Una comunidad indígena salteña denunciaron ataques por parte del personal de un ingenio azucarero debido a su oposición al desmonte de tierras. El grupo, perteneciente a la etnia tupí-guaraní, se denomina Iguopegeindá y está compuesto por sesenta familias que ocupan, desde sus ancestros, unas trescientas hectáreas. El accionar de la refinería San Martín del Tabacal redujo, según expresaron voceros de los aborígenes, esa superficie a la mitad. Los hechos -de los que dos sacerdotes afirman ser testigos- fueron denunciados ante la policía de la ciudad de Orán y ya intervino el juez de instrucción José Luis Bruno. Los sucesos se desencadenaron el 5 de agosto, y el viernes 6 se registró un segundo ataque, a cargo de cuarenta hombres armados con palos, botellas con combustible y armas de fuego, de acuerdo a la versión del religioso José Auletta. "Fueron como horda salvaje a buscar las banderas, una argentina y la otra guaraní, y las tiraron a los yuyos. Después de eso, se juntaron los del personal de seguridad y atacaron. Decimos que atacaron porque vinieron corriendo con los palos alzados a pegarnos y, efectivamente, nos golpearon", añadió. Otro de los integrantes de la comunidad, Alberto Torres, vio a uno de los guardias con una botella plástica, con gasoil, a punto de ser lanzada contra una casilla. "No quemen, no quemen... ahí están los chicos", comenzaron a gritar las mujeres, que lograron persuadirlos. Los indígenas solicitaron la intervención de autoridades de la secretaria de Medio Ambiente salteña. La Nueva Provincia (Bahía Blanca), 10 de agosto de 2004.