Venegas, gobernador de Malleco, la provincia donde la Coordinadora tiene mayor respaldo entre las comunidades, la advertencia resulta tan "lamentable como desmedida". Ese no es el clima ni el propósito en que quisiéramos que se diera el diálogo con el mundo indígena, y particularmente con estas comunidades que son las más radicalizadas, dijo. También descartó de plano la posibilidad de un segundo Chiapas en la región. "Sería desproporcionar la situación, porque no están dadas las condiciones para ello". El Mercurio, 21 de mayo de 2001
COORDINADORA ARAUCO-MALLECO:
Autoridades
Sorprendidas Por Amenazas Mapuches
Califican de desmedida declaración
de que matarán para rechazar desalojos, allanamientos y otras formas
de represión.
Pilar Espinosa/Arturo Zúñiga
CONCEPCION / TEMUCO (Pilar Espinosa y Arturo Zúñiga).- Con estupor, incredulidad, rechazo y comprensión reaccionaron ayer autoridades, políticos y dirigentes ante la virtual e increíble declaración de guerra dada a conocer públicamente el sábado último por la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco.
La citada y radicalizada entidad, que agrupa a sólo 25 de las más de tres mil comunidades mapuches de las regiones del Biobío, Araucanía y Los Lagos, anunció que se defenderán - "y si tenemos que matar, lo haremos"- para rechazar los desalojos, allanamientos y cualquier forma de represión.
La coordinadora aludía así alos últimos y violentos incidentes ocurridos la semana pasada en Tirúa, los cuales culminaron con cuatro mapuches heridos a bala, uno de ellos grave, y dos detectives apaleados.
Opinan Gobernadores
"Amenazas como ésta no pueden amedrentar a la autoridad cuando hace lo correcto", afirmó el gobernador de Arauco, René Rojas, reconociendo que como a cualquier chileno, mapuche o no, debería ocurrirle, le asusta que se llegue a estos extremos. A su juicio, lo sucedido en Tirúa son hechos puntuales que complican las legítimas aspiraciones a tener tierra que constituyen el fondo del conflicto indígena y generan rabia en una comunidad extremadamente sensibilizada.
La primera señal del nivel de gravedad que alcanzó el conflicto tras los incidentes del martes pasado, al oponerse un grupo de indígenas al cumplimiento de una orden judicial, la dio el arzobispo de Concepción, monseñor Antonio Moreno, en una inusual declaración, que llama a detener la violencia antes que cueste vidas humanas.
Para Mario Venegas, gobernador de Malleco, la provincia donde la Coordinadora tiene mayor respaldo entre las comunidades, la advertencia resulta tan "lamentable como desmedida". Ese no es el clima ni el propósito en que quisiéramos que se diera el diálogo con el mundo indígena, y particularmente con estas comunidades que son las más radicalizadas, dijo.
Añadió que hay que ajustarse a los canales establecidos legalmente para continuar trabajando en los temas que se han planteado. Dijo que el gobierno ha dado claras muestras de su disponibilidad para ir resolviendo los problemas del pueblo mapuche, como el Fondo de Tierras y Aguas de la Conadi o el programa especial con el BID, en que se van a invertir US$ 133 millones para comunidades indígenas a lo largo del país en temas de desarrollo productivo. "Creo- agregó- que el Gobierno está haciendo un gran esfuerzo, dentro de las posibilidades presupuestarias existentes".
A su parecer, aunque la conmoción generada se deriva de los incidentes de Tirúa, tampoco cree que el llamado pueda desembocar en una insurrección generalizada, porque, según la autoridad, sería lamentable la pérdida de una vida humana, por el lado que sea. También descartó de plano la posibilidad de un segundo Chiapas en la región. "Sería desproporcionar la situación, porque no están dadas las condiciones para ello", dijo Venegas. Aunque reconoció que hay comunidades minoritarias que están por la vía de lo planteado en la declaración de la Coordinadora, sostiene que la gran mayoría del pueblo mapuche está por el diálogo.
El director de la Sociedad de Fomento Agrícola, Sofo, de Temuco, Robert Vinet, coincidió en que tales amenazas reflejan sólo el sentir de una minoría. Junto con manifestar que, a su juicio, hay cierto manejo político en todo este conflicto, reconoció que si los mapuches han perdido tierras y hay muchas promesas incumplidas, "por ahí se exacerbaron los ánimos", precisando que en cualquier caso son situaciones que tiene que ver la justicia, porque si el Gobierno no es capaz de resolverlas, "se va a armar un problema más o menos grande".
Las comunidades mapuches agrupadas en la Coordinadora Arauco-Malleco anunciaron un endurecimiento en sus posiciones si llegara a empeorar la salud de Juan Liempi, baleado en el incidente con funcionarios de Investigaciones en Tirúa, a 220 kilómetros al sur de Concepción. El comunero mapuche se encuentra en la UCI quirúrgica del Hospital Regional, y aunque su estado continúa siendo grave, ya no hay riesgo de muerte. "De su vida depende el futuro del movimiento mapuche", advirtieron los dirigentes de la Coordinadora.
Comprensión
Para el diputado DC Francisco Huenchumilla, en tanto, la declaración es una expresión de impotencia frente a los hechos ocurridos en Tirúa, y más que una declaración de plataforma política y de opción por la vía armada, la ve como un rechazo absoluto y de sentimiento frente a estos atropellos, y a la imposibilidad de cambiar el curso de las políticas públicas que tiene el Estado para con los pueblos indígenas. "Yo no le doy la connotación de una declaración de guerra, porque las vías armadas y de insurreccionismo no se declaran, sino que se practican", precisó el parlamentario.
Al alcalde Adolfo Millabur, que el mismo día de los incidentes reconoció que no sabía cómo decirle a su gente que siguiera confiando en el diálogo como el mejor camino, le parece entendible ahora cualquier manifestación de las comunidades.
Sin aceptar referirse directamente a la declaración de la Coordinadora, telefónicamente comentó ayer desde Estados Unidos, a donde viajó invitado a dar unas conferencias, la situación que se está viviendo en torno al conflicto indígena. "Qué más le podemos pedir a un mapuche cuando se agotan las instancias de diálogo, cuando recurre al gobierno, a la justicia, a los parlamentarios, y no hay solución", se preguntó.
Sobre la oportunidad de su viaje a Estados Unidos, dijo que espera hasta saber que Juan Liempi estaba fuera de peligro y que, en ningún caso, no es su papel "ser cortina de fuego o apaciguar ánimos", cuando lo que corresponde es evitar provocaciones.
El diputado Alejandro Navarro dijo que para comprender la grave situación que se vive en la zona mapuche basta con saber que allí los niños juegan con casquillos de balas, y eso hace temer que la moderada y mayoritaria agrupación Identidad Lafquenche se radicalice si no hay un cambio en el gobierno para enfrentar la situación.
Criticó como inaceptable la neutralidad de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, Conadi, que se limita pasivamente a observar lo que sucede, generando tal impotencia entre los indígenas, que lleva a formular advertencias como la planteada por la Coordinadora.
Los profesionales que defienden a los
mapuches señalaron, por su parte, que confían en que los
tres comuneros heridos que podrían ser dados de alta esta semana
no serán conducidos a la cárcel de Cañete.