Se consultará también dónde vivían las personas antes del cataclismo. Formulario inicial incluye temas nuevos; entre ellos, la convivencia de individuos del mismo sexo.
MACARENA TORO E IVÁN FREDES"¿Dónde vivía usted antes del terremoto?". Desde Arica hasta la Antártica, los 500 mil encuestadores que realizarán el Censo 2012 consultarán de esta forma por el lugar de residencia que tenían los chilenos antes del 27-F. ¿La razón? Medir por primera vez las migraciones que pudo generar el sismo de 8,8° Richter.
La pregunta se hará en todo el territorio nacional, pues tal como explica el jefe del proyecto del Instituto Nacional de Estadísticas, Eduardo Castro, "perfectamente un damnificado se puede haber trasladado a Arica", u otra región.
Esta modificación es parte de los cambios que en el INE se debieron realizar a raíz del terremoto. Además de la nueva pregunta, parte del trabajo en terreno que comenzó este año se debió retrasar en Maule y Biobío.
Por ahora en Aysén, Magallanes, Los Lagos y La Araucanía, 1.600 personas ya levantan datos sobre el número y localización de viviendas y habitantes.
El proceso, que durará hasta diciembre, dejó para el final a Maule y Biobío, porque la idea es que las viviendas que queden marcadas en el precenso sean las mismas que estarán en 2012.
"Como esas dos regiones están en proceso de reconstrucción y nosotros precisamente estamos haciendo la actualización de la cartografía, puede ocurrir que si lo hacemos en una etapa temprana, vamos a encontrarnos con campamentos que después, el día del Censo, no van a estar", explica Castro.
Mientras, en el sur aprovechan de recorrer distintos poblados antes de que llegue el invierno.
Con su parka, mochila, credencial y un GPS, Rubén Osses, uno de los 278 contratados para hacer el precenso en La Araucanía, visita diariamente unas 60 casas.
El sistema GPS se integró en esta versión del Censo y es toda una revolución para los encuestadores, quienes deben enfrentarse a distintos obstáculos.
Pese a que aún es marzo, Rubén cuenta que a veces la intensa lluvia lo obliga a reducir sus resultados de trabajo a la mitad. La dispersión de viviendas en el campo también demora su labor, pues en ocasiones debe caminar hasta dos kilómetros para encontrar una casa.
Al llegar, pregunta por el número de hogares y personas. "En dos ocasiones no han querido responder las preguntas. Pero como son datos básicos y conocidos, los preguntamos a los vecinos, porque en el campo todos se conocen", dice sobre la experiencia que tuvo tras visitar sectores de población mapuche.
"Es muy entretenido, uno conoce mucha gente, también se da cuenta de las diferencias sociales. Hay casas muy pobres, otras muy lujosas", comenta.
La labor de los 3.200 precensistas permitirá tener la ruta de trabajo para la medición del próximo año.
De todas formas, antes de la medición -que tradicionalmente se realiza en abril-, nuevos encuestadores volverán a puntos específicos para ver si hay actualizaciones en la situación de las viviendas. "Incluso en las plazas, porque hay que encuestar a los indigentes", dice Eduardo Castro, quien espera que los resultados de la encuesta estén listos en marzo de 2013.
US$ 2,7
dólares por persona cuesta el censo. Se estima un total de US$ 45,9 millones.
35
minutos tarda la encuesta. Cada voluntario censará 15 viviendas. En 2002 había 15 millones de habitantes y para 2012 serían 17 millones.
Las nuevas preguntas para el 2012: uso de redes sociales y energías limpias
Para la nueva versión del Censo ya está listo un cuestionario con 62 preguntas. Aunque sólo 36 serán las seleccionadas, en la consulta se agregaron siete temas que buscan -según explican en el INE- "tomar la foto" de la nueva realidad de los chilenos.
El primer tema se relaciona con la web. Para medir la "alfabetización digital" se consultará por accesos y usos de internet y redes sociales, así como otras nuevas tecnologías.
Dentro del ítem etnias se agregó a los afrodescendientes. En esta área se suman subculturas dentro de cada grupo indígena y el uso de lenguas autóctonas.
También se busca conocer el alcance de la convivencia de personas del mismo sexo.
En temas de discapacidad se agregaron nuevas variables, como complicaciones a la vista y otros problemas motores. Se mantienen las consultas sobre impedimentos físicos.
Además, por primera vez se escribieron preguntas sobre el manejo de residuos sólidos, reciclaje y el tipo de combustible que usan los hogares.
En el área de educación, además de la matrícula, ahora se incluye una pregunta sobre la asistencia a clases, tanto para niños como para jóvenes.
El Censo también pretende medir el impacto de los viajes en la calidad de vida. Para ello habrá interrogaciones sobre los tiempos de traslado desde la casa hasta el trabajo o lugares de estudio.
En julio, el cuestionario quedará acotado y se presentará a la Comisión Nacional del Censo, para iniciar su impresión