No existen los incidentes generalizados de hace algunos años, señala el general Bernales, pero los propietarios describen cómo los grupos radicalizados se han ido aglutinando en torno a 5 comunas. Los delitos son pan de cada día y la respuesta judicial, nula. El Mercurio, 30 de diciembre de 2007

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BOLSONES DE IMPUNIDAD Denuncian forestales y propietarios del área que sufre la violencia:

Conflicto mapuche se concentra en comunas al norte de Temuco


Domingo 30 de diciembre de 2007

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Esta semana siguió la movilización por los mapuches condenados y en huelga de hambre en la cárcel de Angol; el miércoles, un comando encapuchado sobre una camioneta incendió un camión en plena Ruta 5 Sur, entre Victoria y Temuco, y a comienzos de diciembre, otro grupo armado incendió un campamento forestal, como en los tiempos más calientes del conflicto.Foto:El Mercurio

No existen los incidentes generalizados de hace algunos años, señala el general Bernales, pero los propietarios describen cómo los grupos radicalizados se han ido aglutinando en torno a 5 comunas. Los delitos son pan de cada día y la respuesta judicial, nula.

Pilar Molina A.

El general director de Carabineros, José Bernales, anunció que volvió a activar un grupo de inteligencia en la Región de la Araucanía. Ordenó además un dispositivo nocturno para evitar que se repita el incidente del miércoles último al alba, cuando un grupo encapuchado quemó un camión en plena Ruta 5, entre Victoria y Temuco, y disparó contra una camioneta. A comienzos de diciembre, un comando armado similar escapó por los cerros luego de incendiar, como en la época más dura del conflicto indígena, un campamento forestal de Mininco, en el límite de la IX con la VIII Región, en dirección a Tirúa. Dos fiscales buscarán esclarecer ambos delitos. Pero en noviembre, otro comando cortó la ruta en la misma zona, entre cañete y Tirúa, incendiando un auto de particulares. Y hacia atrás se suceden y suman los casos.

Para Carabineros, la violencia de grupos indígenas radicalizados está lejos de lo que fue entre 1999 y 2002. Fue el mismo general Bernales quien entre 2001 y 2003, como delegado en la zona, logró imponer el orden y terminar con los incendios y los atentados diarios. "Se hizo un trabajo minucioso, a largo plazo. Se detuvo a todos los que cometían delitos de la Coordinadora Arauco Malleco" (CAM), que se entrenó a fines de 1997 con la quema de dos camiones forestales. A muchos les aplicaron la ley antiterrorista, pero no se tradujo en condenas, por la dificultad para probar la asociación ilícita. Sólo se aplicó en el caso que afectó a Juan Agustín Figueroa (por amenazas terroristas) y el incendio del predio Poluco Pidenco, de Forestal Mininco.

Pero se desactivó el conflicto y muchos activistas cumplieron condenas breves.

"Hoy no existe el problema de 2002. En la Araucanía no hay ninguna toma. Yo sobrevolé en helicóptero el jueves toda la zona de Traiguén, Lumaco, Ercilla, Collipulli y Angol, y no había tampoco incendios", señala el general. Para él, lo que hay son "grupos de delincuentes que usan como pretexto la problemática indígena", como liberar a los comuneros que están en la cárcel de Angol en huelga de hambre, condenados por el incendio de Piluca Pidenco, en Ercilla.

Las forestales responden que el general tiene razón en términos de que no hay una situación generalizada de violencia entre la VIII y la X Región, como ocurrió hasta 2002, pero el problema está vivo de otro modo.

En el área ubicada entre la zona sur de la VIII Región y la Norte de la IX, y en el sector costero cercano a Tirúa, se ha ido constituyendo un bolsón duro de violencia mapuche.

No se trata de los ataques o tomas de antaño, pero regularmente se cometen hurtos, talas ilegales; hay problemas para acceder a los predios. No son sólo las forestales las afectadas, con sus miles de hectáreas plantadas con pinos y eucaliptus. También hay particulares, como René Urbán, que ha sufrido 23 atentados en sus predios de Ercilla; Jorge Luchsinger 22, en sus tierras en el sector de Padre Las Casas; y Osvaldo Carvajal, después de 52 ataques a su hacienda a las orillas del lago Lleu-Lleu, la entregó a su banco acreedor, el cual la vendió a la Conadi. Ésta también compró el fundo Alaska (en Tirúa), que fue objeto de asedios unos años atrás, y hoy, en manos de indígenas, está prácticamente destruido.

La impunidad

La mayor preocupación es por la impunidad en estos bolsones. Y la grafican con que de 185 querellas que presentó Mininco entre 2004 y 2007 en las comunas de Contulmo, Cañete y Tirúa, sólo en 4 se ha formalizado la investigación, y ninguna de esas 4 se ha traducido en condenas.

En las restantes 181, los fiscales no han obtenido suficientes antecedentes.

Se critica a los dos fiscales que funcionan en estas comunas conflictivas de la VIII, Mario Elgueta y Luis Morales. El primero, a pesar de su dedicación exclusiva, obtiene muy bajos resultados. El segundo cierra las causas lo más rápidamente, también sin resultados, y se le reconoce por el cierre mecánico de procesos mediante la decisión de no perseverar.

Respecto de los fiscales de La Araucanía, en cambio, se dice que funcionan mejor y que tienen más experiencia.

Lo que llama la atención es que tratándose de los mismos predios y de los mismos delitos, las policías no logren tampoco antecedentes para establecer la participación de las personas.

A diferencia de lo que ocurrió en el período del Presidente Ricardo Lagos, ahora no hay coordinación entre el Gobierno, la policía y el Ministerio Público, y Carabineros se cuida después de hechos como la muerte del trabajador de Arauco tras embestir un auto policial con una máquina.

La actitud de cumplir

Estas áreas son calificadas de alta peligrosidad por la policía, la cual se ve obligada a efectuar las diligencias policiales con fuertes contigentes para precaver hechos de violencia. Dos uniformados solos pueden verse cercados y obligados a hacer uso de sus armas de fuego, lo cual truncaría sus carreras profesionales. No ocurre, en cambio, si las diligencias para incautar madera robada la cumplen 50 policías.

Según el general Bernarles, hoy existe suficiente personal de Carabineros en la zona, pero según los afectados, falta mayor presencia policial permanente con dotaciones adecuadas para enfrentar los problemas asociados a actividades industriales, donde a veces no es posible acceder a los predios o hacer los trabajos forestales.

Se critica también que la inteligencia policial hoy privilegia información para el gobierno, de tipo político, en vez de la necesaria para resolver la delincuencia.

Lo más grave, se denuncia, es que hay una actitud generalizada, que abarca desde la policía a fiscales y autoridades regionales, como intendentes y gobernadores, de abordar los incidentes más como problemas políticos sociales que como delitos. Entonces, alegan, están más preocupados de las consecuencias políticas de investigarlos que de su resolución. Y no hay coordinación Gobierno, policía, Ministerio Público.

Aunque el general Bernales dice que no hay pruebas de que los hechos de violencia los estén promoviendo indígenas, porque actúan encapuchados, en la zona tienen claro que se trata de pequeños grupos operativos vinculados a la CAM o a alguna otra agrupación beligerante con la cual tienen vasos comunicantes, y que se vinculan también a los presos condenados en la cárcel de Angol en huelga de hambre.

INFOGRAFÍA

Procesos iniciados por forestal Mininco y su filial Creces entre 2004 y 2007 por delitos de incendio, robo, hurto, agresión, ocupación ilegal, usurpación y tala ilegal, entre otros, en las comunas de Contulmo, Cañete y Tirúa (VIII Región):

2004: 33

2005: 46

2006: 42

2007: 64

Total: 185

De ellos, en sólo 4 se ha formalizado la investigación, sin procesados o condenados aún.

Detrás está la actitud de no considerarlos delitos, sino que manifestaciones de un conflicto político social, lo cual afecta la investigación.


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