinao; y el coordinador de la Red Nacional de Acción Ecológico (RENACE), Luis Mariano Rendún.
* 11. Ello constituía un tópico importante en mis estudios de geomorfología a comienzos de los '80s.
* 12. "Testimonio de Juan Carlos Reinao durante su encarcelamiento en Temuco: Transcripción de la grabación realizada por la Misión europea, enero de 1998. Página Mapuche Ñuke Mapu sección noticias de prensa (http://linux.soc.uu.se/~jorge/Lumaco)
* 13. Frase de la señora Irma de la comunidad de Pilinmapu y consignada en el articulo de José Luis Delgado, "Escolta Policial para Camiones Madereros. La Tercera en Internet Diciembre 6, 1997.
* 14. Marcelo Jalil, "Domingo Nanuncura: 'Si hay Forestales y mapuche hay Conflicto'". La Tercera en Internet Diciembre 28, 1997.
* 15. (3.000 hectáreas desde la Forestal Bosques Arauco a las reducciones Millalemu, Pichilonkoyan y Pililmapu; 3.000 hectáreas desde la Forestal Mininco a la reducción Reñiko Grande; 440 hectáreas desde Fundo Santa Ana a la reducción Juan Maika; 800 hectáreas desde la Forestal Mininco a la reducción Pantano; 1.000 hectáreas desde la Forestal Mininco --más tierras del ex ministro de agricultura del primer gobierno de la Concertación Agustín Figueroa-- a la reducción Temulemu; 800 hectáreas desde la Forestal Mininco y de Agustín Figueroa a la reducción Didaico; 400 hectáreas de Sergio Pooely a la reducción Andrés Calbuñir; y, 500 hectáreas desde la Forestal Chile a la reducción Collipulli).
* 16. "Lumaco: Gobierno no Retirará Requerimiento". La Tercera en Internet Diciembre 23, 1997.
* 17. Lidia Fuentes, "Belisario Velasco: Vaticano Dio Espaldarazo a Política Indígena: El Ministro del Interior Subrogante aclaró Posición del Gobierno Frente a Documento Sobre Distribución de Tierras". La Tercera en Internet Febrero 15, 1998.
* 18. Lidia Fuentes, art. cit.
* 19. "A Mapuches: Gobierno Advierte que Hará Acatar Estado de Derecho ". El Mercurio , Febrero 20, 1998.
* 20. Sobre libre mercado sugiero James B. Rule, Market and Social Pain". Dissent, winter 1998, pp 29 a 35.; y sobre democracia, "New Ideas for the Old Left", The Economist , V 346, 8051, January 17th-23rd, 1998, pp.29-30.
* 21. "informe de la Comisión Especial de Observadores de la Sociedad Civil para Conocer de los Hechos Ocurridos en las Comunidades Mapuche de Lumaco". Santiago 23 de diciembre de 1987.