Nos encontramos ante una problemática compleja que amerita una rigurosa discusión, sobre todo porque en la base de esta distinción normalmente se introduce un rasgo argumentativo que apela por la pureza cultural, situación no menos compleja cuando en el proceso de contacto cultural, como el caso mapuche/chileno, se implican variados factores de préstamos culturales debido a la transculturación obligada que le imprime el sistema hegemónico