Desde una perspectiva indígena, la única manera de entender una cultura es interpretarla desde sus propios criterios. La pluriversidad intercultural, como una perspectiva de reconocimiento de los contactos, interacciones e intercambios entre las culturas y colectividades, es un campo de prácticas, diálogos e interaprendizajes.
Este texto nos habla del Wallmapu (el país mapuche), y en el que se demuestra, de una manera coherente y argumentada, cómo las culturas se van reconstruyendo, en medio de las vicisitudes históricas producto de la imposición política y cultural del Estado chileno llevada adelante a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX.
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Contar la historia de los medios de comunicación mapuche es también contar la historia de la organización, del movimiento político y social mapuche. A ratos, el relato de tal radio o de cual periódico no es más que la excusa para contar de qué manera se estaban organizando los mapuches en esos años, o qué estaba ocurriendo en el territorio que llevó a construir esos medios. Dos mundos, el del rescate cultural y el de la propuesta política conviven y son el insumo que alimenta las experiencias que aquí se relatan.
En agosto de 1823 el soberano congreso de Chile aprobará un proyecto de ley, enviado por el ejecutivo, para realizar un Parlamento con los mapuche y serán tres los puntos básicos que el ejecutivo propondrá para llevar adelante estas negociaciones: extender la línea de demarcación de la frontera; celebrar un Parlamento General y restituir las familias prisioneras en poder de los mapuche
Comprender la comunidad entonces en este juego de similitudes y diferencias no es un ejercicio sencillo. América en general y Chile en particular se han esforzado desde la organización temprana del estado nación por presentarse como una unidad. Unidad, que sabemos, ha sido forjada sobre el silenciamiento de sus poblaciones indígenas y afrodescendiente