muchos significa buen tiempo para descansar y recrearse. Sin embargo, para las familias pehuenches de los sectores cordilleranos, el veraneo es una ancestral práctica de intenso trabajo que implica desplazarse con sus animales y toda la familia a las "veranadas" o lugares cordilleranos de abundante pasto y llenos de araucarias cargadas de piñones, donde se establecen durante la temporada estival.En este contexto se da el relevante proceso en que las comunidades buscan recuperar las veranadas de Moloñewe y Pacunto, en el valle de Mitrawken, en Lonquimay, que son actualmente predios fiscales. Austral, 11 de febrero de 2007
Domingo 11 de febrero de 2007
Veranadas de Mitrawken volverán a ser pehuenches
Culmina transferencia de tierras fiscales
Un aspecto de la veranada de Moloñe-we en el valle
de Mitraw-ken. "Lograr que esa montaña sea de la comunidad,
es el sueño que tenemos", dijeron. |
Veranear para muchos significa buen tiempo para descansar y recrearse. Sin embargo, para las familias pehuenches de los sectores cordilleranos, el veraneo es una ancestral práctica de intenso trabajo que implica desplazarse con sus animales y toda la familia a las "veranadas" o lugares cordilleranos de abundante pasto y llenos de araucarias cargadas de piñones, donde se establecen durante la temporada estival.
En este contexto se da el relevante proceso en que las comunidades buscan recuperar las veranadas de Moloñewe y Pacunto, en el valle de Mitrawken, en Lonquimay, que son actualmente predios fiscales. "Lograr que esa montaña sea de la comunidad, ojalá dentro de este año, es el sueño que tenemos. Queremos tener la seguridad de que sea de nosotros, para que mañana o pasado todos los que vengan, hijos y nietos, tengan donde recolectar su leña, su piñón", afirmó Eduardo Cayul, lonko de la comunidad Francisco Cayul, que hoy lidera el proceso que permitirá la transferencia de cerca de 2.360 hectáreas a dos comunidades del sector.
REIVINDICACION
Hace siete años que dos comunidades comenzaron un proceso de reivindicación de dicho territorio y para ello buscaron el apoyo de la Fundación Instituto Indígena. Juntos iniciaron conversaciones con el Ministerio de Bienes Nacionales, para ir provocando la sensibilización y el acercamiento entre las partes, en un proceso largo y complejo. "Si no hubiera estado la Fundación, quizás este proceso se habría quedado en puros trámites", recalcó Eduardo Cayul.
Días atrás, las comunidades recibieron la confirmación de que la última fase del proceso, la de transferencia, estaba pronta a ponerse en marcha y culminar en un lapso de 10 meses. La información fue entregada en terreno frente a la asamblea de la comunidad por Alberto Parra e Isolde Reuque, director nacional y subdirectora nacional sur de Conadi respectivamente, además de Bernardo Pardo en representación del Ministerio de Bienes Nacionales y Ariel Burgos presidente de la Fundación Instituto Indígena.
CELEBRACION
La celebración partió con un llellipun para rogar por el éxito
del proceso y para pedir bendiciones para la gestión de Alberto Parra
como director nacional de Conadi dado que hace años las comunidades han
construido una relación de trabajo y cercanía. A su juicio "Mitrawken
es un caso de la mayor trascendencia como ejemplo de cómo hacer una buena
política pública reconociendo los derechos de las comunidades,
en un trabajo mancomunado entre Gobierno y sociedad Civil, además del
efecto positivo que tienen los buenos dirigentes y las comunidades que respaldan
a sus dirigentes".