Por 5 años tendrá el usufructo de los servicios. La playa seguirá siendo libre.
SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Desde mañana la comunidad mapuche Curruhuinca tendrá a su cargo la administración del camping y la playa más concurrida del lago Lácar, en el marco de la decisión política de Parques Nacionales de integrar a las familias nativas en la explotación de los servicios turísticos. El municipio de San Martín también interviene, con la capacitación de los prestadores.En un sencillo acto, el intendente del Parque Nacional Lanín, Salvador Vellido, formalizará la entrega del "permiso de aprovechamiento" del camping Catritre a la comunidad Curruhuinca, licencia que tendrá una duración inicial de cinco años.
El acuerdo incluye la administración de los sanitarios, fogones, sitio de acampe, playa de estacionamiento y despacho de bebidas. El acceso a la playa Catritre, cabe aclarar, seguirá siendo libre y gratuito, a la vez que contará con el servicio de guardavidas, a cargo del Parque Lanín.
Asimismo y por primera vez, los administradores mapuches contarán con un seguro civil para la playa de estacionamiento, que no era hasta ahora un requisito exigible a otros concesionarios.
Por otra parte, en la sede central de la Administración de Parques Nacionales se encuentra el borrador de los pliegos de licitación del servicio de gastronomía del área Catritre, que no entra en el acuerdo con la comunidad Curruhuinca.
En diálogo con este diario, Vellido dijo que difícilmente, por los tiempos administrativos, se pueda concesionar ese servicio de gastronomía en la presente temporada, por lo que su explotación por un tercero recién se hará efectiva durante la temporada 2011 - 2012.
Catritre es un tradicional punto del Parque Lanín en el lago Lácar, a apenas cuatro kilómetros de la ciudad. El área concentra alrededor del 30 por ciento de todo el flujo de visitantes sobre las playas del Lácar, a la vez que es el centro de reunión y esparcimiento del verano para el grueso de los residentes.
La entrega de la administración del camping a los Curruhuinca fue precedida por una disputa con el último concesionario privado, por lo que Catritre funcionó el pasado verano con uso exclusivamente diurno y acotado, ya que la confitería y los servicios de sanitarios quedaron cerrados.
El conflicto quedó finalmente superado meses después, y las autoridades comenzaron a explorar la posibilidad de conceder el área de acampe (con una superficie más pequeña) a los Curruhuinca, sobre la base de la exitosa experiencia del camping contiguo, conocido como Lolén.