Editorial. Ayer se realizó en Tromén Alto el lanzamiento del "Programa ministerial para el desarrollo productivo de los pueblos indígenas".
Editorial
Desarrollo mapuche
Ayer se realizó en Tromén Alto el lanzamiento del "Programa ministerial para el desarrollo productivo de los pueblos indígenas".
La subsecretaria de Agricultura dirigió ayer un acto que se considera muy importante para el futuro de los pueblos indígenas que viven en el sector rural. El programa en cuestión considera un convenio entre el Instituto de Desarrollo Agropecuario y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena para poner en marcha la denominada "ventanilla única" para estos agricultores. La idea es crear la Unidad Especial de Asuntos Indígenas, que articule todos los recursos en materia de recuperación de suelos y riego, incentivos a la inversión productiva, y el desarrollo de emprendimientos en alianzas con los municipios.
Lo anterior apunta a superar una crítica frecuente, referida a la mala focalización de los recursos y la gestión. Por ello los funcionarios del Indap dispondrán de mayores y mejores herramientas para ser eficientes, ágiles y certeros en la asignación de los recursos.
Nada peor para el desarrollo de una región que mantener gravísimos desequilibrios, y este es uno de los casos. Lo que se pretende, en consecuencia, es que este programa llegue a concluir en el futuro con la incorporación de los productores indígenas a una agricultura competitiva. Eso significa incorporarlos a los modernos procesos productivos para su nivel de explotación y que dejen atrás la agricultura de subsistencia, la pobreza congénita y la falta de expectativas. El tamaño de las propiedades exige tanto innovar como optimizar en aquello que se emprenda y ése es el punto clave para conseguir desarrollo con iniciativas distintas a las tradicionales.