El ex candidato retoma la agenda pública ante la inminente inscripción oficial de su partido, el PRO, en tres regiones. Afirma que a fines de año espera inscribirlo en todo el país, llama a los partidos de la Concertación a formar un frente que respete cuatro grandes líneas programáticas, critica a la dirigencia DC por vetar el debate y dice sobre Bachelet que "no aspira a ser mosquetero de ningún ex Presidente".

Dice que ha hecho un trabajo silencioso, alejado de los medios.

Dice que ha recorrido 125 comunas a lo largo de Chile, cuando algunos creían que se había "retirado".

Dice que ha estado exponiendo y reuniéndose con autoridades en el exterior. Y enumera: en México, en Estados Unidos, en Francia, en España...

Ahora, Marco Enríquez-Ominami está en Suecia. Fue invitado por una parte de la masiva comunidad de chilenos que vive en ese país.

Por las calles suecas camina con impermeable, pero dice que en los próximos días estará recorriendo las soleadas comunas de Chile para continuar en su ruta de ganar adeptos.

El ex candidato presidencial muestra ufano a quienquiera verlo el anuncio del Diario Oficial que señala que se "acoge la solicitud de inscripción" de su nueva colectividad, el Partido Progresista, en las regiones XV de Arica y Parinacota; I de Tarapacá, y II de Antofagasta.

"A partir del 14 de abril seremos partido legal", dice. Según Enríquez-Ominami, a fines de año espera tener al PRO inscrito en las 15 regiones del país.

Con su colectividad ya legalizada -y en tiempo "récord", agrega- espera que los partidos de la Concertación y otras fuerzas políticas se abran a debatir la formación de un "frente amplio de carácter programático".

-¿Cuáles son los principios que orientarán la acción del PRO?

-Hay todo un debate sobre capacidad, libertad y derechos, del que ni la Alianza ni la Concertación se han querido hacer cargo. El crecimiento económico, la eficiencia y el gasto social no son suficientes para superar las desigualdades. Las desigualdades pasan también por legislar y por la capacidad de dar libertades y derechos. Otra cosa es que nosotros, a diferencia de otros partidos, ponemos por delante las reformas políticas que permitan tener partidos más transparentes, mejores elecciones y mayor eficiencia del Estado. La reforma política es la gran reforma que requiere Chile.

-¿En qué parte del espectro político se ubica el PRO? ¿Más a la izquierda del PS?

-Yo siempre he dicho que mi domicilio es la izquierda, pero que el futuro es el progresismo. Pero creo que el gran problema de América Latina es la desigualdad y Chile es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo. En eso lo que ha hecho la izquierda no ha sido suficiente. Lo mismo en el tema de la seguridad. Latinoamérica es uno de los continentes más sangrientos sin tener guerras. En eso ni la Concertación ni la Alianza han sido capaces de entregar alternativas.

-¿Uno podría imaginarse al PRO sumándose a la Concertación en los próximos meses?

-No. Porque ya hice una ruptura -y en eso tengo una diferencia con algunos de mi generación- con una forma de hacer política. Por ejemplo, la DC o gran parte de ella se ha transformado en un partido conservador, que se niega a legislar sobre libertades y derechos. La dirigencia DC ha transformado al partido en un gran censurador que veta los temas del debate. Cuando se planteaba la necesidad de debatir sobre el rol de la Iglesia católica en Chile, ¿qué decía la DC?... Y miremos cómo está la Iglesia católica hoy.

-¿Si ya ha dejado claro que el PRO no se sumaría a la Concertación, espera que se llegue a algún pacto electoral?

-Proponemos crear un frente amplio programático con todos los que estén de acuerdo en cuatro grandes consensos: la democracia, el rol del Estado para derrotar a la pobreza; el mercado como herramienta para crear riqueza -y no para distribuir-; y en cuarto lugar, que es un gran silencio en la Concertación, es recomponer el tejido social, que se ha desactivado desde los años 90. Propongo un gran frente amplio que tiene que ver con ideas, pero sin vetos ni censuras. La invitación es a un acuerdo programático antes de llegar a un pacto electoral.

-¿Cómo sería ese acuerdo electoral, en su opinión?

-Nosotros no vamos a concurrir a ningún acuerdo electoral mientras no haya un acuerdo programático. Lo que comienza mal termina mal. Los líderes de la Concertación no pueden secuestrar a las bases y hacerse los locos con el debate programático. Las cosas así no funcionan.

-Guido Girardi, justo antes de llegar a la presidencia del Senado, dijo en febrero que la Concertación debería hacer grandes acuerdos electorales con otras fuerzas en un gran frente de oposición. ¿Su posición es distinta?

-Diametralmente distinta, porque entiendo la política de otra manera. En esa lógica de hacer acuerdos electorales, ¿entonces por qué la Concertación no hace un acuerdo electoral con RN? Creo que los chilenos están castigando severamente ese pragmatismo y el hecho de que no haya elementos diferenciadores en materias programáticas. Y nosotros hemos hecho invitaciones a los partidos de la Concertación para discutirlas y no ha habido respuesta. Sería parte de la vieja política hacer acuerdos electorales sin siquiera saber si hay un nuevo trato entre las distintas fuerzas sociales y políticas. El derecho de la mujer a decidir, el derechos de las minorías sexuales, los derechos del pueblo mapuche, esa agenda está completamente vetada por una parte de la dirigencia de la DC.

-¿Qué diálogos ha tenido con los presidentes del conglomerado, Osvaldo Andrade (PS), Ignacio Walker (DC), Carolina Tohá (PPD) y José Antonio Gómez (PRSD)?

-He tenido conversaciones telefónicas con algunos, pero no hay ninguna solución con respecto al tema programático. José Antonio es quien a mi juicio ha demostrado más disposición y generosidad para discutir ideas. Creo que su partido ha tenido conciencia de los errores que se cometieron en las primarias de la Concertación en 2009.

-Hace poco dijo en Chile 21: "No soy de la Concertación, no quiero volver a ella y no creo en ella como alternativa de futuro". ¿Cómo entonces espera construir un frente amplio con esos partidos?

-Usted lo ha dicho. Yo he invitado a cada uno de los partidos a conformar un frente amplio. Lo que a mí me parece que podría explicar la negación a construir un frente amplio, programático, es que se quiera construir una agenda de cupos de poder. Apostar a que el binominal los va a proteger sería una señal de que se sienten cómodos con la derrota.

-¿Qué opina de las llamadas "figuras jóvenes" como Ricardo Lagos Weber, Carolina Tohá y Claudio Orrego?

-Les deseo mucho éxito. No son mis adversarios. A diferencia de ellos, yo no tengo hambre de hablar mal de ellos. Me encantaría que fueran un verdadero recambio de la Concertación. Nos importa muchísimo tener interlocutores más jóvenes con la Concertación.

"Si la Concertación cree que en Chile todo pasa por ellos, se van a equivocar"

-Hay presidentes de partido que han señalado que esperan sentarse a conversar con colectividades y no con personas, y que por eso no se han avanzado en las conversaciones. ¿Ahora que el PRO estaría legalizado llegó el momento de empezar a conversar?

-Yo creo que hay un terrible error con esa declaración, porque hace mucho tiempo en Chile quedó demostrado que los partidos no tienen el monopolio de la acción pública. En 2009, quien compitió ¿fue un partido o una persona?, pregunto. Pareciera que la derrota de ellos fue por creer que los partidos eran los dueños de Chile. Yo no, yo converso con las ONG, con los alcaldes, con dirigentes de base. Tengo otra actitud, otros métodos. Ahora, con los ecologistas y los humanistas ya estamos en diálogos programáticos. Por tanto, si la Concertación cree que en Chile todo pasa por ellos, se van a equivocar igual que en 2009.

El factor Bachelet: "No aspiro a ser mosquetero de ningún ex Presidente"

-Hoy se habla de que la única gran candidata de la oposición podría ser Bachelet. ¿Está de acuerdo?

-Nunca he aspirado a ser director de la fundación de un ex Presidente, ni tampoco a ser parte del club de mosqueteros de un ex Presidente. Nunca ha estado en mi lógica. Promover la reelección es una señal de falta de cambio, de una gran renovación política. A la Concertación le ha costado mucho el recambio. Yo tengo interés en construir, con el presidente del PPD, con el del PS, con el de la DC y del PRSD una gran fuerza, un gran frente amplio programático.

-¿Usted espera una gran primaria presidencial para la oposición?

-Como partido progresista estamos por primarias vinculantes para elegir candidatos a alcaldes, a parlamentarios, a Presidente...

-Por estos días ha aparecido el ex Presidente Lagos. Algunos dicen que volvió casi como un "inspector general" de la Concertación. ¿Qué opina de su regreso?

-Una buena y una mala. La buena es que me parece estupendo que Ricardo Lagos mantenga ese músculo, esa reflexión permanente. Es de los políticos que se preocupan de proponer y eso tiene tremendo valor. Sería injusto no reconocer eso. Lo malo es que ojalá no cometa el error de intentar controlar. Creo que la gran dificultad de Chile y también de la Concertación es que está desesperadamente buscando un padre y una madre.

-Hay algunos en la oposición que todavía lo culpan por la derrota de Eduardo Frei.

-Sí, claro. Como si fuera yo quien hizo el Transantiago, quien defendió a Pinochet en Londres, quien puso a la señora en cargos, quien formó empresas para hacer negocios con el Estado... Creo que parte de la dirigencia DC ha hecho una caricatura de mí. Lo que sí le puedo reconocer a la DC es no haberse sumado al gobierno de Piñera. Eso hay que reconocerlo. A diferencia de personas como Jaime Ravinet, que es lejos lo más triste de la política chilena.

-Hoy los principales presidenciables son de la Coalición por el cambio y son ministros. ¿El oficialismo tiene asegurada la próxima elección presidencial?

-Eso pasa en todos los Gobiernos. Creo que es normal que los liderazgos de la oposición aparezcan mucho más hacia el final, no tengo ninguna duda de eso. Eso corre para nosotros y corre para la Concertación. No creo que la Coalición por el cambio tenga la elección presidencial asegurada.

"Las acusaciones de Cuba contra Max exceden lo legal"

-Max Marambio fue muy importante en su campaña y apareció en las primeras actividades del PRO. ¿Cómo describiría la situación que vive hoy, en la que Cuba ha hecho un juicio en que lo ha condenado a 20 años de cárcel?

-Conozco a Max. Estoy convencido de que es inocente y, como dijo su abogado, todas las acusaciones contra Max exceden lo legal. Y los juicios exceden lo legal.

-¿Él va a tener alguna influencia o presencia en el nuevo partido?

-No, porque yo creo que está dedicado a defender su honra, lo que me parece de toda lógica. Tiene puestas todas sus energías en defender su inocencia.

-En estas circunstancias, ¿cuál es su posición frente a Cuba?

-Cuba no es una democracia. Tiene que avanzar hacia una democracia, a mí me gustan las democracias, no me gustan los sistemas donde no hay libertad de expresión. Dicho esto, sería interesante preguntarse, ¿por qué nunca Estados Unidos ha aplicado el mismo embargo a otros países? Un ejemplo es China. Es interesante saber por qué Chile ha condenado reiteradamente, a través de sus políticos, la política cubana, y no ha dicho nunca nada sobre China.

"Estoy a favor de la acusación constitucional, porque es un instrumento político"
-¿Está de acuerdo con la acusación constitucional a Jacqueline van Rysselberghe?

-Desde un principio ella tenía que renunciar. Yo estoy a favor (de la acusación), porque es una acusación política, no es una acusación de tipo judicial. La acusación constitucional es un instrumento político.

-¿Cuál es el ministro de Piñera al que más respeta?

-Creo que la Cancillería ha estado bien. Moreno ha hecho un trabajo súper interesante. Con el tema de Perú, con el tema de La Haya. Proponerle a los peruanos un trato distinto me parece de una gran audacia. Pero lo que me llama la atención es que Piñera, pese a la demanda, pueda tomar un pisco sour con Alan García, pero que a Evo Morales, apenas anuncie una posible demanda internacional, lo hayan mandado al carajo. Hubiera preferido una política más coherente.

-¿Se puede decir que Marco Enríquez-Ominami es más cercano a Ollanta Humala en la elección peruana?

-No. Yo creo que el verdadero problema de América Latina no es el populismo, es el nacionalismo. A mí los nacionalistas de izquierda o derecha no me gustan.

-¿El gobierno de Piñera le ha arrebatado algunas banderas a la oposición proponiendo la eliminación del 7% a los jubilados, el ingreso ético familiar, etc.?

-Ése es un problema de la Concertación. Hay un conjunto de banderas que la Concertación nunca quiso tomar, pero las tomó Sebastián Piñera, pero eso no quiere decir que eso tenga que ver con el progresismo. ¿Cómo va a ser progresista algo tan simple como un modelo que no es capaz de proponer que los ricos tributen y los pobres tributen menos?

-¿Qué le parece que se reabra el debate del voto voluntario o voto obligatorio?

-El voto tiene que ser un deber, pero no una obligación.

-¿Qué sintió cuando lo pifiaron en el recital de Sabina?

-Yo no aspiro a la unanimidad.

-¿El "factor Karen Doggenweiler" va a resurgir en sus actividades políticas como era en su campaña presidencial?

-Ella me va acompañar todo el tiempo y yo también a ella. Estoy preocupado ahora porque la voten para reina Guachaca, soy su jefa de campaña.

-¿Aspira a ser candidato presidencial en 2013?

-Por ahora sólo aspiro a presidente del club de fans de Karen.

Gabriel Pardo