Con el objetivo de conocer sus problemas y la realidad en la que viven, el director subregional del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, fue el anfitrión ayer de una veintena de representantes de pueblos indígenas de todo el país. Hacía dos años que no se realizaba un encuentro similar, nacional y a solas, entre la entidad y distintos grupos de aborígenes. La Nación (Buenos Aires), 28 de febrero de 2003. 

 

 
 

La Nación (Buenos Aires), 28 de febrero de 2003.

Reunión en Puerto Madero

El Banco Mundial escuchó los reclamos de grupos indígenas

    • El director subregional del organismo recibió a representantes aborígenes
    • Les dijo que quería escuchar en forma directa sus problemas
    • Acordaron que deben trabajar en conjunto

Con el objetivo de conocer sus problemas y la realidad en la que viven, el director subregional del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, fue el anfitrión ayer de una veintena de representantes de pueblos indígenas de todo el país. Hacía dos años que no se realizaba un encuentro similar, nacional y a solas, entre la entidad y distintos grupos de aborígenes.

A las 9, mapuches, wichis, tobas y collas, entre otros, subieron hasta el piso veintiocho de la moderna torre situada en Bouchard y Lavalle, en Puerto Madero. Allí funciona una de las sedes que el organismo internacional tiene en el país. Los esperaba un desayuno que disfrutaron mientras, desde las alturas, escudriñaban el río.

"Quiero saber cómo se pueden articular sus necesidades y traducirse en acciones, si se sienten marginados, si el nivel de exclusión aumentó con la crisis y, finalmente, cómo podemos ayudarlos." Con estos interrogantes, Van Trotsenburg invitó a sus interlocutores a iniciar el diálogo, que duró más de cinco horas.

De a uno por vez, expusieron sus inquietudes y fueron escuchados atentamente por el funcionario, que sólo los interrumpió para hacerles preguntas concretas.

"No queremos asistencialismo, sino desarrollo", remarcó Germán Canuhé, el primero en hablar. El resto, incluido Van Trotsenburg, asintió.

Otro de los problemas planteados por este rankulche de La Pampa y compartido por sus "hermanos" -así se llaman entre ellos- es el de la tierra.

Algunos solicitan que les reconozcan como propio el territorio que ocupan actualmente, mientras que otros piden que les sean restituidas tierras de las que fueron expulsados sus ancestros. Y los reclamos se remontan hasta los tiempos de la Campaña del Desierto.

La educación bilingüe también está entre las prioridades de los pueblos indígenas. Existen comunidades en las que sólo los viejos hablan la lengua que los identifica y eso les duele. También están las que no dominan el español, lo que les trae complicaciones en la vida diaria. "A nuestros hijos los discriminan en la escuela y en los hospitales no nos entienden", dijeron.

"La lengua y la historia son parte integral de la cultura y respetarlas es contribuir a la dignidad de los pueblos", resumió Van Trotsenburg, y destacó el rol que, al respecto, pueden cumplir los medios de comunicación.

Tampoco faltaron los pedidos específicos, como la construcción de canales para el aprovechamieto del agua.

"Para mí es muy importante escucharlos. Un plan diseñado desde Washington no puede funcionar. Tenemos que trabajar en conjunto incluso en el monitoreo de los proyectos", concluyó el director subregional del Banco Mundial. Volverán a encontrarse el próximo 19 de marzo.

Yanina Bergonzi

Copyright © 2002 La Nación | Todos los derechos reservados

Enlace al artículo original.