"Soy un símbolo de la lucha de mi pueblo", dice desde la cárcel. Argentina y Chile lo califican de terrorista. Es el jefe del grupo que ha ocupado las tierras de Benetton
Argentina y Chile lo califican de terrorista, y desde hace más de un mes está en la cárcel de Esquel, a 1.800 kilómetros de Buenos Aires, a la espera de una posible extradición, pero ninguno de los dos países parece capaz de controlar a Facundo Jones Huala, el líder mapuche que ha logrado llamar la atención internacional con su ocupación de las tierras de Benetton en la Patagonia, donde la empresa italiana tiene casi un millón de hectáreas. Él se defiende desde la cárcel en una conversación con EL PAÍS, y rechaza las acusaciones de terrorista.Los seguidores de Jones Huala, que no cesan en sus protestas para pedir su excarcelación, han protagonizado numerosas manifestaciones en esta zona del país que terminaron en represión por parte de las fuerzas policiales argentinas, con heridos y detenidos. La última, el pasado lunes en Bariloche, donde resultaron heridos una hermana y dos primos del detenido y fueron aprehendidas nueve personas. En Buenos Aires, una veintena de encapuchados destrozaron la casa de la Provincia de Chubut y antes de irse dejaron panfletos firmados por la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM).
Chile entiende que el lonco (como se llama a los jefes mapuches) es el principal responsable del incendio de un latifundio en enero de 2013, y pide su extradición para enjuiciarlo como terrorista, una pena por la que puede ser condenado a 18 años de prisión. La Corte Suprema argentina niega la entrega del imputado, pero la justicia ordinaria le inició otro juicio por la misma causa.
El pasado 27 de junio, los presidentes Mauricio Macri y Michelle Bachelet mantuvieron un nuevo encuentro diplomático en Chile, en el que celebraron haber “dado un nuevo impulso entre los dos países en los afectos y en la integración”. En simultáneo, en un control en la provincia de Rio Negro, la Gendarmería argentina detenía al lonco mapuche Facundo Jones Huala, sobre quien pesaba un pedido de captura internacional. Se le imputa la autoría del incendio ocurrido en el latifundio Pisu Pisué, en la región chilena de Los Ríos, en 2013, además de la tenencia ilegal de armas de fabricación artesanal y la infracción a la Ley de Extranjería.
“Estoy preso por ser un militante y un símbolo de la resistencia de mi pueblo, por haber expresado lo que piensan miles de mapuches y de otras comunidades”, afirma a EL PAÍS desde la Unidad Penitenciara 14 de Esquel, donde está detenido. Ha iniciado una huelga de hambre de seis días, por la que ya perdió más de dos kilos. “Estamos cansados de la opresión, el despojo de sacarnos las tierras y que nos maten y nos detengan cuando quieren. Mi grito de resistencia generó cierta esperanza en la gente que se empezó a movilizar para recuperar sus tierras”, insiste.
Jones Huala lidera el grupo que ha ocupado una pequeña parte de las tierras de Benetton. La policías ha intentado sacarlos de allí varias veces, en ocasiones de forma violenta, pero hasta ahora no lo ha logrado. Esta semana, los compañeros de Huala denunciaron que la Gendarmería entró a los tiros a la comunidad y desató otra fuerte represión. Todavía permanece desaparecida una persona. “Me dijeron que hay una orden de reprimir cualquier manifestación mapuche. Están militarizando Bariloche, Esquel y El Bolsón y yo estoy siendo sometido a un doble proceso cuando nadie puede ser enjuiciado dos veces por la misma causa”, protesta Huala.
Es la segunda vez que el lonco es alojado en esa cárcel. El año pasado también estuvo allí, a la espera de que el juez federal de Esquel decidiera si su caso merecía o no la extradición. La justicia finalmente le dio la razón, por eso es que su defensora, Elizabeth Gómez Alcorta, denuncia “una doble persecución simultánea” ante esta nueva detención. “La extradición fue tratada en un primer juicio y Otranto declaró nulo el procedimiento. La fiscal Avila apeló ante la Corte Suprema pero este jueves avalaron la decisión del juez. El pasado 27 de julio se le inicia un nuevo procedimiento requiriendo lo mismo al juez federal de Bariloche, por los mismos hechos y en el mismo país”, amplió. Para la abogada, la decisión del máximo tribunal abre dos posibilidades: “Por un lado nos dan la razón y por el otro, habilitan la discusión de si se puede o no juzgar otra vez a Facundo”.
Un vocero del gobierno de Chubut, la provincia en la que está detenido Jones Huala, asegura a este diario que el propio gobernador, Mario Das Neves, que siempre ha calificado de terroristas a este grupo mapuche, se comunicó el martes con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, para pedirle que envíe más policías a la zona y argumentó que Jones Huala no es un indígena más y “forma parte de otra cosa, con una metodología de violencia que de ninguna manera aceptamos y esta desatada contra ciudadanos indefensos. La otra vez apedrearon y amenazaron a una señora, también le quemaron la estancia a un hombre, toda gente que no es enemiga de ellos sino gente común y corriente que está trabajando”.
“Yo ya fui enjuiciado el año pasado por esto”, insiste el lonco, “El Estado argentino me quiere mandar a Chile y la solución de ese país al conflicto mapuche es la cárcel o la muerte. Este año ya hubo dos muertos en Chile por conflicto de tierras y aquí, una de las secretarias del juez me dijo que usaba mi caso para dar clases en la facultad. Juegan con mi libertad”. “Hemos planteado un diálogo de altura tanto con Argentina como con Chile, pero no han bajado a dialogar porque defienden los intereses de las grandes empresas y los mapuches somos una molestia para ellos”, afirma el detenido.
Jones Huala nació en Bariloche hace 31 años y tiene un niño. De ese lugar es su madre y el resto de su familia, la mayoría desalojados en 1930, pero su padre es de Cushamen (unos 200 kilómetros al sur), donde están las tierras de Benetton ocupadas. “Por cuestiones de linaje, me toca volver a la tierra de mi padre para ser lonco de mi gente, que es algo que no se elige”.
El conflicto por las tierras con los Pueblos Originarios es incluso más antiguo que Argentina. Jones Huala no salva a ningún Gobierno. “Con el kirchnerismo fuimos reprimidos y nos hicieron inteligencia, pero con el macrismo eso se multiplicó por tres. Mi prisión es ilegal, considero que estoy secuestrado por el Estado. Por eso llamamos a la solidaridad internacional y así como muchos salen a condenar el régimen de Maduro, aquí, los Pueblos Originarios necesitamos que hagan lo mismo con la represión brutal que hay contra las organizaciones sociales y el pueblo mapuche”, finaliza Huala. Fuentes de la Presidencia y la Cancillería argentina confiaron a este diario que están a la espera de lo que decida la Justicia para tomar cartas en el asunto.