Alrededor de 8 mil personas se reunieron en la zona de plaza Los Héroes, en la Alameda, para participar de la romería convocada por las organizaciones de Derechos Humanos en conmemoración de un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1973, que derribó al gobierno encabezado por Salvador Allende.
A las 10 de la mañana comenzó a llegar la gente a la plaza Los Héroes en el primer 11 de septiembre del gobierno de Sebastián Piñera. Mientras la columna se aprestaba a iniciar el recorrido de la marcha en la calzada norte de la Alameda, destacaban entre las consignas voceadas la demanda permanente por justicia en los casos de abusos a los Derechos Humanos durante la dictadura, así como los gritos exigiendo la liberación de los presos políticos mapuche en huelga de hambre desde hace ya 62 días.Pasadas las 10:30 la romería comenzó a avanzar por Alameda hacia san Martín para luego doblar por Balmaceda y enfilar por Recoleta hacia el Cementerio General, lugar donde había un escenario en el que se desarrollaría el acto central de la actividad. La marcha destacó por la ausencia total de incidentes con Carabineros, quienes, a diferencia de los años anteriores, no se encontraban desplegados en las inmediaciones de las calles por las que avanzaba la multitud.
Entre los asistentes destacaban las organizaciones de Derechos Humanos, los nutridos grupos del Partido Comunista y sus juventudes, así como la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), el Partido Comunista de Acción Proletaria (PC(AP)), organizaciones libertarias, trotskistas, grupos de barristas de la U. de Chile, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que se apresta a iniciar su segundo congreso, y la Asociación de Combatientes Antifascistas e Internacionalistas entre otras organizaciones políticas y sociales.
Ya en el Cementerio, los organizadores de la romería decidieron que un vocero de los familiares de los presos políticos mapuche abriera las palabras, quien agradeció “el apoyo de quienes masivamente han participado de las manifestaciones en solidaridad con los presos en huelga de hambre”. Además, dijo que “los movimientos sociales, los estudiantes, están escribiendo hoy la verdadera historia de Chile” y que en el bicentenario “no hay nada que celebrar para los luchadores sociales chilenos y mapuche”. Su intervención finalizó con un llamado a continuar las movilizaciones, pues esa sería la única manera de “hacer entender a este gobierno empresarial que la gente en las calles es la que puede escribir la historia”.
Por su parte, la oradora del acto por parte de los organizadores, afirmó que quien debía hablar originalmente en esa oportunidad era el diputado Hugo Gutiérrez, a quien su actual adhesión a la huelga de hambre en el sur le impidió estar presente. Desde el escenario le enviaron saludos junto a los otros tres diputados que participan de la protesta, además de saludar “la lucha y la fuerza” de los presos políticos mapuche. En su discurso le envió un mensaje a sus “compañeros y compañeras asesinados en la dictadura y también en esta eterna transición” afirmando que “nunca los olvidaremos” y que la lucha contra el olvido les hace comprometerse y organizarse “por construir un país justo”.
Mientras la mayoría de la columna ingresaba al Cementerio y enfilaba hacia el memorial de los desaparecidos y hacia las tumbas de Salvador Allende, los hermanos Vergara Toledo, Víctor Jara o Miguel Enríquez, algunos grupos prendieron barricadas y vocearon consignas a favor de los presos políticos mapuche y de los detenidos en el llamado “caso bombas”, así como gritos exigiendo justicia para los caídos en democracia. En los incidentes resultó atacado un móvil de Televisión Nacional, que casi fue volcado por los manifestantes y del cual se robaron una cámara.
Por Felipe Ramírez Sánchez