Reportajes.Según el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Andrés Santa Cruz, la base de todo el conflicto actual es que "una tropa de delincuentes está aprovechándose de un grupo importante de chilenos que provienen de la etnia mapuche". Asegura que detrás de gente de la IX Región que se ve afectada por la pobreza existe un grupo de instigadores, que deberán ser identificados por los organismos de seguridad. Con respecto a la creación de un estado mapuche, es enfático en señalar que no tiene cabida, porque aquí "hay un solo Estado y éste es un solo país unitario, que es Chile". EL diputado (DC) por Temuco y Padre Las Casas, Francisco Huenchumilla, explica que "el problema político que estamos viviendo se produce por la deuda histórica del Estado chileno a partir de la mal llamada pacificación de la Araucanía".  PARA Jorge Calbucura mapuche, sociólogo, académico en una universidad sueca y difusor de la cultura mapuche, este conflicto data de 1883, cuando tropas chilenas ocuparon el estado mapuche, relegando a los autóctonos a vivir en reducciones indígenas. Simpatiza con la idea de que los mapuches formen un estado autónomo, soberano e independiente, ya que su pertenencia al chileno "no les ha reportado ningún beneficio". La decisión del gobierno de aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado la interpreta como una señal de aprovechamiento político. "Es evidente la manifiesta falta de voluntad política por parte del gobierno para solucionar o atender la demanda de la comunidad mapuche",; por ello, ninguna medida de los últimos mandatarios ha sido efectiva. Si cambiara esta disposición de las autoridades, Calbucura plantea que el gobierno debería renunciar a la ejecución de la central Ralco en el Alto Bíobío, como una compensación histórica a los mapuches. El Mercurio, 4 de febrero de 2001

 


Santiago de Chile, Domingo 4 de Febrero de 2001
"Algunos mapuches están siendo utilizados por delincuentes comunes, que encabezan los conflictos", asegura el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Andrés Santa Cruz.

El Conflicto en Arauco. Opinan Interesados y Experto

APLICAR TODO EL RIGOR DE LA LEY

SEGUN el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Andrés Santa Cruz, la base de todo el conflicto actual es que "una tropa de delincuentes está aprovechándose de un grupo importante de chilenos que provienen de la etnia mapuche".

Asegura que detrás de gente de la IX Región que se ve afectada por la pobreza existe un grupo de instigadores, que deberán ser identificados por los organismos de seguridad.

Con respecto a la creación de un estado mapuche, es enfático en señalar que no tiene cabida, porque aquí "hay un solo Estado y éste es un solo país unitario, que es Chile".

En cuanto al nivel de aprovechamiento político que puede darse en este conflicto, Santa Cruz piensa que es lo peor que podría ocurrir, pero que actualmente "intentan sacar provecho los mismos de siempre; la ciudadanía sabe quienes son y, por ello, no personalizo".

El presidente del organismo agricultor sostiene que en el contexto actual es clave el papel del gobierno. Puesto que debe aplicar todo el rigor de la ley para identificar a los instigadores y ponerlos a disposición de los tribunales.

También destaca que es importante enfrentar la pobreza que afecta a la zona, generando más educación, capacitación, infraestructura e inversión.

"Si se entregan tierras, vamos a botar millones de pesos en una medida que claramente no soluciona el problema", enfatiza.

Además, Santa Cruz hace notar su preocupación porque "los instigadores se están aprovechando del dolor de los mapuches y de la situación desesperada en que viven".

Los dichos respecto a la utilización de los indígenas por delincuentes comunes, el presidente de la SNA los justifica aludiendo a información que maneja en torno a las "excelentes relaciones por parte de los agricultores del sur con la gente proveniente de la etnia mapuche".

MÁS REPRESENTANTES Y DIÁLOGO

EL diputado (DC) por Temuco y Padre Las Casas, Francisco Huenchumilla, explica que "el problema político que estamos viviendo se produce por la deuda histórica del Estado chileno a partir de la mal llamada pacificación de la Araucanía".

Consecuente con su criticada postura moderada, aclara que aunque los indígenas reivindican algo justo, no apoyaría la idea de crear un estado mapuche, "porque somos parte de nuestro país, que es Chile".

La solución pasaría más bien por asumir la existencia de los pueblos indígenas y aceptar su diversidad.

Un punto débil que distingue en los mapuches es su falta de representantes en el Congreso, que los lleva a tener poca capacidad para defender sus intereses.

A la hora de buscar una vía de solución al problema, Huenchumilla destaca la necesidad de discutir. "El pueblo mapuche no pesa en el pueblo chileno; por eso tiene que recurrir a la fuerza, pero yo estoy por el diálogo y en esto, el gobierno tiene la palabra", aclara.

Por ello considera que sería valioso "sentar en una misma mesa a las empresas forestales, a las comunidades mapuches y al gobierno, de manera que se imponga el diálogo".

Huenchumilla critica la forma en que las "clases dirigentes" enfrentan la situación, porque desconocen el tema.

La consecuencia de esto es que "reaccionan como si esto fuera una protesta de camioneros, de los portuarios o de los universitarios".

Si bien reconoce como un avance importante que el Gobierno haya creado la Comisión de Verdad Histórica, plantea que es necesario reorganizar la Conadi e Indap y generar un organismo potente que atienda a los mapuches.

A pesar de las comparaciones que se hacen entre el problema mapuche y lo que representa Chiapas en México, Huenchumilla enfatiza que son realidades completamente distintas y que esta posibilidad está tan cercana "como pensar que dentro de Chile pudiéramos tener una provincia de China".

Por Karina Ferrando Cossio

FALTA VOLUNTAD POLÍTICA

PARA Jorge Calbucura mapuche, sociólogo, académico en una universidad sueca y difusor de la cultura mapuche, este conflicto data de 1883, cuando tropas chilenas ocuparon el estado mapuche, relegando a los autóctonos a vivir en reducciones indígenas.

Simpatiza con la idea de que los mapuches formen un estado autónomo, soberano e independiente, ya que su pertenencia al chileno "no les ha reportado ningún beneficio".

La decisión del gobierno de aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estadola interpreta como una señal de aprovechamiento político.

Por otra parte - explica- los militares plantean al gobierno que está en juego la estabilidad interna del país y que quienes actúan son subversivos. Luego, el gobierno debe responder a los grupos empresariales que se ven afectados y los mapuches "no figuran en ningún orden prioritario".

"Es evidente la manifiesta falta de voluntad política por parte del gobierno para solucionar o atender la demanda de la comunidad mapuche",; por ello, ninguna medida de los últimos mandatarios ha sido efectiva.

Si cambiara esta disposición de las autoridades, Calbucura plantea que el gobierno debería renunciar a la ejecución de la central Ralco en el Alto Bíobío, como una compensación histórica a los mapuches.

También sería beneficioso que se reconociera constitucionalmente a los indígenas para poder entablar un diálogo.

Otra medida útil sería convocar a un parlamento entre el pueblo mapuche y el Gobierno de Chile, para llegar a un acuerdo en la forma de solucionar los problemas.

Si bien este sociólogo reconoce elementos comunes entre este conflicto y lo que ocurrió en México, con Chiapas, aclara que "no tenemos la necesidad de recurrir a analogías como ésta. Tenemos un Arauco chileno, históricamente convulso y violento".

LA NECESIDAD DE RECONOCER LOS ERRORES

SEGÚN el investigador del Instituto Libertad Jorge González, todo encuentro de dos culturas - española y mapuche, en este caso- produce enfrentamientos.

Sin embargo, la situación ha llegado al estado actual a causa de las políticas emprendidas por los gobiernos concertacionistas.

En un agudo cuestionamiento, plantea que mientras el Presidente Patricio Aylwin hizo promesas desmedidas a las comunidades indígenas, en el gobierno de Eduardo Frei se adoptó la práctica de cooptar a los líderes mapuches más revolucionarios y, lo que es peor aún, el mandatario Ricardo Lagos no ha sabido reconocer estos errores.

Además, explica que actualmente la "izquierda extraconcertación" intenta aprovecharse políticamente del conflicto. Lo que no ocurre con los partidos que tienen representación en el Congreso.

Si bien reconoce que aplicar políticas sociales y acabar con la pobreza es una vía para atacar el conflicto, precisa que éstas son medidas insuficientes para este tema en particular.

En busca de una soluciónseñala que se debe partir por que el gobierno reconozca sus errores y haga un análisis de políticas que resultaron efectivas en conflictos similares.

Luego, potenciar el uso de instrumentos y políticas que posee el estado y que son aplicables, como los planes para erradicar la pobreza.

También plantea que es esencial que el pueblo mapuche asuma su papel en un mundo globalizado, en el sentido de reconocer la importancia de los liderazgos y, además, que enfrente problemas sociales importantes como el alcoholismo.

En cuanto a la similitud con Chiapas, asegura que los mapuches no tienen preparación militar y que en "pocas horas el Ejército tendría la situación controlada".

HABLANDO DISTINTAS LENGUAS

GABRIEL Salazar es doctorado en historia social y económica y asume la perspectiva de los estratos bajos de la sociedad.

Explica que si bien el conflicto nació con la conquista, el problema actual pasa por la incomprensión de la cultura de esta etnia.

"Nunca desarrollaron un concepto de propiedad privada, ven la tierra como una especie de don mágico donde se desarrolla la vida", explica.

Por ello, no entienden las propuestas del gobierno, "están hablando un lenguaje distinto", aclara.

Asegura que la idea de estado mapuche no tiene cabida, puesto que ellos desean mantener su autonomía, cultura y memoria y no crear otro estado.

"Esta es la lucha de un pueblo contra otro", precisa Salazar, aclarando que parte de la izquierda que ha entendido el problema como una lucha de clases no obtendrá los resultados que espera.

Salazar descarta por completo la intervención de grupos extremistas en los conflictos y explica que "los mapuches pelean desde el siglo XVI y no necesitan este tipo de gente".

Como historiador, considera que las políticas públicas respecto a las etnias deberían aplicar el conocimiento que hay sobre ellas.

También reuniría en parlamentos a representantes chilenos y mapuches, para discutir y encaminarse a una mesa de negociación.

Plantea que sería beneficioso constituir una "asamblea de la civilidad", con empresas forestales, agricultores y todos los involucrados para debatir el problema de la propiedad de la tierra y la forma de asumir las etnias.

Salazar explica que si el proceso de internacionalización que están experimentando los mapuches, sumado al uso de internet y a las luchas actuales no se resuelve bien, podrían surgir guerrillas.

En este proceso destaca la decisión con que actúan los mapuches "hay una convicción que nunca tuvieron los frentistas ni los miristas, que tenían motivaciones políticas; los mapuches tienen, en cambio, un sustento cultural", aclara.


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