Aunque fue una de las zonas más afectadas por el terremoto, el Biobío sigue en pie. Recorrimos el interior de la región y seleccionamos los mejores panoramas para disfrutar por estos días, desde la nieve en Chillán hasta el floreciente turismo étnico del lago Lanalhue.
Por lo étnicoAjenas a los conflictos, varias comunidades mapuches de Arauco han visto en el turismo una oportunidad de desarrollo. Hoy se ve una interesante oferta cultural y gastronómica. Un símbolo de esto es el restaurante "intercultural" La Sazón de Cañete que, si bien no está manejado por mapuches, fusiona la cocina indígena con la de los colonos en platos como piñones al ajillo (tabla de degustación, $9.500; Prat 626; tel. 41/261 9710; www.restaurantlasazon.cl).
Desde Cañete parten los circuitos Moguen-Che, cinco ruteros guiados que conducen a los principales destinos mapuches de la región (contacto, Magdalena Neira, tel. 41/261 1168). Por ejemplo, está la ruta Cañete-Tirúa, que corre junto a verdes bosques y montañas. En el camino se puede visitar el local de artesanía en ñocha (una planta nativa) de Estela Astorga, quien también ha grabado dos discos de música mapuche; la nueva boutique y museo Peuma Malén, donde confeccionan tejidos y, además, combinan la muestra con una cafetería con licores y cecinas artesanales (el marido de la dueña es de origen italiano y elabora salames, prosciutto y unas estupendas longanizas); el vivero de plantas nativas Pellín (www.viveroelpellin.cl), ideal para coleccionistas de especies raras ; y, en el desvío hacia el sector San Ramón, rumbo al lago Lleu Lleu, un imperdible: el restaurante Lob Millaray, de Bernarda Aniñir, nieta de Angelita Huenumán, la tejedora mapuche del valle de Pocuno a quien Víctor Jara le compuso una canción en 1969. La señora Bernarda cocina una deliciosa cazuela de gallina con sopaipillas, ensalada, jugo y mate o café de trigo por sólo $2.500 por persona (le pedimos, por amor de Dios, que se subiera un poco), todo hecho con productos de su campo (Avisar antes al cel. 8452 5614).
En el valle de Elicura, hacia la ribera este del lago Lanalhue, está tal vez el mayor ícono de este floreciente turismo étnico: la Ruka Lelbún (cel. 8945 9899; www.rukalelbun.cl). Aquí, el lonko Miguel Leviqueo y su familia muestran las tradiciones de su cultura dentro de una ruca construida por ellos mismos, donde ofrecen sopaipillas, catutos (una especie de pan) con miel, mate y hierbas medicinales y, por cierto, conversan amablemente con cada uno de los pasajeros. "La única forma para que se conozca y valore nuestra cultura es mostrándola", dice el lonko. "De lo contrario, siempre se dirá que no tenemos nada y que no queremos emprender. Yo no puedo dejar toda esta cultura para mí mismo. Tengo que difundirla".
Por la aventura
El Valle Las Trancas es la puerta de entrada a la nieve en Chillán. Aquí hay múltiples opciones de cabalgatas, trekking, canopy, mountain bike y alojamiento. También hay alternativas gastronómicas. Una de ellas es el Parador Jamón, Pan & Vino. La especialidad es la cocina española: aquí hay, entre otros platos, callos a la madrileña ($5.500), fabada asturiana ($4.900), diversas tortillas y, por cierto, la tabla de jamón serrano ($5.000) con jarra de sangría ($4.800). De hecho, lo primero que uno ve al entrar al parador son unas suculentas piernas de jamón serrano colgando del techo. Una vez allí, deténgase en los detalles de la decoración: hay distintos tipos de ollas de cobre colgando de las paredes, cuadros con leyendas españolas, botas de vino y un sinnúmero de botellas y licores de etiquetas exóticas. (Km. 74 Valle Las Trancas; tel. 42/432 100; www.paradorjamonpanyvino.cl). Ahora, si continúa por acá, tal vez le interese conocer la verdadera cueva de Los Pincheira, en el kilómetro 67. Aquí se hace una pintoresca recreación -con balazos de fogueo incluidos- de estos famosos bandoleros que saquearon desde San Fernando hasta laguna Laja, en la primera mitad del siglo 18. Si el show no lo convence, vaya aunque sea para ver la impresionante caverna, socavada en un farellón de columnas hexagonales de basalto.
Por los otros lagos
Con mucho menos figuración que sus pares de la Novena y Décima Región, los lagos del Biobío también tienen su gracia. Por ejemplo, el lago Lanalhue, cercano a Contulmo, que hasta hoy se ha mantenido en relativo anonimato y que -como les gusta decir a menudo por acá- es uno de los más limpios de Chile (junto con su vecino hacia el sur, el Lleu Lleu). Aquí hay una numerosa colonia de cisnes de cuello negro, y también un nuevo centro de interpretación en el Hotel Licahue, que tiene hasta telescopios para la observación de aves (licahuehotel.blogspot.com).
Aunque en invierno no anda nadie, igual hay sitios funcionando: uno de ellos es Cabañas Pehuén, en el sector La Vaina. Por estos días se apresta a inaugurar un spa con vista al lago, aunque ya están ofreciendo distintos tipos de terapias, como biomagnetismo y bioenergía, masaje tibetano, reiki y clases de yoga, a cargo de la terapeuta María Cecilia Bruna (cabañas hasta 4 personas desde 30.000 pesos; cel. 9834 9699; www.cabanaspehuen.cl/web). Ahora, para ver el lago Lanalhue y su bosque nativo desde el aire, aventúrese con el nuevo canopy Monte Verde, que tiene además cabalgatas y senderos de trekking (canopy $3.000 por persona. Cel. 99172841).
Por la nieve
Las nevazones de los últimos días inauguraron antes de lo previsto la temporada de esquí en Chillán, cuya gracia -aparte de la buena calidad de nieve- es el precioso bosque de lengas que acompaña la mayoría de los deslizamientos. El centro de esquí Nevados de Chillán tiene varias novedades para este año. A saber: inaugura dos andariveles, Iglú (silla doble con base en El Zorrito y retorno en Novicios) y Nono (arrastre doble en la pista El Chueco), sumando seis en total; la cafetería Oliva 2.2 ofrecerá, entre otras cosas, churrascos en tortilla de rescoldo y un trago llamado turbo sour; habrá nuevos actividades como el cat skiing -un paseo en oruga hacia el cráter del volcán Chillán Viejo o el mirador del glaciar (desde $35.000)- y arriendo de motos de nieve (30.000 la hora); y distintos eventos, como el Carnaval de Nieve, del 11 al 14 agosto, que incluirá ski paralelo, baby fútbol en la nieve, voleibol, desfiles de moda, entre otras actividades (ticket por apertura, 19.000 pesos; Km. 80 Camino Las Termas; tel. 42/206 100; www.nevadosdechillan.com).
A su vez, Termas de Chillán -quienes ya no administran el centro de esquí- tendrán un Jardín de Nieve para los niños, tres pistas para principiantes y varias actividades pensadas para quienes no esquían, como tubing, deslizamiento en pelotas inflables, paseos en trineos tirados por perros Alaskan Malamut y paintball, entre otras (tel. 42/434 200; www.termaschillan.cl).
En agosto se realizará el carnaval de Nieve en Nevados de Chillán.
Por el pasado alemán
Si desde Los Ángeles va hacia la costa y toma la ruta Angol-Purén, llegará en unas tres horas al próximo destino recomendado: Contulmo. A los pies de la Cordillera de Nahuelbuta, este limpio y ordenado pueblo tiene una curiosa combinación alemana y mapuche. Existe, por ejemplo, toda una ruta de casas históricas de colonos, construidas a principios del siglo 20 con líneas arquitectónicas indoeuropeas, como la Casa Kortwich, donde además funciona un restaurante. ¿Una especialidad? Cerdo con chucrut, puré de manzanas y puré picante (Plaza de Armas; cel. 9072 1679). También, aquí se puede visitar el Molino Grollmus, un auténtico molino alemán que funciona tal como hace un siglo, y produce harina para las comunidades locales utilizando energía hidráulica. Los niños disfrutarán viendo cómo el ampelmann (figura de un hombre con sombrero) abre sus brazos y piernas cuando la máquina está en movimiento. En octubre planea convertirse en un museo vivo, que tendrá hasta tienda de souvenirs (Camino Playa Tranquila 2500; visita, 1.000 pesos). Y otro buen dato: a la entrada (o salida) de Contulmo, pare por un kuchen de nuez, de murta, de arándanos, de frutillas blancas (son de la zona) o de fisalis (también llamado golden berry, muy de moda por estos días) en la cafetería Apex, de Isaura Ewert, nieta de colonos. El poco sentador nombre es porque, justamente, está en la estación de servicio, que es de su familia. Pero mejor olvídese, tome un tenedor y experimente el dulzor sureño (tel. 41/261 8465; más información, www.contulmo.cl).
Por las sorpresas
También en Alto Biobío, a 15 kilómetros de la central Ralco, el Hostal La Pola sorprende por su restaurante especializado en cocina francesa, y con una extensa carta que incluye platos como coq au vin y filete con salsa mourille (la trufa local). Desde La Pola se pueden realizar las principales actividades por la zona, como navegación por el embalse Pangue, circuitos en moto enduro y pesca con mosca en las lagunas cordilleranas (Cabañas para cuatro personas, 40.000 pesos; cel. 78643687; www.altosdelbiobio.cl). Ojo: si no quiere dormir en Alto Biobío, puede hacerlo en la misma ciudad de Los Ángeles, a 88 kilómetros. El flamante Four Points by Sheraton es una buena opción: tiene 90 modernas habitaciones, muy buen restaurante y, claro, está al lado del casino (dobles desde 49.000 pesos; Colo Colo 565; tel. 43/406 400; www.fourpoints.com).
Por los nuevos paisajes
Maneje por la 5 Sur desde Chillán hasta Los Ángeles y, allí, tome la ruta hacia la cordillera, hacia Santa Bárbara. ¿El destino? Alto Biobío. Es cierto. El paisaje de esta zona ha sufrido profundas transformaciones en los últimos años. Las centrales hidroeléctricas alteraron el curso del río y crearon enormes lagos-embalses (como Pangue o Ralco) que hoy, claro, son algunas de las inevitables postales turísticas. Es más: por estos días se trabaja en un nuevo camino por los cerros, pues la próxima central Angostura también inundará varios sectores de la actual ruta... así es que las cosas seguirán cambiando.
Pese a esto, Alto Biobío mantiene un gran potencial de desarrollo turístico. Rodeado por montañas, bosques húmedos, pequeños pueblos y campos agrícolas, aquí aún se tiene la agradable sensación de estar en un lugar prácticamente desconocido, sin turistas (sobre todo en invierno) y con varias opciones outdoor, desde trekking y cabalgatas hasta rafting y pesca con mosca en las lagunas cordilleranas. Si la visita es corta, pruebe las actividades que ofrecen las comunidades pehuenches de la zona, como Trekaleyin: lideradas por guías locales, tienen, entre otras, una cabalgata de un día (Sendero Koniñamco, por el valle del Queuco) que incluye desayuno de campo y asado de chivo (35.000 pesos por persona; Km. 12 Camino Ralco-Trapa Trapa; tel. 43/197 4880; www.trekaleyin.com). Y, por cierto, no se vaya sin visitar el pequeño, pero bien tenido Museo Pehuenche, en la plaza de Ralco (que tiene una curiosa forma de telar). Aquí se exhibe todo tipo de utensilios pehuenches, instrumentos musicales, objetos ceremoniales y una estructura de madera con los apellidos de las 11 comunidades que viven en la zona, entre otros detalles. Todo, además, está explicado con textos en español y mapudungún (Entrada: 500 pesos).
Por Sebastián Montalva W., desde el Biobío..