diputado socialista Eugenio Tuma han presentado pruebas, de lo que parece ser, participación de funcionarios o de la misma empresa de seguridad que custodia los bosques de Mininco, en actos ilícitos como quema y ataque a funcionarios de esa misma empresa con el fin de aumentar la prima y cobrar seguros por trabajos riesgosos. Ciertamente, si así fuera, estaríamos frente a un acto de una malicia casi insuperable, ya que atacar y herir a los propios para fingir ataques de las comunidades mapuches sería de una gravedad tal que no admitiría contemplaciones en la aplicación de la ley. Por lo demás, quienes han formulado estos cargos han expuesto testimonios de trabajadores que, hasta el momento, parecen irrefutables. Visto así, en suma, es obvio consignar que la acción de la justicia no debe excluir esta hipótesis e investigarla del mismo modo que varias otras. Diario El Sur, 2 de marzo de 2000

jueves 2 de marzo de 2000Extrañas revelaciones
El diputado socialista Eugenio Tuma han presentado pruebas, de lo que parece ser, participación de funcionarios o de la misma empresa de seguridad que custodia los bosques de Mininco, en actos ilícitos como quema y ataque a funcionarios de esa misma empresa con el fin de aumentar la prima y cobrar seguros por trabajos riesgosos.
Ciertamente, si así fuera, estaríamos frente a un acto de una malicia casi insuperable, ya que atacar y herir a los propios para fingir ataques de las comunidades mapuches sería de una gravedad tal que no admitiría contemplaciones en la aplicación de la ley. Por lo demás, quienes han formulado estos cargos han expuesto testimonios de trabajadores que, hasta el momento, parecen irrefutables. Visto así, en suma, es obvio consignar que la acción de la justicia no debe excluir esta hipótesis e investigarla del mismo modo que varias otras.
Sin embargo, es preciso consignar del mismo modo que la acción de robo y tala de bosques, que los propios activistas mapuches han reconocido, especialmente la Coordinadora Arauco-Malleco y el Consejo de Todas las Tierras, se ve refrendada con diversas llamadas a establecer una especie de Chiapas mexicano, donde sí caben las acciones guerrilleras y terroristas. Estas han sido justificadas incluso como un paso necesario en la radicalización del movimiento mapuche, y sobran testimonios para refrendarlas.
Por otro lado, la lógica indica que son raros y patológicos los casos en que alguien se hiere o lastima para culpar a otro. Pareciera que quemar sus propios cuerpos excede esta posibilidad y más, cuando hay testimonios igualmente relevantes de personas que han sido antes atacados por hordas provistos de hondas, armas blancas, bombas incendiarias, que subrayan la inquina de sus antagonistas.
La brutalidad de los hechos comentados hace preciso que, esta vez, la acción de la justicia sea efectiva y que permita identificar a los que han cometido estos crímenes. No sería la primera vez, por lo demás, en que delitos de grupos terroristas, son disfrazados o mitigados para la opinión pública por tesis aparentemente brillantes, pero desprovistas de sustento empírico. Se recordará que hace años, el atentado al Presidente Pinochet fue presentado por sus mismos hechores como un autoatentado y ahora no parecen las cosas discurrir por otra estrategia distinta. Por ello, la investigación acuciosa y por sobre todo eficaz para sobreponerse a toda otra consideración y si se comprobara la tesis de los denunciantes, ejercerce todo el rigor de la ley, pero en caso contrario también.
C. Garay Vera
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