Hace diez mil años se produjo un descenso drástico de la humedad en la Patagonia austral, lo que llevó a que las comunidades de tehuelches del sur reduzcan su movilidad y se asienten cerca de ríos, arroyos y lagos. Esta fue una buena salida para ese momento, pero después se les volvió en contra, porque las comunidades de tehuelches quedaron aisladas y se debilitaron sus vínculos sociales. Clarín, 10 de diciembre de 2001

 

Clarín (Buenos Aires), 10 de diciembre de 2001.

ESTUDIO ARQUEOLOGICO EN SANTA CRUZ

Afirman que las comunidades tehuelches no eran nómades


Se piensa que la Patagonia argentina estuvo habitada, cientos de años atrás, por gente que solía mudarse continuamente. Pero parece que esta costumbre no era la norma para los tehuelches del sur o "aonikenk", como ellos mismos se llamaban. Este grupo eligió asentarse, separado en distintas comunidades, en la cuenca del Lago Salitroso, en el noroeste de la actual provincia de Santa Cruz, y desde allí trató de sobreponerse durante cientos de años a la sequedad del ambiente.

Ahora, las huellas de este grupo fueron halladas, excavadas y analizadas exhaustivamente por investigadores en arqueología, con apoyo del Conicet, la UBA, y el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación. Encontraron esas huellas al dar con el "cementerio" indígena más grande de la Patagonia, un estudio que empezó a desarrollarse a partir de 1997.

Este "cementerio" ocupa más de cien kilómetros cuadrados y está integrado por particulares enterratorios, llamados "chenques" (significa cueva en el idioma indígena), que consisten en acumulaciones de rocas de tres a cinco metros de largo sobre la persona que muere. Hasta el momento, se descubrieron 50 chenques en la zona semiárida con 60 individuos.

A partir de examinar los restos de esos individuos, su disposición y los ambientes que los rodeaban, los arqueólogos pudieron desenterrar el pasado del grupo humano desde 900 años atrás hasta que desapareció completamente a principios del siglo XX. Y encontraron que no se trató de un grupo típico de cazadores-recolectores, "que no se desplazaban por el terreno sin ton ni son", en palabras de Rafael Goñi, uno de los directores de la investigación, quien trabajó también con expertos de la Universidad de La Plata.

El estudio de los enterratorios (que no tenían ajuar como los de los incas) los llevó a identificar que entre las comunidades de estos tehuelches no había estratificación social: no tenían caciques. Y el indagar sobre las condiciones climáticas explicaron cuáles fueron los factores que llevaron a la extinción de estos indígenas.

Encontraron que en el período Holoceno, que empezó hace diez mil años, se produjo un descenso drástico de la humedad en la Patagonia continental austral. Esto llevó a que las comunidades de tehuelches del sur reduzcan su movilidad y se asienten cerca de ríos y arroyos y lagos. Esta fue una buena salida para ese momento, pero después se les volvió en contra. Porque las comunidades de tehuelches quedaron aisladas y se debilitaron sus vínculos sociales.

A este panorama, se le agrega la llegada de los europeos en el siglo XVI y sus consecuencias: las enfermedades, las restricciones a los campos de caza por el avance de la ganadería y el alcoholismo fueron las causas inmediatas de la extinción. "Pero los procesos previos de cambios en su movilidad y su aislamiento —resaltó Goñi— hicieron más fácil el desmembramiento y la consiguiente falta de respuesta al impacto social de la llegada de los europeos".



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