La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó un informe que condena al Estado y al gobierno chileno por violación a los derechos humanos de los pueblos indígenas. Este informe fue preparado y presentado por el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen, destacado antropólogo mexicano. Para preparar este informe, el Relator Especial visitó Chile el año pasado. El informe, condenatorio al Estado y el gobierno de Chile, aprobado en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, da cuenta de los resultados de una política destinada a lo que en realidad se puede entender como un intento de etnocidio. El intento de etnocidio está vinculado a la profundización del neoliberalismo y tratados de libre comercio; en lo político, es desarrollado y conducido desde el gobierno de Ricardo Lagos; es empujado fieramente por las grandes empresas forestales; se sustenta en una legalidad, que no legitimidad, ad hoc, con tribunales que aplican concienzudamente su rol de operador en la persecución del movimiento mapuche y sus dirigentes; con una policía que se esmera en ser eficiente brazo ejecutor de la represión contra el pueblo mapuche. El Siglo Digital, No 271 - Año 2004 (2004-5-1)
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Por violación a los derechos de los pueblos originarios
Chile condenado en Ginebra
Por Javier Chávez, Domingo Marileo y Luis CatrileoLa Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas aprobó un informe que condena al Estado y al gobierno chileno
por violación a los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Este informe fue preparado y presentado por el
Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las
libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen,
destacado antropólogo mexicano. Para preparar este informe, el Relator
Especial visitó Chile el año pasado.
Cabe destacar que esta condena al gobierno de
Chile fue en la misma sesión en que el gobierno de Ricardo Lagos
cometió el vil y despreciable acto de sumisión a Bush, votando
contra Cuba.
Las conclusiones a las que Rodolfo Stavenhagen
llega en su informe son categóricas para afirmar que en Chile los
derechos humanos de mapuches, aymaras, rapanuis, atacameños, quechuas,
collas, kawascar, yamanas, no son respetados. En el resumen del documento
se dice: "...la población indígena sigue estando marginada
del reconocimiento y la participación de la vida pública
del país, como resultado de una larga historia de negación,
exclusión socioeconómica y discriminación por parte
de la sociedad mayoritaria. Chile aún no ha realizado una reforma
constitucional ni ha ratificado el convenio 169 de la OIT, sobre pueblos
indígenas y tribales de 1989.
Subsisten problemas de derechos humanos que afectan
a todos los pueblos indígenas del país...".
Es decir, en Chile el tema de la violación
a los derechos humanos no es sólo un asunto de la deuda que se tiene
con la verdad y la justicia sobre los
horribles crímenes de la dictadura, ni
el problema sólo queda en el intento de establecer un repudiable
manto de impunidad. Hoy, en pleno tercer gobierno de la Concertación,
hay denuncias concretas de violación de los derechos humanos.
Tierra y territorio
El informe del relator especial identifica las
áreas prioritarias sobre las cuales se comenten estos actos de vulneración
contra los pueblos originarios en nuestro país. Parte destacando
que: "Existe estrecha relación entre pobreza e identidad indígena".
Otro ámbito donde se denuncia la indefensión
de los pueblos originarios, es lo relativo a los que el informe califica
como elementos de "tierra y territorio", diciendo que: "Uno de los problemas
más candentes que aquejan a los pueblos originarios, tiene que ver
con la propiedad de la tierra y la territorialidad de los indígenas,
particularmente entre los mapuches..."; afirmando luego: "Las tierras en
propiedad de los mapuches son extremadamente escasas y están sobre
explotadas". A continuación menciona los efectos negativos de la
presencia de las empresas y plantaciones forestales: "Las tierras de las
comunidades se encuentran aisladas, dentro de las propiedades de particulares,
principalmente de extensas plantaciones forestales, cercadas y protegidas
por guardias privados (dificultades de tránsito, hostigamiento,
ningún acceso a los bosques); como un efecto del desarrollo de las
plantaciones forestales el suelo en que se encuentran las tierras de los
mapuches han perdido sus fuentes de agua (para consumo y para riego), ha
disminuido o desaparecido la fauna silvestre (que hizo parte de su dieta)
y la vegetación del sotobosque (tradicionalmente utilizada con fines
rituales, medicinales y alimenticios)"; agregando además que "las
actividades de extracción forestal de bosques maduros provoca contaminación
de los lagos, ríos y cursos de aguas, con pérdidas importantes
de su potencial ictiológico (pesca)".
Penalización del conflicto
Otro aspecto que al relator le preocupó
es lo que menciona como "reivindicación y conflictividad social",
destacando que la tendencia, frente a los temas conflictivos ha sido la
de "...privilegiar el tratamiento judicial de esta problemática,
en el ámbito penal. Desde hace varios años se reporta un
incremento de causas penales contra dirigentes de comunidades y organizaciones
mapuches...". Agregando asimismo que "...varios informantes manifestaron
su preocupación por la alta presencia de fuerza pública permanente
en las comunidades, en algunas de las cuales se llevan a cabo diligencias
de averiguación, no exentas de violencia física y verbal,
con el consiguiente temor de la población".
El informe es concluyente respecto de la aplicación
del nuevo procedimiento penal: "Varios especialistas dicen que la combinación
entre nuevo procedimiento penal, ley antiterrorista y fuero militar, establece
una condición de vulnerabilidad del derecho al debido proceso, que
afecta de manera selectiva a un grupo claramente identificado de dirigentes
mapuches".
El informe considera que la legislación
vigente tiene límites, particularmente ante la inexistencia de reconocimiento
constitucional. Dice que toda la problemática "...se da en un marco
legislativo ambiguo y poco conducente ...", agregando que: "El Relator
Especial considera que el derecho de los pueblos a la libre determinación,
siendo un derecho humano (como lo establece el artículo 1º
de ambos pactos internacionales de derechos humanos, ratificados por Chile),
se aplica a todos los pueblos, incluso a los pueblos indígenas,
como lo reafirma el convenio 169 de la OIT y otros documentos internacionales",
afirmando: "La ley indígena en su redacción actual no contempla
adecuadamente los mecanismos de protección de los derechos humanos
de los pueblos indígenas..." y se habla de la necesidad de "...revisar
el conjunto de la legislación sectorial cuando su aplicación
vulnera derechos ancestrales de las comunidades indígenas, para
ajustarla a las normas de protección de los derechos humanos".
Las recomendaciones
Son relevantes las recomendaciones del relator.
Entre otras cosas, el plantea la necesidad de que "se agilice el proceso
para la reforma constitucional en materia indígena" y llama a la
"pronta ratificación del Convenio 169 de la OIT".
También recomienda que "…se tomen las medidas
necesarias para evitar la criminalización de las legítimas
actividades de protesta o demandas sociales...".
Hay que destacar una conclusión que nos
toca directamente. En el informe se dice: "Para superar la discriminación
y negación histórica que han sufrido los pueblos indígenas,
la sociedad chilena en su conjunto tiene un papel importante que jugar...".
Pero en el párrafo 84 su interpelación es más directa
cuando dice: "En este contexto se recomienda a los partidos y organizaciones
políticas que en sus respectivas agendas sobre el tema de los derechos
humanos, enfoquen su atención no solamente en las secuelas del pasado
inmediato, sino también en la promoción de los derechos individuales
y colectivos de los pueblos indígenas del país".
Pero sin duda las recomendaciones más quemantes
tienen relación con las exigencias de considerar la situación
de los presos políticos mapuches: "El relator recomienda que sea
revisado el caso de los lonkos procesados, Pascual Pichún de Temulemu
y Aniceto Norín de Didaico (IX Región de la Araucanía),
con estricto apego a las garantías al debido proceso establecidas
en las normas internacionales de derechos humanos". Recomendando además
que "...el gobierno considere la posibilidad de declarar una amnistía
general para los defensores indígenas de los derechos humanos procesados
por realizar actividades sociales y/o políticas en el marco de defensa
de las tierras indígenas".
Cuarta oleada de exterminio
El informe, condenatorio al Estado y el gobierno
de Chile, aprobado en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, da cuenta de los resultados de una política destinada a
lo que en realidad se puede entender como un solapado, aunque sistemático
y violento intento de etnocidio. Quienes sostienen el sistema neoliberal
ponen en práctica una moderna, eficaz y brutal política de
asimilación respecto de los pueblos originarios.
Como se afirma en el documento central de la segunda
Asamblea Nacional Mapuche de Izquierda: "Estamos frente a lo que podríamos
llamar la cuarta oleada histórica de exterminio. La primera fue
la invasión española, la segunda fue la ocupación
del territorio por parte del ejército chileno, la tercera fue y
es la enorme presión política, social y jurídica de
la sociedad dominante en contra nuestra. Ahora son las transnacionales,
la ENDESA, las empresas forestales las que desarrollan un verdadero acto
de etnocidio".
El intento de etnocidio está vinculado
a la profundización del neoliberalismo y tratados de libre comercio;
en lo político, es desarrollado y conducido desde el gobierno de
Ricardo Lagos; es empujado fieramente por las grandes empresas forestales;
se sustenta en una legalidad, que no legitimidad, ad hoc, con tribunales
que aplican concienzudamente su rol de operador en la persecución
del movimiento mapuche y sus dirigentes; con una policía que se
esmera en ser eficiente brazo ejecutor de la represión contra el
pueblo mapuche.
Una clave principal de esta ofensiva es la criminalización
de las demandas y la judicialización de las acciones y movilizaciones
que el movimiento mapuche desarrolla. Mediante este mecanismo se busca
instalar en la conciencia colectiva de la sociedad dominante que el mapuche
ya no sólo es "flojo y borracho", hoy, además, es "terrorista
y violentista", cuando no vinculado a los peores fundamentalismos.
Hay hechos que fundamentan claramente las conclusiones
de Rodolfo Stavenhagen. Por mencionar alguno de los más inmediatos,
recordemos el asesinato de Alex Lemún, con el agravante de que Marcos
Trauer, confeso de haber realizado los disparos, sigue prestando servicios
como oficial de Carabineros, sin que ningún tribunal haya condenado
este crimen.
Otro hecho es la condena a 10 años del
destacado dirigente mapuche Víctor Ancalaf, sentencia que se dictó
el día siguiente de cuando entró en vigencia el TLC con Estados
Unidos. Víctor Ancalaf ha recibido la condena más alta a
un dirigente mapuche a causa de la lucha por sus reivindicaciones.
Un tercer elemento que demuestra las aseveraciones
del Relator Especial es la situación que viven 18 dirigentes mapuches
de la VIII y IX Región, acusados de asociación ilícita
e incendio y procesados bajo la ley antiterrorista de Pinochet. Este es
un proceso que tiene claros indicios de juicio medieval, incluida la existencia
de 44 testigos encapuchados y una fiscalía que, más que buscar
el imperio de la ley, busca imponer una condena ejemplarizadora a los dirigentes
mapuches.
Los dirigentes mapuches acusados tienen la convicción
de que el juicio y las audiencias en curso son la antesala de una condena
resuelta de antemano. Un criterio igual nos hemos formado quienes hemos
escuchado los argumentos de los fiscales acusadores, la actitud de los
jueces y el comportamiento de las autoridades de gobierno: la condena a
los dirigentes es una decisión tomada que sólo debe ser ejecutada
por los tribunales.
Esta es una situación que pone en duda
la validez de los juicios en contra de los dirigentes mapuches. Cuando
estas condiciones se dan, es cuando se legitima el accionar rebelde de
los pueblos y de sus mejores líderes.
Dijo no tener todos los antecedentes para dar
solución
Gobierno no responde por inundación
de cementerio mapuche
Por Eugenia Calquín Morales, de Mapuexpress.
En el mediodía del 29 de abril, representantes
de las comunidades mapuches afectadas por la inundación del cementerio
Quepuca Ralko, se reunieron en La Moneda con el subsecretario de la Presidencia.
El gobierno declaró no estar en condiciones
de dar una solución definitiva al caso.
"Yo no sé si tenemos la capacidad, como
gobierno, para detener el llenado de la represa". Así respondió
el subsecretario de la Presidencia, Rodrigo Egaña, a los representantes
mapuches que viajaron a Santiago en busca de una solución al llenado
prematuro que afecta hoy al Cementerio de la comunidad Quepuca Ralko.
"Nosotros hemos sido claros: Queremos desenterrar
a nuestros seres queridos, trasladarlos a otro lugar donde los podamos
visitar y hacer una ceremonia mapuche para poder estar tranquilos. Nunca
tomaron en serio este tema, sólo se concentraron en las permutas
de tierras", señaló María Curriao, representante de
las comunidades afectadas. El Consejero Indígena Urbano José
Llancapán comentó que con estas situaciones el gobierno sigue
demostrando estar al servicio de la empresa. "¿Qué pasaría
si sus padres estuvieran sepultados ahí? ¿Actuarían
de la misma manera o qué pasaría si los mapuches les saqueáramos
uno de sus cementerios?".
El pasado martes 20 de abril, representantes de
las comunidades mapuche-pewenches se reunieron con CONADI, Bienes Nacionales,
CONAMA, y ENDESA para buscar una solución al traslado de los restos
del cementerio. En la ocasión, agendaron una reunión para
8 días más tarde; sin embargo, al día siguiente la
empresa comunicaba públicamente que debido a las precipitaciones
registradas en la zona, comenzarían el llenado que hoy tiene bajo
el agua a este cementerio.
El representante de gobierno comentó que
están "muy preocupados" y que han ordenado una investigación
interna "ENDESA les planteó a estas instituciones (CONAMA, CONADI
y Bienes Nacionales) su preocupación al aproximarse el problema
de las lluvias que podía precipitar esta lamentable situación".
Ante la insistencia de una solución definitiva
en términos del traslado de los restos del cementerio a otro lugar
o en su defecto proteger el área con una lápida de cemento,
el subsecretario indicó que "por ahora hemos solicitado informes
técnicos. No estamos en condiciones de dar una solución.
No tenemos las competencias técnicas ni todos los antecedentes".
"Pero sí pueden sacar leyes en un par de horas cuando se trata de
salvar a sus partidos políticos", respondieron los dirigentes.
Al finalizar la reunión, el subsecretario
señaló que podría haber una respuesta en los próximos
días.
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