El inesperado ataque ocurrió alrededor de las 09.00 horas de ayer, en el camino que une Traiguén y la localidad de Pichipillahuén, cuando dos camionetas con doce brigadistas a bordo iniciaban su jornada con la instrucción de resguardar el patrimonio la empresa forestal Mininco, en los fundos Santa Rosa de Colpi y Chorrillos, ubicados en la misma ruta y separados por unos diez kilómetros. El Mercurio, 15 de Enero de 1999

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Viernes 15 de Enero de 1999© Copyright El Mercurio S.A.P., Prohibida su reproducción 

Traiguén:

8 Heridos Deja Asalto en Zona Mapuche 

Turba de unos 70 encapuchados emboscó a trabajadores forestales de Mininco.

Armados con escopetas, palines, lanzas y piedras, golpearon brutalmente a los brigadistas y destruyeron sus vehículos.

TRAIGUEN (María Angélica Venegas).- Ocho trabajadores que prestaban servicios como brigadistas para la empresa forestal Mininco fueron violentamente atacados, golpeados, intimidados y luego abandonados a su suerte, por unos setenta encapuchados, presumiblemente mapuches, que, por sorpresa, los emboscaron en un camino vecinal a 12 kilómetros al surponiente de esta comuna de la provincia de Malleco, en la Región de La Araucanía.

El inesperado ataque ocurrió alrededor de las 09.00 horas de ayer, en el camino que une Traiguén y la localidad de Pichipillahuén, cuando dos camionetas con doce brigadistas a bordo iniciaban su jornada con la instrucción de resguardar el patrimonio forestal de la citada compañía maderera, en los fundos Santa Rosa de Colpi y Chorrillos, ubicados en la misma ruta y separados por unos diez kilómetros.

Ante la gravedad de los sucesos, el Gobierno, a través del Ministerio del Interior, presentaría un requerimiento ante la Corte de Apelaciones de Temuco por infracción a la Ley de Seguridad del Estado.

En tanto, ejecutivos de la empresa Mininco y representantes del gobierno regional condenaron el ataque violentista, y expresaron que utilizarán todas las herramientas que otorga la ley para identificar y detener a los responsables. Ambos atribuyeron la autoría del atentado a grupos mapuches que habitan próximos a los predios forestales.

Ayer, el gerente regional de Mininco, Andrés Ovalle, condenó enérgicamente el atentado realizado a los trabajadores que prestaban servicios para la empresa. Indicó que cada vez es más difícil para la forestal desarrollar sus faenas a raíz de los permanentes conflictos con comuneros indígenas. Por su parte, hasta la tarde de ayer ninguna organización indígena de la IX Región había emitido un pronunciamiento sobre este grave incidente.

POR SORPRESA

De acuerdo al relato entregado a "El Mercurio" por dos de los obreros golpeados -que ayer se encontraban internados en el Hospital de Traiguén-, en un sector donde la ruta se empina entre espesa vegetación arbórea, y en la que predominan numerosas curvas cerradas, un grupo de supuestos indígenas, encapuchados y armados con escopetas, palos, chuecas, piedras y lanzas, se avalanzó sorpresivamente sobre ambos vehículos.

Sin mediar palabras, aseguraron, mientras unos lanzaban al paso de las camionetas maderos con clavos, otros las emprendieron con múltiples objetos contundentes contra las carrocerías, espejos, vidrios y parabrisas de las camionetas.

Los asustados trabajadores sólo atinaron a refugiarse en el interior de los vehículos, pero relataron que la turba de exaltados los sacó a tirones para luego, en el suelo, seguir golpeándolos y amenazándoles que la próxima vez serían muertos.

Uno de los conductores, identificado como Alvaro Jaramillo, de 41 años, resultó gravemente herido en la cabeza, cuando en una desesperada maniobra intentó salir de la ruta, perdiendo el control de móvil y cayendo a una zanja ubicada al costado del camino.

Con el vehículo semivolcado, y dos de sus ocupantes atrapados por su carrocería, los descontrolados sujetos atacaron al conductor con una lanza, causándole un corte de unos diez centímetros en la nuca.

Los desconocidos, entre los que se afirma había mujeres y niños, además de golpear a los obreros robaron accesorios de las camionetas, como focos y plumillas, y también billeteras, documentos e incluso ropa a los afectados. Uno de ellos, cuyo nombre no se divulgó, sólo quedó en ropa interior, debiendo pedir ayuda en esas condiciones a una camioneta que pasó minutos más tarde por el camino. Este trabajador logró dar cuenta en Traiguén del hecho.

Una vez alertada la policía de Investigaciones y Carabineros, se inició un amplio operativo en el sector, el que hasta el cierre de esta edición no había arrojado detenidos.

Un helicóptero forestal se agregó a los operativos luego que se informara que había cuatro brigadistas desaparecidos. Más tarde se aclaró que ellos lograron escapar de los violentistas y enconderse en medio de los bosques, resultando ilesos.

De acuerdo a las narraciones de los malheridos brigadistas, la acción sólo duró unos minutos y salvo las amenzas de muerte proferidas por los atacantes, no hubo ninguna proclama que permitiera indentificarlos.

"Si no fuera por una mujer que estaba ahí y que formaba parte del grupo que nos atacó, capaz que nos hubieran muerto. Cuando nos dimos por perdidos, ella reaccionó y les dijo a los demás que estaba bueno", relató todavía nervioso José Vergara, uno de los trabajadores hospitalizados.

En la zona donde se registró este hecho, las comunidades mapuches de Temulemu y Pantano mantienen permanentes conflictos con Mininco, propietaria de ambos predios, Los indígenas reclaman derechos ancestrales sobre los terrenos. En los últimos meses se agregó un nuevo motivo de litigio porque ambas comunidades además sienten que con toda propiedad pueden cortar los árboles del fundo Chorrillos y venderlos.

En diciembre pasado, y en cumplimiento de una orden judicial, Carabineros desalojó a mapuches que realizan talas ilegales en ese predio. En el último mes se calcula que al menos 5 hectáreas han sido cortadas clandestinamente.

Esta sería la razón por la que los indígenas - quienes según los trabajadores verdaderamente están en guerra con ellos- han mantenido una constante actitud de hostigamiento hacia la empresa. El gerente de Forestal Mininco, Andrés Ovalle, dijo ayer que durante esta semana otros tres incidentes afectaron a los trabajadores.

Sin embargo, el intendente subrogante y gobernador de Malleco, Roberto Parant, criticó la actitud de la forestal por no presentar denuncias ni haber advertido a Carabineros de los problemas que enfrentaban. Dijo que de haberse manejado oportunamente esa información, se habrían adoptado medidas que habrían evitado el incidente de ayer.

HERIDOS

Hasta ayer tarde permanecían internados en el Hospital de Traiguén, con dignóstico grave, las siguientes personas: Edmundo Henríquez Riveros, 41 años; Cristián Soto Ubilla, 25 años; Iván Pinto Ormeño, 41 años, y Samuel Millán Jara, 36 años. La mayoría presenta múltiples contusiones y magulladuras en sus cuerpos, rostros y brazos, y en dos casos se detectaron fracturas. Según el parte médico, ninguno se encuentra en riesgo de muerte.

Los trabajadores que presentan lesiones de menor consideración fueron identificados como José Cayunao Fuentes, 20 años; José Vergara Cantero, 36 años, e Iván Ancavil Saavedra, de 23 años.

En Temuco, en tanto, con dignóstico reservado está internado Alvaro Jaramillo, de 41 años, quien presenta un profundo corte en la cabeza, además de variadas contusiones en el cuerpo.

ATAQUES ANTERIORES

La acción cometida ayer cerca de Traiguén por un grupo de supuestos mapuches se enmarca dentro de su histórica lucha por la reivindicación de tierras que reclaman como suyas.

Siempre habían demandado la restitución de territorios de manera pacífica, pero una de las excepciones se registró en 1992 cuando el Consejo de Todas las Tierras inició "recuperaciones" en predios particulares y lanzó agua hirviendo a efectivos policiales que llegaron hasta el lugar.

Otro momento de gran conflicto sucedió en septiembre de 1997, ocasión en que un grupo de indígenas destruyó tres camiones madereros y dos torres de faenas, además de inutilizar un puente y paralizar la explotación maderera por cuatro días.

Las demandas por tierras de los grupos de las comunidades autóctonas de nuestro país alcanza a las 60 mil hectáreas, actualmente en manos de particulares. Pero el Gobierno va más lejos aún. Aspira a que los mapuches posean 500 mil hectáreas, cantidad calculada que tenían antes de 1973, según cifras de Conadi. Se estima que después de esa fecha, las etnias originarias perdieron unas 200 mil hectáreas, en virtud de un proceso que inició el gobierno militar, que significó entregar los predios a quienes los perdieron por la Reforma Agraria.

Por ello, el trabajo de las autoridades en los últimos años se ha centrado en lograr, mediante el denominado Fondo de Tierras, una recuperación de territorios por parte de estas comunidades.

Sin embargo, la mayoría de los litigios por los terrenos llevan años en los tribunales sin solución, hasta el momento. Además, ayuda a la poca claridad en el tema el hecho de que no exista un catastro nacional de los predios reclamados.

Entre las regiones Octava y Décima, las compañías madereras poseen alrededor de un millón 525 mil hectáreas de plantaciones de pinos y eucaliptus. Lo que exigen los mapuches representa un 3,9 por ciento de ese total.


El Mercurio  GDA 
 
 

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