No todo ha sido idílico en la relocalización de las 66 familias que cambiaron las riberas del sector de Ralco, por los fundos El Barco y El Huachi, donde los problemas han sido básicamente -aunque en distinta medida- una excesiva dependencia respecto de las acciones de la empresa Endesa y un retraso en los planes que el Gobierno y el sector público debían ejecutar en la zona del Alto Biobío. Diario El Sur, 24 de marzo de 2001


sábado 24 de marzo de 2001
Informe ambientalista
Problemas que
presenta del cambio

Retraso de plan gubernamental y excesiva dependencia de las acciones sociales de Endesa cohartan desarrollo íntegro de sus habitantes.


No todo ha sido idílico en la relocalización de las 66 familias que cambiaron las riberas del sector de Ralco, por los fundos El Barco y El Huachi, donde los problemas han sido básicamente -aunque en distinta medida- una excesiva dependencia respecto de las acciones de la empresa Endesa y un retraso en los planes que el Gobierno y el sector público debían ejecutar en la zona del Alto Biobío.

Según la Conama, existe una dependencia ''mayor a la deseada'' por parte de los relocalizados, por lo que las acciones de la compañía hidroeléctrica de capitales españoles deben ''apuntar a desarrollar capacidades propias en las familias, para lograr mayor autonomía y autogestión en sus actividades'', señala el informe oficial.

De acuerdo a lo establecido como compensaciones, por el negativo impacto que generará la instalación de la central a las 91 familias pehuenches del Alto Biobío, se afirma que el Gobierno debería estar ejecutando un complejo plan en la red social indígena, principalmente referidas al subsidio único familiar, pensiones asistenciales, entre otros, además de acciones de responsabilidad de servicios y entidades públicas.

Tanto la Conama como los relocalizados concuerdan que hay claros indicios de que éstas tareas estatales no se estarían cumpliendo a cabalidad, pese al compromiso adquirido entre las partes para la aprobación del proyecto, ocurrido el 24 de septiembre de 1997.

Otro de los aspectos conflictivos latentes entre los relocalizados son las diferencias educacionales entre los niños. La fiscalización de la Conama arrojó que los menores que provienen de los establecimientos del sector del Alto Biobío, llegan a cursar 4º o 5º Básico sin haber aprendido a leer.

''Sin embargo, los niños que comenzaron el 1º básico en esta escuela -Los Junquillos- demuestran un desarrollo intelectual y capacidad de aprendizaje similar a la de los niños originarios del sector'', agrega al respecto el escrito.

El desarrollo productivo entre los dos fundos también muestra matices que se perciben de manera disímil por parte de los receptores. Mientras los habitantes de El Barco presentan una capacidad de emprendimiento más independiente, en El Huachi se alega la escasa presencia de técnicos agrícolas de Endesa, de la falta de apoyo para la comercialización de sus productos y se pide una ''mayor o mejor aplicación y/o difusión del uso del Fondo de Asistencia Productiva'', según se indica en el informe ambientalista.
 


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