Los autores consideran que un diálogo de saberes mapuche y occidentales genera fecundos resultados formativos en lo intelectual, en lo afectivo y espiritual y concluyen que un diálogo interfilosófico, en el que académicos y estudiantes aprenden a valorizar, en conjunto, el saber de la tierra, posibilita inéditos encuentros entre el saber originario y un saber occidental, generando expectativas en una apuesta intercultural desde la universidad y con el saber mapuche.