Representantes de la población indígena chilena mapuche solicitaron hoy a la comunidad internacional mayor presión hacia Chile para conseguir que el país respete sus derechos y cese la discriminación contra sus integrantes.
Su petición se llevó a cabo en la gira internacional iniciada el pasado 1 de diciembre en Ginebra, que les ha llevado a reunirse también en Bruselas y en París, ciudad en la que acaban hoy su recorrido, con miembros de Naciones Unidas, la Unión Europea y el Gobierno francés.
Esa sentencia, no apelable, ordenó al país dejar sin efecto las condenas por terrorismo contra siete indígenas y una activista, y le condenó por violar, entre otros, el principio de legalidad y el derecho a la presunción de inocencia.
"El fallo sienta un precedente, pero no va a cambiar la relación entre el Estado y el pueblo", apuntó desde la sede en París de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) el indígena Juan Pichún, que participó en el proceso como testigo.
Acompañado de Juan Ciriaco y Jaime Marileo, dos de los mapuches condenados, han utilizado la gira para exponer que Chile debe "asumir políticamente el conflicto", que enfrenta desde hace más de dos décadas a grupos mapuches con empresarios agrícolas y forestales por la propiedad de tierras que ellos consideran ancestrales.
En el año que tiene el Gobierno de Michelle Bachelet para implementar la sentencia, los mapuches reclamaron a los organismos internacionales que incluyan su causa en la agenda de sus reuniones, que impulsen los encuentros entre ambos bandos y que ayuden a restablecer la confianza.
"No nos detendrán hasta que no se termine este mundo. Metro a metro, las tierras pasarán de nuevo a nuestra comunidad", concluyó Ciriaco, que lamentó la respuesta recibida hasta ahora a sus reivindicaciones en Chile, a nivel social, político y económico.
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