Endesa informó del despido de 600 trabajadores como consecuencia de la paralización de las faenas que tenía a su cargo la empresa contratista Febrag, encargada de levantar el derrumbado muro de piedras y tierra, las que no soportaron los 2 mil 800 metros cúbicos por segundo que llevaba el río Biobío el domingo pasado. Para Endesa, ésta sería una nueva demora que se suma a las registradas entre julio de 1998 y enero de 1999, en septiembre de ese año y marzo del año 2000, las que fueron motivadas por acciones de fuerza y conflictos judiciales con indígenas opositores a la construcción de la central hidroeléctrica. Diario El Sur, 31 de mayo de 2001

Caída de muro
deja a 600 cesantes
- Estructura de piedras y tierra permitía la construcción de la central Ralco. Esta ingresaría al sistema hasta 9 meses después de lo esperado.
- Gerente General había afirmado en la central de Pangue el día anterior, que no se preveían despidos pues había que iniciar obras de reparaciones.
Contrariamente a lo que se había afirmado en la víspera, el derrumbamiento de un muro provisorio para la construcción de la represa Ralco, en el Alto Biobío, impactó de lleno al empleo regional.
Ayer, Endesa informó del despido de 600 trabajadores como consecuencia de la paralización de las faenas que tenía a su cargo la empresa contratista Febrag, encargada de levantar el derrumbado muro de piedras y tierra, las que no soportaron los 2 mil 800 metros cúbicos por segundo que llevaba el río Biobío el domingo pasado.
Los despidos se materializarán durante los próximos 8 días. Este anuncio contradijo los planteamientos de la gerencia de Endesa, que apenas un día antes había asegurado en Pangue que al menos en las próximas dos o tres semanas no habrían novedades, ''pues se estaba evaluando la situación'', dijo Héctor López, gerente general de la firma. Incluso el jefe de construcciones de la central de Ralco -Roberto Barahona- agregó en la ocasión que no habría despidos, pues ''las faenas de reparación son muchas''.
De esta forma, Febrag se une a Besalco y Marenti y Ríos, que por razones climáticas sólo reanudarán sus trabajos en octubre o noviembre de este año.
Para Endesa, ésta sería una nueva demora que se suma a las registradas entre julio de 1998 y enero de 1999, en septiembre de ese año y marzo del año 2000, las que fueron motivadas por acciones de fuerza y conflictos judiciales con indígenas opositores a la construcción de la central hidroeléctrica.
La empresa de capitales españoles analiza el costo temporal que le significará esta nueva detención. Según López, en el escenario más pesimista, la generadora ingresaría la sistema hasta 9 meses después de lo presupuestado, es decir a mediados del 2004. Actualmente, Endesa ha invertido el 38% de los 550 millones de dólares detinados para la construcción de la central.
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