El presente libro es una propuesta de sentido colectivo que desea poner en la mesa, desde una perspectiva histórica, varios debates respecto del pensamiento indígena en Nuestramérica. En primer lugar, el pensamiento indígena como construcción de ideas es un entramado de largo aliento; estructuralista. Los pueblos indígenas a lo largo del continente desarrollaron -y lo siguen haciendo- pensamiento, autónomo, genuino y en relación con otros y otras, cuestión que permitió en tiempos de la colonia -tanto española como portuguesa- vislumbrar sujetos y proposiciones respecto del entorno, la humanidad y el cosmos. Con el arribo europeo a estos territorios, muchos cronistas fueron dejando por escrito lo que veían y aprendían de hombres y mujeres de la costa, los valles y serranías. Todo este conjunto de pensamiento se refería al lugar de hombres y mujeres en un entramado mayor, liderado por el sol y su potencia energética, inspiradora y dadora de todo.