El negocio forestal chileno es de los más importantes junto con la minería y la pesca, destacando en este rubro en particular, su tasa de crecimiento, es así que mientras en Canadá un árbol tarda unos 100 años en alcanzar una edad productiva, y en Estados Unidos unos 50, en Brasil y Chile ese período fluctúa entre los 15 y 22 años. Razón por la que estos dos últimos países lideran la producción mundial de celulosa. Situación que si bien es alentadora para estas industrias y sus derivados, ha generado a nuestro país grandes costos políticos, sociales, económicos y ambientales. Austral, 20 de julio de 2007

 
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Viernes 20 de julio de 2007

Modelo Forestal

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El negocio forestal chileno es de los más importantes junto con la minería y la pesca, destacando en este rubro en particular, su tasa de crecimiento, es así que mientras en Canadá un árbol tarda unos 100 años en alcanzar una edad productiva, y en Estados Unidos unos 50, en Brasil y Chile ese período fluctúa entre los 15 y 22 años. Razón por la que estos dos últimos países lideran la producción mundial de celulosa. Situación que si bien es alentadora para estas industrias y sus derivados, ha generado a nuestro país grandes costos políticos, sociales, económicos y ambientales.

Con la explosiva expansión de las plantaciones forestales de las últimas décadas, se han interrumpido y destruido ecosistemas completos, atentando directamente contra la biodiversidad y la supervivencia de especies animales y vegetales, sin dejar de lado los graves daños a la calidad de vida de los habitantes.

En materia laboral este sector no representa para la economía interna un aporte muy significativo, de hecho, el 70% de los trabajadores sólo tienen trabajo temporal y el nivel de ingresos muestra que el 82% se encuentra debajo de la línea de la pobreza.

Una de las consecuencias más sensibles de esta expansión es el avance que han tenido sobre los derechos de las comunidades mapuche, quienes como tanto los habitantes, se ven afectados por la disminución de la calidad y cantidad de agua para riego y consumo, el deterioro de los caminos rurales, los problemas de salud asociados al uso de los pesticidas y principalmente el conflicto por las tierras. Sin ir más lejos, las dos empresas forestales más importantes, tienen un patrimonio territorial muy superior al de todas las comunidades mapuche de Chile juntas.

Es evidente que ha llegado la hora de hacer una profunda y acuciosa evaluación del modelo forestal chileno, porque es necesario saber cuál es su sustentabilidad, viabilidad y proyección.

 


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