Se trata de La Ciudacita, también llamado Nevados del Aconquija o Pueblo Viejo, un lugar situado a 4300 metros sobre el nivel del mar que habitaron cientos de familias incas hacia fines del siglo XV. El lugar es conocido entre los especialistas y arqueólogos; los primeros registros de su existencia datan de un siglo atrás. La Nación (Buenos Aires), 20 de noviembre de 2002.
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La Nación (Buenos Aires), 20 de noviembre de 2002.
Serán restauradas construcciones indígenas del siglo XV
Recuperan ruinas incaicas en Tucumán
En medio de un paisaje imponente, un conjunto de ruinas incaicas se levanta a unos 150 kilómetros de San Miguel de Tucumán, en lo que constituye un tesoro prácticamente desconocido del patrimonio cultural argentino.Forman parte de La Ciudacita y están situadas a 4300 metros sobre el nivel del mar; acaban de realizar una expedición
- Son unas 70 estructuras y parte del Camino del Inca
- Ahora, quieren preservar la arquitectura del sitio
- La iniciativa surgió de un grupo de jóvenes cineastas y arqueólogos
Gentileza El Chasqui.
Se trata de La Ciudacita, también llamado Nevados del Aconquija o Pueblo Viejo, un lugar situado a 4300 metros sobre el nivel del mar que habitaron cientos de familias incas hacia fines del siglo XV.
Es justamente este rincón olvidado de la historia tucumana que ahora, por primera vez, un grupo de arqueólogos de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y de cineastas independientes comenzará a recuperar, junto con la Administración de Parques Nacionales.
El objetivo es investigar las ruinas de manera sistemática, realizar tareas de excavación y reconstruir arquitectónicamente las estructuras incaicas. En un futuro, la idea -¿quizás el sueño?- es abrir el lugar al turismo, desarrollarlo, protegerlo y convertirlo en lo que según algunos podría ser el Machu Picchu argentino.
Un grupo de 16 personas, la mayoría jóvenes menores de 30 años, ya dio el primer paso. Acaba de regresar de una expedición a los cerros del Aconquija que les llevó seis días. Al llegar, encontraron ruinas que ningún investigador había relevado anteriormente, por lo que el entusiasmo se multiplicó.
El valor de La Ciudacita es enorme: los elementos arqueológicos que aún perduran -entre otros, más de 70 construcciones circulares y rectangulares, que dan la pista de que fue un lugar habitado por mucha gente, y parte del Camino del Inca- podrían dar pie a numerosas investigaciones científicas para reconstruir cómo fue la vida de los incas en el país.
Por lo pronto, según las primeras hipótesis, el sitio podría haber funcionado como un gigantesco centro religioso o administrativo y -menos probable- como un control de fronteras.
El lugar es conocido entre los especialistas y arqueólogos; los primeros registros de su existencia datan de un siglo atrás. Sin embargo, nunca se hizo un relevamiento científico del lugar ni se realizaron tareas de preservación cultural.
El resultado fue que, a lo largo
de los años, en el sector de las ruinas, montañistas y aventureros
realizaron numerosos "huaqueos" (saqueos). Y, por otro lado, nunca se llevó
adelante ningún plan concreto para reparar ni mitigar el castigo
del tiempo.
Cine y cultura
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La iniciativa de la recuperación arqueológica comenzó con la curiosidad de un grupo de jóvenes cineastas, conducidos por Pablo Kühnert, de 25 años, que realizó dos documentales en el noroeste del país. El último de ellos, "Tras los ecos de La Ciudacita" provocó cierto revuelo en los ambientes arqueológicos tucumanos y reavivó el interés por estudiar la zona.
En pocos días, junto con arqueólogos de la UNT, armaron la expedición que acaba de regresar del Aconquija. Subieron con la ayuda de siete mulas que cargaron casi 500 kilos, y debieron soportar fríos de hasta 15 grados bajo cero durante las noches, y vientos de 140 kilómetros por hora.
"La travesía fue muy dura, muy sacrificada -describió Alvaro Martel, de 28 años, arqueólogo de la UNT-. Ninguno de nosotros conocía el sitio. Es impactante", agregó. Según él, hay elementos arqueológicos muy bien conservados, en particular, lo que los arqueólogos llamaron "las plazas ceremoniales y una serie de estructuras que tienen que ver con lugares de residencia temporal de tropas".
Kühnert coincidió: "Es un lugar increíble. La plaza donde se hacían los rituales es tan grande como una cancha de fútbol. Es uno de los principales sitios del imperio incaico", explicó. Federico Kehm (24 años), otro de los cineastas, sintetizó: "Subimos buscando respuestas pero bajamos con más preguntas".
En pocos días, Parques Nacionales presentará el proyecto de recuperación a la Unesco, según confirmó a LA NACION Roberto Molinari, responsable del Programa Manejo de Recursos Culturales. La intención es conseguir financiación para que el plan pueda concluirse.
Mientras tanto, el equipo de jóvenes
investigadores y documentalistas ya prepara su próxima expedición,
para abril de 2003.
Por Amalia Eizayaga
De la Redacción de LA
NACION
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