Unas cincuenta personas, en su mayoría mapuches, se mantiene en el puente Nireco, en el camino de Pangue a Ralco, vigilados de cerca por un fuerte contingente policial. Ayer hubo una breve toma del viaducto.  El Sur de Concepción,  9 agosto de 1998 

 Proyecto de Documentación Ñuke Mapu
 
 
DIARIO EL SUR - Crónica Local
09 de agosto de 1998

Breve toma de puente Nireco

Bajo tensión está la zona de Alto Biobío


Un clima de tensión se mantiene en el Alto Biobío, luego que unas cincuenta personas, en su mayoría mapuches, se mantiene en el puente Nireco, en el camino de Pangue a Ralco, vigilados de cerca por un fuerte contingente policial. Ayer hubo una breve toma del viaducto. Se trata de las siete familias, apoyadas por mapuches de otras localidades del país, que no aceptan las permutas de sus tierras, que serán inundadas por la central hidroeléctrica Ralco que construye Endesa.

Carabineros controla el acceso a la zona y los incidentes registrados ayer en el camino fueron de menor consideración. La empresa Besalco, contratista de Endesa, suspendió todos los trabajos en el sector de Ralco, incluso al interior del puente Nireco donde ayer se realizaban algunas faenas, según informó anoche el intendente Martín Zilic.

Entre los pehuenches se observa una profunda división por el tema de las permutas, que incluso afecta a miembros de una misma familia. Mientras la mayoría las acepta, un pequeño grupo mantiene una postura intransigente. Ayer se debatían los nombres de los representantes que asistirán a la mesa de diálogo que se abrirá el miércoles en Los Angeles. También se cuestionaba el recibimiento que le darán a algunos políticos que han anunciado viaje a la zona, como la candidata presidencial del Partido Comunista, Gladys Marín.

El intendente Martín Zilic reiteró su llamado a establecer un diálogo entre las partes y aclaró que el gobierno "no está porque se construya Ralco a cualquier precio", sino resguardando los intereses de las familias pehuenches que viven en el sector.

La autoridad regional manifestó su voluntad de discutir con Endesa la situación en que quedará un grupo de 250 familias de las dos comunidades, que aunque sus tierras no serán inundadas, también serán afectadas por los cambios en su entorno.


 
 

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