La firma optó por priorizar otras iniciativas en Chile y América Latina. Comuneros que se oponen a las centrales planean viajar a Noruega y se han reunido con el embajador de ese país en Chile.
Los expertos eléctricos coinciden en que si hay una alternativa que Chile debe desarrollar para poder duplicar su matriz energética en la década es la hidroelectricidad. Pero desde Toltén al sur la materialización de los proyectos hidráulicos es cada vez más compleja por la presión de grupos ambientalistas y, más fuertemente, por la oposición de las comunidades mapuches. Bien lo sabe la noruega SN Power, que tiene virtualmente congeladas cuatro centrales, de 646 megawatts (MW) en total y una inversión del orden de US$ 1.500 millones en la Región de Los Ríos. La empresa contrató a fines del año pasado a Celfin para vender los proyectos o evaluar otras opciones para desarrollarlos.SN Power es particularmente sensible a la oposición de las comunidades indígenas. Esta empresa es controlada por Statkraft SF, que posee un 60%, y el fondo de inversiones Norfund tiene el restante 40%. Ambas entidades son propiedad del Estado noruego, país donde lo relacionado con los pueblos originarios tiene una gran repercusión.
Aunque SN Power no se pronuncia sobre la posible venta de los proyectos en la Región de Los Ríos, su gerente general Laine Powell sí admite que "han tomado un período extenso de tiempo en sus estudios, mientras otros proyectos de la compañía en América Latina avanzaron más rápidamente, como es el caso de Perú". Allí la eléctrica acaba de inaugurar la central hidroeléctrica Cheves, de 168 MW.
"En el caso de los proyectos del sur de Chile -que a nuestro juicio son iniciativas muy atractivas- estamos evaluando todos los caminos posibles, mientras hemos priorizado otras iniciativas en la región", dice.
Los proyectos de SN Power los tiene a través de su filial Hidroeléctrica Trayenko, donde comparte la propiedad con el fondo Centinela del empresario Gustavo Pavez quien detenta un 20%. Son cuatro las centrales en venta: Reyehueico (20 MW), Pellaifa (108 MW), Liquiñe (118 MW) y la más grande y emblemática, Maqueo (400 MW).
Esta última es la única con estudios ambientales terminados, aunque la eléctrica noruega retiró el proyecto de su tramitación en junio de 2009.
Según fuentes del mercado, hay al menos tres interesados en las iniciativas, que se pueden vender como un paquete -a través de la enajenación de Hidroeléctrica Trayenko- o por separado. Serían, señalan ejecutivos que saben del proceso, empresas nacionales y extranjeras.
¿Cuánto pesó la oposición de las comunidades en la decisión de SN Power? Según Powell, "hay quienes fueron cambiando su reacción inicial de rechazo hacia aprobación, hay otros que se mantuvieron en el rechazo y también quienes siempre estuvieron a favor". Añade que con todas las posiciones "hemos intentado construir un diálogo abierto".
En todo caso, el repliegue en el sur no significa que la compañía noruega se vaya de Chile. Tienen las centrales de La Higuera y La Confluencia en conjunto con la australiana Pacific Hydro, y el parque eólico en Totoral, en la comuna de Canela. "Estamos abiertos a seguir invirtiendo en ese tipo de iniciativas", señala el gerente general de SN Power.
Lobby en Noruega y financiado desde ese país
Las comunidades nativas que se oponen a los proyectos de SN Power admiten que los fondos que disponen para esta campaña provienen mayormente del Viejo Mundo. Con estos recursos, han desplegado un gran lobby en Europa contra estas centrales.
Elsa Panguilef, hija y vocera del lonko José Panguilef, señala que tienen previsto ir este año a Noruega a hablar con el gobierno y el Parlamento de ese país sobre los daños que generaría la construcción de la central a orillas del lago Maihue. Su oposición es total. Esta comunidad, enfatiza, no dialoga con SN Power ni con cualquier empresa que venga, en el futuro, a desarrollar los proyectos. "Van a construir en un territorio indígena sagrado, que tiene uso medicinal y ritual. Es como si inundaran la Catedral de Santiago con un embalse", señala Panguilef. "No nos interesa tener diálogo con ellos", recalca.
Hay varias gestiones de la comunidad dirigida por José Panguilef que han incomodado a SN Power. El 7 de octubre pasado, el lonko se reunió con el embajador de Noruega en Chile, Martin T. Bjorndal. Y al menos en tres oportunidades con el relator especial de Naciones Unidas para Asuntos Indígenas, James Anaya.
En todas sus intervenciones han hecho ver que los proyectos hidroeléctricos vulneran los derechos contenidos en el Convenio 169 y de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La ONG Observatorio Ciudadano, cuyo codirector es José Aylwin Oyarzún -hijo del ex Presidente Patricio Aylwin-, desarrolló una campaña en la zona, financiada por la ONG nórdica Ayuda Popular Noruega, que busca defender derechos "en el marco del Convenio 169 a través del acompañamiento a comunidades y territorios afectados por proyectos de inversión, particularmente de la empresa noruega SN Power", como se señala en su página web .
Una larga historia de rechazo a las hidroeléctricas
SN Power no es la única empresa que ha tenido que vérselas con la oposición de comunidades mapuches. Le ocurrió a Endesa, con Ralco, en el pasado.
Hoy, la arremetida también la enfrenta la Eléctrica Pilmaiquén, que desarrolla una central en Río Bueno. La empresa ligada al presidente de la Sofofa, Andrés Concha; a su ex timonel, Bruno Philippi, y al empresario Isidoro Quiroga obtuvo en 2009 la aprobación ambiental para este proyecto, pero la comunidad Maihue-Carimallín dice que inundará un lugar sagrado y prepara para el 11 de abril una protesta.
Endesa también tiene su proyecto en la zona. Se trata de Neltume, que demanda US$ 781 millones de inversión. Ignacio Antoñanzas, gerente general de Enersis -matriz de Endesa Chile-, dice que este proyecto "sí se va hacer", así como "todos" los restantes proyectos hidroeléctricos del grupo en el sur de Chile. Y explica que "los altos precios de la energía (en Chile) son una realidad, pero tienen una solución muy fácil, que no la están implementando, que es aprovechar el agua".
Valeria Ibarra M.