"El pueblo mapuche tuvo, tiene y tendrá siempre voz propia"
Flavio Zúñiga, DNI 22.944.502 Fernando Arce, DNI 23.364.676 Rubén Larrondo, DNI 13.242.323
El suplemento especial del diario "Río Negro" con pretensiones de dossier, bajo la tutela de Aleardo F. Laría, terminó siendo una carta de lectores con una larga opinión muy bien ilustrada por los buenos profesionales que trabajan en ese matutino. Pero para hablar de la cuestión mapuche hubiera sido bueno que se oiga también la voz de ellos, ya que el pueblo mapuche tuvo, tiene y tendrá siempre voz propia.
Creemos que en tiempos en que los medios de comunicación se han acostumbrado a dictar sentencia, el Sr. Laría aprovecha la oportunidad para crear una pragmática jurisprudencia mediática que, más temprano que tarde, terminará siendo material de consulta; no por la calidad de la información y documentación, sino porque lo dijo el diario, que en el imaginario de lectores desprevenidos es el dueño de la verdad.
De manera empírica, nosotros –con mucha paciencia y contando con la solidaridad de varios investigadores– estamos recogiendo información con miras a editar algún día un libro de reconstrucción histórica de la presencia mapuche en la Argentina. Hasta ahora contamos con datos de no menos de 5.000 años en enterratorios distintos, cuyos hallazgos (en Río Negro y Neuquén) se han producido en la última década (entre ellos la Dra. Paula Novellino, Dpto. de Bioarqueología Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas, J. C. Moyano –de Mendoza– y la Dra. Valeria Bernal). Con este material hemos podido cotejar las similitudes en enterratorios colectivos que se extienden por cientos de años hasta la conformación de las naciones de América del Sur. Con esto simplemente pretendemos dejar en claro sobre lo que sutilmente desliza Laría en su dossier (para nosotros, su carta de lectores) dando a entender que los mapuches provienen del lado occidental de la cordillera; si esa pícara sugerencia del autor de ese material fuera cierta, no tiene ningún sentido que durante siglos cruzaran la cordillera con el único objeto de enterrar a sus muertos, por citar sólo un ejemplo. Lo cierto es que nuestro pueblo se movió a ambos lados de la cordillera desde tiempos inmemoriales, según información científica, y no la mera opinión de un historiador, ya que ésta sería tan solo como la del panadero del barrio. Los historiadores son cronistas de hechos de los que no fueron testigo y que, con las herramientas que les da la ciencia, pueden armar un rompecabezas que sea de utilidad para conocer el pasado, aunque la certeza de ello –excepto cuando existen documentos irrefutables– deja siempre un margen de duda.
Ya no un dossier sino una simple nota periodística exige tener en cuenta "todas las voces", de modo que el lector pueda formar su opinión de manera libre, sacando sus propias conclusiones. Sin embargo, el trabajo con pretensión de "dossier" de Laría no les dio oportunidad a las comunidades o dirigentes a los que denostó, para que hagan saber por qué hacen esto o aquello, lo que hubiera enriquecido su trabajo. Mirar "desde afuera" al pueblo mapuche y pretender ser la verdad revelada de la "Cuestión mapuche" nos invita a pensar en que hay un interés oculto (y por oculto sospechado de perverso) del propio autor. ¿Puede ser casualidad que se ocupó de poner en duda los reclamos tanto mapuche como de los qom, pueblos que hoy levantan su voz con estridencia por sobre otros más sometidos?
Por último, afirmar que los pueblos originarios ingresaron por el estrecho de Bering no es lo más profesional que se puede decir, cuando los propios investigadores no pueden afirmarlo con años de estudio sobre el tema. Del mismo modo descartar la palabra "genocidio" intentando justificar los modos violentos a los que nos acostumbra la historia, es muy arriesgado de su parte, dado que violencia y genocidio no son sinónimos. Ciertamente genocidio es una palabra relativamente nueva, pero el significado es sumamente útil para desnudar qué se pretendía con esa acción violenta, que no es otra cosa que borrar del mapa a un pueblo para que no quede nada de su cultura.
Visto desde nuestra vereda, el trabajo de Laría es la continuación –ahora con la pluma– de la Campaña al Desierto.
Flavio Zúñiga, DNI 22.944.502
Fernando Arce, DNI 23.364.676
Rubén Larrondo, DNI 13.242.323
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