El motivo verdadero de estas guardias no es el control del robo de ganado -en ambas ocasiones no hemos observado ganado alguno- sino la protección armada de los alrededores del área del proyecto minero. ¿El área del proyecto minero es un área extraterriorial de nuestro país, un enclave de los intereses económicos de otros países dentro del nuestro?. ¿Con qué derecho una empresa sea nacional o multinacional que pretende explotar los recursos naturales de nuestro país, y recordemos cuyo proyecto fue rechazado rotundamente por la comunidad, monta una guardia armada?... Se deja así en evidencia que el objetivo de la empresa es continuar el proyecto de explotación a ocultas de la comunidad, violar las sentencias judiciales de suspensión de actividades y continuar la mentira hacia la población, lo cual de esto último tenemos ya sobrados antecedentes. De otro modo no se explica la razón de tamaño operativo de guardia armada e intimidación. De nada sirve contratar a una consultora para lograr una mayor comunicación con la sociedad de Esquel y de nada sirve cambiar la fachada y las cortinas de las ventanas de las oficinas de la Meridian si por detrás nos están apuntando con un arma. Este hecho suma y constituye otro pésimo antecedente para la empresa minera. Lamentablemente es necesario agregar que a los dos días, encontramos en el contestador automático una grosera amenaza de muerte anónima, que si bien no menciona motivos, le atribuimos relación directa con lo sucedido en el cordón Esquel. AIPIN, 29 de noviembre de 2003. 

 
 AIPIN, Prensa India
"Difundiendo presente y sembrando futuro"
Argentina
Esquel (Chubut), 27 de noviembre de 2003.

Militarización de minera "El Desquite"


Estimados amigos: les envío esta Nota que el Lic. Lino Pizzolón de la UNPAT ha dado a conocer a la opinión pública. Gustavo Manuel Macayo.
 

Grave atropello en las cercanías de la minera.­ Luego de un día de trabajo en el Laboratorio de Ecología Acuática y para aprovechar las últimas horas tarde del miércoles 26/11/03, nos fuimos a hacer una caminata por la zona de los conitos que están a la entrada de Esquel -todo un emblema de la ciudad y que atraen a los visitantes- para poder observar el singular paisaje geológico y algunos cursos de agua en los faldeos del extremo sur del cordón Esquel.

Dejamos el vehículo estacionado a un lado de la ruta y cruzamos a campo traviesa hasta la ladera sur enfrentada a los conitos, donde descansamos unos momentos. Ya de regreso, fuimos abordados por dos personas a caballo, quienes nos señalaron que estábamos en infracción y que nos retirásemos inmediatamente.

Aclaramos el motivo de nuestra caminata y pedimos disculpas; preguntamos quién era el dueño del campo y les dijimos que lo conocíamos y que hablaríamos con él personalmente para aclarar toda la situación. Pero no todo había terminado.

Seguimos caminando hacia nuestro vehículo (siempre escoltados de cerca por los guardias montados), pero al acercarnos observamos que nos estaba esperando un auto y una camioneta, que resultó ser de la Policía Provincial. Tres agentes de la policía y unos tres hombres de custodia, nos estaban esperando al lado de nuestro vehículo.

Nos dijeron de mal modo que estábamos en infracción de la propiedad privada y el señor Lochocki, uno de los de la custodia, dejó entrever que de reiterarse esta situación podíamos vernos involucrados en hechos más graves y peligrosos para nuestra seguridad.

Nuevamente explicamos el motivo de nuestra excursión y nuestra relación con el propietario del campo, pero la policía tomó nuestros datos y nos exigió acompañarlos a la comisaría de Esquel, incluso con dos policías subidos a nuestro vehículo, como si fuéramos delincuentes. Ante este atropello nos negamos rotundamente, primero al considerar este trato una falta de respeto como ciudadanos y como profesionales, y segundo consideramos una exageración de sus atribuciones.

Indignados volvimos a reiterar que antes de ir a ningún lado hablaríamos con el dueño del campo, para que quedara todo aclarado, como de hecho sucedió, incluso con pedido de disculpas por el mal rato pasado. También quedó aclarado que en ningún momento entramos en el perímetro de la concesión minera.

Cabe agregar que hemos tenido un encuentro similar con el señor Lochocki y acompañantes -todos armados- en junio pasado, en oportunidad de recorrer la zona del arroyo Amarillo o Willa, quienes en ese entonces pidieron disculpas, aduciendo que cumplían sus funciones por problemas de abigeato en la zona...

Pero el motivo verdadero de estas guardias no es el control del robo de ganado -en ambas ocasiones no hemos observado ganado alguno- sino la protección armada de los alrededores del área del proyecto minero. Ante estos hechos, y otros ocurridos el año pasado, como por ejemplo, el accidente de un camión de la minera y en el cual se prohibió el ingreso de un móvil policial a la zona del proyecto, cabe algunas reflexiones, ya hechas en anteriores ocasiones.

¿El área del proyecto minero es un área extraterriorial de nuestro país, un enclave de los intereses económicos de otros países dentro del nuestro?. ¿Con qué derecho una empresa sea nacional o multinacional que pretende explotar los recursos naturales de nuestro país, y recordemos cuyo proyecto fue rechazado rotundamente por la comunidad, monta una guardia armada?...

Peor aún, en connivencia con "nuestra" policía provincial, la cual debería estar al verdadero "servicio de la comunidad", es decir a nuestro servicio, ya que se sostiene por nuestro trabajo e impuestos. ¿Qué control ciudadano se podrá realizar si no hay posibilidades de acceder a la zona del proyecto sin aviso previo?.

La vigilancia ambiental por parte de los vecinos de Esquel o de quienes ellos designen así lo exige. Por lo tanto, si la empresa Meridian Gold pretende trabajar en forma transparente, tal como se preocupa demostrar con su nueva imagen, debe desarticular de inmediato ese sistema de guardias.

Por último, se deja así en evidencia que el objetivo de la empresa es continuar el proyecto de explotación a ocultas de la comunidad, violar las sentencias judiciales de suspensión de actividades y continuar la mentira hacia la población, lo cual de esto último tenemos ya sobrados antecedentes. De otro modo no se explica la razón de tamaño operativo de guardia armada e intimidación.

De nada sirve contratar a una consultora para lograr una mayor comunicación con la sociedad de Esquel y de nada sirve cambiar la fachada y las cortinas de las ventanas de las oficinas de la Meridian si por detrás nos están apuntando con un arma. Este hecho suma y constituye otro pésimo antecedente para la empresa minera.

Lamentablemente es necesario agregar que a los dos días, encontramos en el contestador automático una grosera amenaza de muerte anónima, que si bien no menciona motivos, le atribuimos relación directa con lo sucedido en el cordón Esquel.
 
 

Lino Pizzolon - Alejandra Vartanian.
Esquel - Chubut - Patagonia

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