Desde 1629 recrudecieron en el Guayrá los ataques bandeirantes iniciados años atrás. Hacia 1631 llegaron a causar la ruina total de los pueblos que Ruiz de Montoya y sus compañeros habían fundado; muchos de sus pobladores fueron llevados como esclavos al Brasil. Entonces el Padre Antonio, como Superior del Guayrá, tomó una muy difícil decisión; emigrar al Sur con todos los que se habían salvado del asalto paulista. Los habitantes de Loreto y San Ignacio Miní, con los grupos llegados de los pueblos destruidos -aproximadamente 12 mil- iniciaron el penoso Exodo Guayreño. Luego de muchas penurias, a comienzos de 1632, llegaron al arroyo Yabebiry, donde se establecieron los dos pueblos: Nuestra Señora de Loreto y San Ignacio Miní. En 1637 Ruiz de Montoya fue enviado a España junto con los Procuradores de la Provincia Jesuítica del Paraguay para defender los derechos de los indígenas de las reducciones. Se manifestó entonces como un gran diplomático y político. No pudo cumplir su deseo de regresar a Loreto, pues desde España fue enviado a Lima donde falleció el 11 de abril de 1652. "No permitan que mis huesos queden entre españoles, aunque muera entre ellos; procuren que vayan donde están los indios, mis queridos hijos, que allí donde trabajaron y se molieron han de descansar". Para cumplir este deseo, un grupo de 40 guaraníes viajó de Loreto hasta Lima para buscar sus restos. En la Iglesia de la reducción de Loreto fueron sepultados los restos de Antonio Ruiz de Montoya.  El Territorio (Posadas), 11 de noviembre de 2003. 

 
Territorio Digital, Posadas (Misiones), 11 de noviembre de 2003.
Historia. En los siglos XVII y XVIII los misioneros jesuitas fundaron numerosas reducciones entre los guaraníes.

La reducción de Nuestra Señora de Loreto

En base a trabajos de investigación de profesores de historia del Instituto Ruiz de Montoya, se extrajeron algunos datos del Centro Guillermo Furlong, otorgados por la profesora Angélica Amable, los cuales refieren a que las reducciones eran pueblos integrados por comunidades indígenas reunidas para ser evangelizadas
 

Posadas. La reducción de Nuestra Señora de Loreto fue fundada en 1610, por los padres José Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá a orillas del río Paranapanema, actual Brasil, al Norte de Misiones, afirmó Angélica Amable y dijo que, en medio de grandes privaciones, Ruiz de Montoya compartió con ellos esa vida austera, expuesta a permanentes peligros.

Durante ocho años Ruiz de Montoya trabajó con sus compañeros incansablemente, incorporando nuevos pobladores a las reducciones de Loreto y San Ignacio, y organizando estos pueblos. Además, por estos años compuso un arte y vocabulario de la lengua guaraní.

Al final de este primer período misional, el 2 de febrero de 1620, hizo su profesión de 3 votos en la reducción de Loreto. En 1622 fue designado Superior de la Misión del Guayrá sucediendo al Padre José Cataldino. Se inició entonces una nueva etapa, de expansión misionera, pero signada por la agresión externa.

Desde 1629 recrudecieron en el Guayrá los ataques bandeirantes iniciados años atrás. Hacia 1631 llegaron a causar la ruina total de los pueblos que Ruiz de Montoya y sus compañeros habían fundado; muchos de sus pobladores fueron llevados como esclavos al Brasil. Entonces el Padre Antonio, como Superior del Guayrá, con el consentimiento de los demás misioneros y la aprobación del superior Provincial, tomó una muy difícil decisión; emigrar al Sur con todos los que se habían salvado del asalto paulista. Los habitantes de Loreto y San Ignacio Miní, con los grupos llegados de los pueblos destruidos -aproximadamente 12 mil- iniciaron el penoso Exodo Guayreño, donde debieron soportar obstáculos naturales, como así también la resistencia de los encomenderos de Ciudad Real que pretendían someterlos al servicio personal. Luego de muchas penurias, a comienzos de 1632, llegaron al arroyo Yabebiry, donde se establecieron los dos pueblos: Nuestra Señora de Loreto y San Ignacio Miní.

En defensa de aborígenes

Entre otro orden de cosas, destacó la profesora Angélica Amable, que fueron tiempos de duras pruebas para el Padre Montoya, pues vio sufrir y perecer a muchos de sus hijos espirituales y además tuvo que soportar la censura de otros misioneros que lo responsabilizaban de las calamidades consiguientes a la emigración. Él se mantuvo firme y en 1636 fue reivindicado y designado Superior de las Misiones de Guaraníes ante la inminencia de un ataque bandeirante al Tape y al Itatín.

En 1637 Ruiz de Montoya fue enviado a España junto con los Procuradores de la Provincia Jesuítica del Paraguay para defender los derechos de los indígenas de las reducciones. Se manifestó entonces como un gran diplomático y político. Allí publicó sus obras de lingüística y su famosa Conquista Espiritual.

No pudo cumplir su deseo de regresar a Loreto, pues desde España fue enviado a Lima donde falleció el 11 de abril de 1652. Pero él había manifestado: "No permitan que mis huesos queden entre españoles, aunque muera entre ellos; procuren que vayan donde están los indios, mis queridos hijos, que allí donde trabajaron y se molieron han de descansar". Para cumplir este deseo, un grupo de 40 guaraníes viajó de Loreto hasta Lima para buscar sus restos. De regreso pasaron por Potosí, Salta, Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba, y en todas estas ciudades la gente recibió y despidió con señales de extraordinaria simpatía los despojos mortales del misionero jesuita. Por vía fluvial llegaron a Asunción, y desde allí se trasladaron a Loreto pasando por distintas reducciones. En la Iglesia de la reducción de Loreto fueron sepultados los restos de Antonio Ruiz de Montoya.

Nuestra Señora de Loreto: centro de peregrinación

Las ruinas de esta reducción se encuentran situadas en terrenos de propiedad provincial, a 53 kilómetros de Posadas, explicó Amable, se accede desde la ruta Nacional 12, recorriendo 4 km. A través de un camino provincial de tierra. Los vestigios están cubiertos por una imponente vegetación. Entre 1992 y 1995 se realizaron trabajos de rescate y puesta en valor mediante un convenio entre el Ministerio de Cultura y Educación de la Argentina, el gobierno de la provincia de Misiones y la Agencia Española de Cooperación Internacional.

La reducción de Loreto constituyó un centro de peregrinación desde su instalación definitiva en el siglo XVII. Tres espacios sagrados convocaban a los devotos: la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, el templo y la capilla del Monte Calvario.

La Capilla de la Virgen de Loreto ocupaba un lugar preeminente en el conjunto urbano, elevada sobre un amplio espacio a modo de plaza. La devoción a la Virgen de Loreto estaba muy difundida entre los pueblos guaraníes reducidos, y de modo particular entre los del pueblo que lleva su nombre, donde se había conformado una congregación de la Virgen de Loreto. La imagen de la Virgen de Loreto había sido llevada al guayrá por el Padre Antonio Ruiz de Montoya, y al poco tiempo adquirió el carácter de "milagrosa". Al producirse el éxodo guayreño fue trasladada hacia el Yabebiry

Montoya

Entre datos de investigaciones de historiadores de la talla de Furlong, Angélica Amable, prosiguió diciendo que Antonio Ruiz de Montoya nació en Lima en 1585. De joven fue aventurero y desenfrenado, luego ingresó en la Compañía de Jesús ordenándose como sacerdote en 1611. Su tarea misional la inició en Guayrá (al norte del río Iguazú), donde Cataldino y Massetta, habían fundado en 1610 las reducciones de Loreto y San Ignacio Miní.

 
Mercedes "Mecha" Villalba

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