Aún cuando éste era uno de los absurdos previsibles, aún cuando rondaba el mito que se consumaría la leyenda de la traición yanacona, aún cuando todos los presagios eran adversos; quedaba en el brillo de los ojos de jóvenes estudiantes, hijos de pueblos originarios, abnegados profesores, pobladores de Aysén, artistas, dueñas de casa, profesionales dignos, un parlamentario transversal y jugado por las causas ambientalistas, pescadores, pueblo creyente, un brillo de esperanza que esta vez las cosas podrían ser distintas. Había un brillo en los ojos de cada uno de los presentes esa helada mañana de Mayo del 2012 en Coyhaique, Patagonia, que los argumentos sólidos, potentes, razonables y jurídicamente admisibles serían suficientes para rechazar la calificación ambiental del proyecto Río Cuervo.

El gallo no alcanzó a cantar tres veces y la traición se consumó en forma unánime. Once votos a favor del peligroso proyecto Central Hidroeléctrica. Cero votos en contra. ‘El resultado parece el de un juego de un partido de tenis’ comenté, mientras mordía mi rabia y elevaba un pequeño discurso dirigido a las Fuerzas Especiales de Carabineros para que no reprimieran o detuvieran a Peter, Pato y Gloria que habían traspasado el “perímetro de seguridad” que impedía la libre circulación por Avenida Ogana, sentándose pacíficamente en la vereda frente al inmueble del Servicio de Evaluación Ambiental, icono de las resoluciones y decisiones más aberrantes en la historia del derecho administrativo. Llegará el día en que se ponga cada acto en su lugar. (…y llegó!!!)

“…Carabineros de FFEE razonen, ustedes son hermanos chilenos, padres de familia, tienen deudas, sueños, como cualquier habitante de este país, basta de reprimir sin razón! basta de tanta violencia! No olviden a su colega el Sgto. Aburto, que el Mando obligó a reprimir y hoy lo deja solo, abandonado y desvinculan de su trabajo. No olviden al Sgto. Aburto, padre de familia de tres hijos estudiando en la Universidad. ¡Paremos el odio y la represión! Razonen no están obligados a obedecer siniestras ordenes de los que disparan y esconden la mano…” creo que fue, más o menos lo que dije.

A esa hora una valiente artista desenfundaba su guitarra y bajo el alero de una araucaria, Natalia Contesse, recitaba unas décimas al agua para iluminar con su canto, en una escena del más crudo realismo mágico que he visto en Patagonia, y luego regalarnos un repertorio de su opera prima como solista “Puñado de Tierra”. Pudo haber sido la juvenil voz de Natalia, cantora citadina (me trajo recuerdos de Sabina Odene) la interpelación a las FFEE a recordar al Sgto. Aburto y lo oprobioso de la votación, que FFEE no disparó una sola bomba lacrimógena, el “zorrino”, el “guanaco” guardaron luto por el crimen ambiental que se había consumado, afectando el ecosistema del río Cuervo, lagos Yulton y Meullín poniendo en peligro a especies como huillines, pudúes y la famosa ranita de Darwin.

El sol comenzó a filtrar sus rayos por las ramas de la araucaria mientras carabineros y ciudadanos contrarios al proyecto éramos bendecidos por la voz de Natalia Contesse. La paz social, la tregua musical se interrumpió por la vergonzosa huída de las autoridades políticas a bordo de una “Juanita” (un furgón policial) cual delincuentes. El pueblo con su ingenio bautizó al deleznable acto “¿Necesita un transfer? un radio taxi? Llame al 133” Los vehículos que deberían ser usados para cumplir órdenes judiciales deteniendo a violadores de niños, delincuentes que asolan a modestos trabajadores son usados para trasladar a funcionarios de gobierno forrados en altos sueldos. Hoy por hoy la función pública está muy depreciada.

Concluyendo la jornada se acercó un periodista, agujón pero comprometido me interrogó “Abogado ¿Para qué insisten en estas batallas judiciales y administrativas” Le respondí “Hay batallas que deben darse por dignidad, por confianza en el futuro; para ser ganadas por otros en otros momentos de la historia. ¡Igual será nuestro triunfo!”

por Rodrigo De LosReyes Recabarren
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“Si tú no estás, la lucha igual seguirá…”