En un momento, esas tierras en la que viven y en la que descansan sus antepasados pertenecieron a la empresa maderera misionera Garumí, y luego pasaron a ser propiedad de otra empresa, Celulosa Argentina, la que en el año 1992 las donó a la Universidad Nacional de La Plata. Desde entonces, la UNLP realiza allí actividades académicas y de investigación, construyó algunas edificaciones y envía anualmente a contingentes de estudiantes para desarrollar distintos estudios antropológicos. En agosto del año 2001, la propia Universidad de La Plata prometió acceder a un reconocimiento histórico y ceder las más de 6.000 hectáreas misioneras a sus ocupantes originales. Sin embargo, ya pasaron casi dos años de aquel acuerdo sin que las cesiones jamás se concretaran. El Día (La Plata), 8 de octubre de 2003.
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Guaraníes en La Plata en reclamo por sus tierras
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Para esas tres comunidades, la Yvy Pytá (Tierra Colorada en su lengua guaraní), compuesta por 118 personas agrupadas en 26 familias; la Ka'aguy Poty (Flor de la Selva) que integran 255 personas en 47 familias; y la Kapi'i Poty (Flor de Pasto), se trata de tierras sagradas que, sin embargo, nunca fueron suyas, al menos en los papeles. Y por ellas vienen reclamando largamente.
En un momento, esas tierras en la que viven y en la que descansan sus antepasados -existe allí un antiquísimo cementerio- pertenecieron a la empresa maderera misionera Garumí, y luego pasaron a ser propiedad de otra empresa, Celulosa Argentina, la que en el año 1992 las donó a la Universidad Nacional de La Plata.
Desde entonces, la UNLP realiza allí actividades académicas y de investigación a través de las facultades de Ciencias Naturales y Agrarias, construyó algunas edificaciones y envía anualmente a contingentes de estudiantes para desarrollar distintos estudios antropológicos.
Fue así que después
de tantos años de reclamos, las tres comunidades guaraníes
creyeron encontrar la paz definitiva para sus habitantes y sus descendientes.
Fue en agosto del año 2001,
cuando la propia Universidad de La Plata prometió acceder a un reconocimiento
histórico y ceder las más de 6.000 hectáreas misioneras
a sus ocupantes originales. Y tras viajar hasta nuestra ciudad, los caciques
guaraníes y las máximas autoridades de la UNLP celebraron
el acuerdo.
Sin embargo, ya pasaron casi dos
años de aquel acuerdo sin que las cesiones jamás se concretaran.
Y los guaraníes, acompañados por integrantes del Equipo Nacional
de Pastoral Aborigen -ENDEPA, una entidad dependiente de la Conferencia
Episcopal Argentina- volvieron nuevamente hasta La Plata para pedir, una
vez más, por sus tierras.
DEL VALLE A LA PLATA
Llegaron ayer a nuestra ciudad, se alojan en el Colegio San Miguel -de calle 44 y 134- se entrevistarán hoy con las más altas autoridades de la UNLP, y volverán hoy mismo a sus tierras misioneras, donde seguirán desarrollando las mismas costumbres de casi dos siglos, cazar, pescar y hacer artesanías.
Se trata de Agustín y Mariano González, cacique y representante respectivamente de la comunidad Yvy Pytá; de Cirilo Duarte y Juan Castillo, también cacique y representante de la Ka'aguy Poty; y de sus acompañantes María Josefa Ramírez y Julio García, representante y abogado del equipo de la Pastoral Aborigen.
"Todas las transacciones de estas tierras se hicieron siempre con nosotros adentro, sin consultarnos jamás -señaló el cacique Agustín González- primero de la maderera Garumí a Celulosa y de Celulosa a la Universidad de La Plata, desde donde año tras año nos envían gente a estudiarnos sin preguntarnos tampoco si estamos de acuerdo o no; más aún, sin avisarnos antes que van a ir para meterse en nuestras chozas. Yo estuve aquí con el presidente Dibbern cuando personalmente me prometió y se comprometió a cedernos las tierras. Sin embargo esto nunca se cumplió y ahora estamos aquí nuevamente para exigir que se cumpla con lo prometido".
"Queremos una definición por sí o por no -añadió por su parte el cacique Cirilo Duarte- para que se firme un acta de acuerdo y para concretar la instrumentación de las cesiones. Después, entre las tres comunidades nos arreglaremos sin problemas para la distribución, no necesitamos la intervención de nadie más. Queremos terminar de una vez por todas con las palabras y las promesas".
"Desde el 2001 hasta aquí
-destacó en tanto el doctor Julio García- a lo largo de un
año y seis meses hemos enviado cartas documentos que nunca fueron
contestadas, pedidos de audiencia que tampoco fueron respondidos, y muchas
evasivas. Tenemos entendido que la Universidad habría dado marcha
atrás en cuanto a su compromiso original, y que ahora pretenderían
cederle a las comunidades guaraníes solamente 300 hectáreas
de las 6.000, lo que entendemos absolutamente inadecuado".
©2003 Diario El Día -
La Plata, Buenos Aires, Argentina





