El conflicto con algunos pobladores que ocupan tierras fiscales en algunos puntos de la cordillera comienza a ser una problemática que se suma a la ya existente con comunidades aborígenes. «Una vez más lo absurdo se impone desde la mediocridad de ciertos estamentos del Estado generando despojo e injusticia, enfrentando a los débiles contra sí mismo, se le niega a estos campesinos su derecho a la tierra y por el otro se propicia la entrega de miles y miles de hectáreas a corporaciones extranjeras rematando nuestro territorio», sostienen los involucrados. El Chubut (Esquel), 29 de octubre de 2003.
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SE SUMAN A LOS PEDIDOS EFECTUADOS POR COMUNIDADES ABORIGENES.
Campesinos reclaman regularización en la posesión de sus tierras
El conflicto con algunos pobladores
que ocupan tierras fiscales en algunos puntos de la cordillera comienza
a ser una problemática que se suma a la ya existente con comunidades
aborígenes.
La necesidad que los sectores campesinos
cuenten con un marco legal como el que poseen los indígenes comienza
a ser otro de los reclamos en torno a la ocupación de tierras en
la región.
Recientemente y a pesar del acuerdo
armónico entre pobladores de la zona de Carrenleufú, la participación
del Instituto Autárquico de Colonización y Fomento sólo
habría llevado inconvenientes. Germán Gómez e Hida
Rosas de Carrenleufú habrían acordado armoniosamente el perímetro
de sus parcelas de tierras cuando solicitaron el reconocimiento de los
límites de sus tierras a fin de iniciar los trámites correspondientes
de titularización.
El IAC dispuso que le sacaría
a Rosas una hectárea de tierra, «sin tomar en consideración
que sólo cuenta con cuatro hectáreas, las cuales ya son insuficientes».
De acuerdo a esa disposición
esa parcela sería cedida a Gómez a pesar que esa hectárea
«no le sirve para el emprendimiento agrícola que desea realizar».
Gómez, por su parte, no sólo rechazó la propuesta sino que solicita las tierras lindantes al predio que él ocupa, que son fiscales y se encontrarían desaprovechadas. «Una vez más lo absurdo se impone desde la mediocridad de ciertos estamentos del Estado generando despojo e injusticia, enfrentando a los débiles contra sí mismo, se le niega a estos campesinos su derecho a la tierra y por el otro se propicia la entrega de miles y miles de hectáreas a corporaciones extranjeras rematando nuestro territorio», sostienen los involucrados.
El comunicado emitido por Germán Gómez, Hida Rosas, Víctor Jaramillo, María Inés Imperiale y la Comunidad Mapuche Pillán Mahuiza, sostiene que se seguirá peleando por el derecho al territorio «y a que la tierra sea de quienes la trabajan y fundamentalmente de los que desde siempre hemos estado aquí».
No obstante esto, en un encuentro
casual durante la jornada de ayer el responsable máximo del IAC,
Cañadas se comprometió a solucionarlo personalmente. Desde
el 2001, Gómez viene presentando proyectos al tratarse de tierras
fiscales y desde comienzo del presente año pretende trabajar la
tierra junto a su mujer y tres hijos que concurren a la Escuela de Carrenleufú.
Con ese propósito desde abril está trabajando la tierra y
tras haber atravesado la crudeza del invierno, en octubre el panorama de
su posesión territorial comenzó a complicarse con la intevención
del IAC.
En el caso de Jaramillo, es un campesino
que ocupa su propiedad desde 1973, con animales, a pesar de los serios
inconvenientes que afronta al no tener su terreno llegada al río
Encuentro.
Además aseguran que las tierras
que se le pretenden expropiar a Jaramillo son aptas para el ganado pero
no para el cultivo, tarea que si efectúa Gómez junto a su
familia.
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