La huelga del prisioneros mapuches, que ya supera los dos meses de iniciada, entra en una fase crítica. Todas las fuentes cercanas a la huelga indican que los comuneros prisioneros se encuentran absolutamente decididos y sin mostrar señales de dar pie atrás hasta conseguir justicia. Y ahora, en el transcurso de la tarde los huelguistas han anunciado que dejarán de tomar líquidos, si el gobierno no cede a instalar una mesa de diálogo que busque una solución para sus casos. Solo resta saber cuándo se dará inicio a esta extremísima medida.
Si un ser humano en condición normal deja de reponer el litro de agua que pierde diariamente, se estima que éste morirá en cosa de una semana. El cuerpo humano colapsa y muere, según otro parámetro, con tan solo la pérdida del 20% de su total de agua.Este no sería el caso de los presos, que se encuentran de por sí debilitados, tras más de 60 días sin ingerir alimentos sólidos. Ante este panorama, que parece anunciar un resultado fatal, los familiares de los presos han lanzado un comunicado, llamado a la solidaridad y a que se suspendan las celebraciones oficiales del Bicentenario.
Mientras, los presidentes de ambas cámaras del Congreso iniciaron sus propias gestiones para instalar la ansiada mesa de diálogo. Legisladores de la Alianza, por su parte, condicionan el cambio de la cuestionada ley antiterrorista a que se otorguen beneficios para militares violadores de los derechos humanos. Eurodiputados han realizado declaraciones expresando su preocupación por el caso. Se han realizado manifestaciones internacionales en México y Argentina. Y el gobierno no da señales de ceder.