Víctor Ancalaf dejó la organización y José Huenchunao en la clandestinidad. Tras el presidio de cinco meses que tuvo que enfrentar por la ocupación del tribunal de Collipulli y ante la amenaza de una nueva condena a tres años y un día por presunto robo de madera y usurpación ilegal, el dirigente fundador de la Coordinadora se alejó de la más radical de las organizaciones mapuches. A ello se suma que José Huenchunao, otro de los gestores de la Coordinadora, se encuentra en la clandestinidad. La interpelación a un Presidente fue utilizada por Ancalaf por segunda vez con Ricardo Lagos, a quien le dirigió una carta durante su reclusión en la cárcel de Temuco el 13 de junio del año pasado. En el segundo de cinco meses de prisión, que terminaron el 18 de agosto de 2000, el dirigente le manifestó en la misiva al Mandatario su “desconsuelo por sus actuales políticas frente a las demandas y movilizaciones de las comunidades mapuches. El Gobierno que usted representa en nada ha cambiado las gestiones heredadas de los gobiernos anteriores, ya que continúa el atropello y el abuso hacia nuestros derechos esenciales”.El Mostrador, 13 de agosto de 2001
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13 de Agosto del 2001
Víctor
Ancalaf dejó la organización y José Huenchunao en
la clandestinidad
Coordinadora Arauco Malleco pierde a unos de su máximos dirigentes
Tras el presidio de cinco meses que tuvo que enfrentar por la ocupación del tribunal de Collipulli y ante la amenaza de una nueva condena a tres años y un día por presunto robo de madera y usurpación ilegal, el dirigente fundador de la Coordinadora se alejó de la más radical de las organizaciones mapuches. A ello se suma que José Huenchunao, otro de los gestores de la Coordinadora, se encuentra en la clandestinidad.
Luego de dos años y cinco meses de la irrupción de la Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto Arauco Malleco, la estructura de la organización ha sufrido los embates de la acción de los tribunales producto de los juicios deducidos contra la dirigencia de la organización, a la que se responsabiliza de “tomas” de predios y atentados en contra de los intereses de las empresas forestales y de agricultores particulares en la regiones Octava y Novena.
En el lapso transcurrido desde febrero de 1999, fecha en que tras la reunión en la localidad de Tranaquepe, en Tirúa, Octava Región, se formara la Coordinadora con al menos ocho werkenes o voceros, las caras visibles de la organización han sido acusados de encabezar el proceso de ocupación de predios forestales y de atentados a la propiedad agrícola, con el consiguiente encarcelamiento o paso a la clandestinidad para evitar la reclusión.
Ante ese escenario Víctor Ancalaf Llaupe, miembro fundador de la Coordinadora Arauco Malleco, resolvió abandonar la que es calificada como la más radical de los organizaciones indígenas que promueven la movilización como vía para alcanzar la demanda de autonomía y de recuperación de tierras consideradas ancestrales.
La información que fue confirmada por su abogado, Pablo Ortega, fue a su vez proporcionada por José Llanquileo, uno de los nuevos voceros de la organización mapuche. Con la salida de Ancalaf la estructura original de la Coordinadora se ve seriamente afectada toda vez que otro de sus máximos dirigentes, José Huenchunao se encuentra en la clandestinidad luego de ser requerido por Ley de Seguridad del Estado.
El costo de la insurrección
La información de la salida de Ancalaf, fue confirmada a El Mostrador.cl por distintas fuentes ligadas a la organización. El hecho había sido guardado en estricta reserva y no se aportan muchos antecedentes del motivo que tuvo uno de los máximos dirigentes de la Coordinadora para escindirse de la organización.
“Ya no es dirigente de la Coordinadora, ya no es vocero”, fueron las escuetas palabras que sobre el particular emitió el dirigente del organismo indígena, José Llanquileo. Este último habló desde la Novena Región en donde la comunidad Agustín Chihuaicura, mantiene una ocupación en el fundo El Porvenir, en la comuna de Nueva Imperial, en la Novena Región.
La información fue confirmada por el abogado del dirigente, Pablo Ortega, quien se excusó de pronunciarse sobre las motivaciones “políticas” de su representado.
Ancalaf, agricultor, casado y padre de cinco hijos fue junto a Alihuén Antileo y José Huenchunao quien lideró la vocería del movimiento. A ello se añade la activa incursión del dirigente en la reivindicación tierras y en los enfrentamientos que por esa causa se sucedieron con personal de carabineros.
“Usted es sólo el presidente del 10 por ciento más rico y no olvide que aquí está en tierras mapuches”, con esas palabras el 27 de enero de 1999 en la líder indígena interpeló al en ese entonces Presidente Eduardo Frei, durante una visita del ex Mandatario a la Octava Región.
Desde ese entonces el protagonismo de Ancalaf lo llevó a ser sindicado incluso como comandante por algunos medios de prensa, queriendo con ello graficar que el dirigente era quien organizaba las incursiones de las comunidades en los predios y el enfrentamiento con personal de carabineros.
Condenado a presidio
La interpelación a un Presidente fue utilizada por Ancalaf por segunda vez con Ricardo Lagos, a quien le dirigió una carta durante su reclusión en la cárcel de Temuco el 13 de junio del año pasado.
En el segundo de cinco meses de prisión, que terminaron el 18 de agosto de 2000, el dirigente le manifestó en la misiva al Mandatario su “desconsuelo por sus actuales políticas frente a las demandas y movilizaciones de las comunidades mapuches. El Gobierno que usted representa en nada ha cambiado las gestiones heredadas de los gobiernos anteriores, ya que continúa el atropello y el abuso hacia nuestros derechos esenciales”.
A su vez el dirigente le expone sobre “el alejamiento de mi familia, mi esposa y mi comunidad” como también que “asume con orgullo los costos” de pertenecer a la Coordinadora.
De acuerdo a las versiones recogidas, son justamente los costos para su vida personal y familiar los que determinaron que Ancalaf terminará con su rol de dirigente. En tal sentido se señaló que luego de casi tres años de vocería en la Coordinadora Ancalaf resolvió analizar las perspectivas de desarrollo a futuro.
En este plano Llanquileo descartó la existencia de alguna división al interior de la Coordinadora, en cuanto a la forma de enfrentar el proceso de movilización. El dirigente expuso que la salida de Ancalaf y la clandestinidad de Huenchunao no afectan el funcionamiento de la organización por cuanto son “los propios lonkos de las comunidades los que conducen los procesos de movilización”.
En la actualidad Ancalaf enfrenta una condena a tres años y un día de presidió , la que se encuentra en fase de apelación, por su presunta participación en la ocupación ilegal de un predio y el robo de madera.
La situación de Ancalaf es similar a la de José Huenchunao, quien producto de un requerimiento por Ley de Seguridad del Estado se encuentra en la clandestinidad.
Con ello la estructura original
de la Coordinadora Arauco Malleco ha visto afectada su constitución,
la que después de varios años de movilización ha visto
mermada su capacidad de acción y de interpelación a las autoridades
de gobiernos. Esta situación ha sido gatillada por la acción
de los tribunales que han obrado tanto por solicitud de particulares como
del Ejecutivo, representado éste por las intendencias de las regiones
Octava y Novena, como también a través de algunas gobernaciones.