En la Argentina viven 18 pueblos indígenas, la mitad en Salta. Necesitan sobre todo tierra y desarrollo. La mayoría vive en tierras fiscales. Nación y provincias trabajan para darles seguridad jurídica. Cada uno de estos pueblos tiene su propia lengua materna, costumbres, indumentarias, danzas, comidas, regulaciones para la vida familiar y códigos de supervivencia. El Tribuno, 31 de julio de 2001
![]() |
![]() |
Los indígenas que habitan en la Argentina
En la Argentina viven 18 pueblos indígenas, la mitad en Salta.
Necesitan sobre todo tierra y desarrollo. La mayoría vive en tierras
fiscales. Nación y provincias trabajan para darles seguridad jurídica
Wichi. Chané. Tapiete. Chorote. Kolla. Guaraní. Toba.
Chiriguano. Diaguita. Salta está habitada por nueve de los 18 pueblos
indígenas de Argentina que conforman un millón de personas,
según el registro del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas
(INAI).
Cada uno de estos pueblos tiene su propia lengua materna, costumbres,
indumentarias, danzas, comidas, regulaciones para la vida familiar y códigos
de supervivencia.
"En Argentina se registraron 18 comunidades, pero esto no quiere decir
que sean todas, porque todavía algunos no se autoidentifican, como
los wafines en Catamarca", explicó Ana González Montes, coordinadora
del INAI.
El cálculo de un millón de aborígenes es una estimación.
Recién con el Censo 2001 que se hará el 27 y 28 de octubre
se tendrá una mayor aproximación de cuántos indígenas
hay en el país.
La funcionaria precisó que muchos pueblos no se autoidentifican
como tales porque durante años se negó este origen por persecución
y marginación. El Instituto fue creado hace sólo 15 años
a través de la ley nacional 23.302 en 1985, pero recién en
1991 empezó a funcionar.
Según sus creencias, la tierra, elemento fundamental para la
vida, no pertenece a un sector determinado. Para ellos es dominio de la
humanidad.
Los aborígenes pueden trabajar el monte. "Muchas veces se piensa
que el aborigen no trabaja. Entonces, se depreda su medio, se le quita
sus medios y eso genera una dependencia asistencial y eso es lo que hay
que romper", opinó González Montes.
Cuando se les entrega su tierra, se les respeta sus recursos naturales,
ellos trabajan. Tienen una concepción diferente del trabajo: tejer
chaguar, pescar en el río, trabajar el algarrobo. Es una forma de
producción distinta, por eso no se lo reconoce como tal, opinaron
algunos asistentes al Primer Congreso sobre la incorporación de
los pueblos aborígenes al Mercosur.
La desocupación afecta a todo el país, pero se agudiza
en el caso de los aborígenes a causa de problemas históricos.
La falta de educación lleva a la falta de trabajo, de esa manera
se forma un círculo cerrado, que es difícil de romper.
La mayoría de los indígenas vive en territorios fiscales.
La Nación y las provincias trabajan en forma conjunta para darles
seguridad jurídica al entregarles títulos comunitarios de
las tierras.
Los dirigentes indígenas advierten que la falta de participación
activa en los ámbitos de decisión profundiza las carencias.
Un ejemplo concreto está en la enseñanza: necesitan que sus
maestros sean bilingües.
Por Giovanna Mejía Zárate, El Tribuno (Salta), 31 de
julio.
Foto: Una wichi en la exposición de sus artesanías.-