Tania Márquez Kacic

Terminar con el asistencialismo y ser el nexo entre el mundo indígena y el Gobierno son los dos objetivos que planteó el nuevo director nacional de la Conadi, Francisco Painepán, quien ayer llegó hasta Temuco para comenzar a interiorizarse de su nueva función en la Conadi.

"León celeste" es el significado de su apellido en mapudungún, lengua que asegura no hablar, pero que sí ha escuchado durante su vida considerando que su familia es oriunda de Cherquenco, comuna de Vilcún.

Es nacido y criado en Santiago, pero se defiende asegurando que todas sus raíces son mapuches. Desde esa ciudad emprendió un negocio de ferretería y fue un destacado dirigente que participó en la creación de la Conadi y en la querella presentada contra el historiador Sergio Villalobos.

Las críticas en su contra provienen desde el mismo mundo indígena, que lo acusa de ser un empresario y por haber participado encabezando una delegación mapuche en una parada militar.

"El término empresario lo relacionan con potencial económico y creo que hay una equivocación, empresario viene de emprender y que yo vengo del empresariado no de un grupo económico. Soy un humilde microempresario como cualquier mapuche urbano, sin desconocer nuestras raíces y problemas de las comunidades. Sobre el tema de la parada militar lo volvería a hacer", dijo.

Trabajo

Painepán aseguró que su trabajo estará ligado a ser un nexo entre los 9 pueblos indígenas de Chile y el ejecutivo. "Para mí es un tremendo honor la misión que me dio el Presidente, sé que es una responsabilidad enorme. Quiero una Conadi a partir de lo sustentado, que sea más proactiva y activa con los pueblos originarios en general y estamos al servicio de toda nuestra gente".

Respecto al conflicto mapuche dijo que ese no era el término adecuado. "Yo no quisiera emplear conflicto ni problema, es un tema país y desde nuestra postura de Gobierno es aprovechar las riquezas del pueblo originario para fomentar nuestra cultura. Queremos partir de la base que vamos a tener un diálogo con todos", incluso con las comunidades más radicales.