- ENTRE OTRAS 10 PERSONALIDADES Y GRUPOS -
El actual referente del Espacio de Articulación Mapuche recordó la nevada del 84 y los orígenes del CAI. Tuvo palabras de agradecimiento para el obispo Hesayne y para Pancho De Haro, que también recibió un diploma. Anunció la pronta sanción de la ordenanza de interculturalidad.
La locutora del acto destacó que el homenajeado “realizó una importante tarea en la defensa de las comunidades mapuches rurales de la Línea Sur rionegrina. También participó de la sanción de la Ley Integral del Indígena y luchó por la relocalización de más de 70 familias que perdieron su lugar de origen a raíz de la represa de Piedra del Águila”. Acto seguido se compartió un video en el cual visiblemente emocionado, Daniel Jaramillo –también integrante del Espacio de Articulación Mapuche- ponderaba las bondades del carácter de Painefil.
El referente mapuche recibió su diploma de manos del presidente del Concejo Municipal, Ramón Chiocconi, ante la mirada de la intendenta María Eugenia Martini, el interventor del INADI, Pedro Mouratian y la senadora nacional Silvina García Larraburu, entre muchos otros funcionarios de distintas jurisdicciones que acompañaron el acto (ver “El Cordillerano” de la víspera). En primera instancia, Painefil compartió la distinción con su esposa Hilda, sus hijas y nietas.
Al hacer uso de la palabra, el otrora fundador del CAI valoró el reconocimiento: “me pareció muy importante pero a la vez me removieron muchas cosas porque me trajo recuerdos de varios años atrás. Me acordaba que cuando ingresé al Centro Mapuche, allá por el año 83 o tal vez un poco antes, la primera persona que me habló de organizar nuestra lucha como pueblo mapuche fue Pancho De Haro y la verdad, estoy muy contento de que él también haya sido reconocido”. En efecto, el fundador de la APDH Bariloche también recibió un diploma.
Por culpa del 84
Painefil hizo memoria: “todos deben recordar que en el 84 hubo un gran desastre, una nevada por la que prácticamente la gente de la Línea Sur se quedó sin animales. Un desastre grandísimo… Y tengo que recordar a una persona que nos dio un poder muy grande y pensó en un proyecto que nos permitió organizarnos: el obispo (Miguel) Hesayne. Él hizo una campaña: Una oveja para mi hermano… Los que trabajamos en aquel momento organizamos a la gente, organizamos cooperativas y en ese contexto, también nació el Consejo Asesor Indígena, del cual yo fui parte desde el comienzo”.
Aquel acontecimiento “fue histórico porque en el 85 cuando nació la organización, hacía 100 años que se había entregado Sayweke, En 1885, en enero, se había entregado nuestro lonco en Neuquén, se rindió definitivamente con todos sus lonco y toda su gente, derrotado y prácticamente sin fuerzas. Estuvimos silenciados 100 años, pero cuando nació esta propuesta a consecuencia de la nevada, cuando nació la organización, fue como que empezamos a recuperar nuestra lengua ancestral, nuestra gente empezó a hablar… La gente nuestra, que es la gente que no fue a la escuela, que no sabe leer o escribir, pero que tiene la convicción de defender su tierra y sus derechos”.
El militante mapuche trazó un paralelismo con el presente. “No hay peor ofensa y discriminación cuando uno ve los titulares de los diarios y dicen que los mapuches somos terroristas, que no somos de acá, que somos incendiarios… Eso está en la sociedad y es muy fuerte. Entonces, para nosotros la lucha continúa. Sigue todos los días… Cómo trabajamos, cómo hacemos y cómo integramos para que esta sociedad comprenda que no podemos seguir teniendo a (la estatua de) Roca ahí”, dijo, mientras señalaba hacia el Centro Cívico y se ganaba el aplauso unánime de centenares de asistentes.
El capítulo más reciente en la dilatada trayectoria de Painefil arrancó cinco años atrás. “Desde 2010, cuando me vengo para acá porque yo estaba en Jacobacci, empezamos a hacer un trabajo con los peñi con respecto a cómo veíamos la cosa acá en Bariloche. Acá, a nuestra gente la vemos todos los días, no hace falta ir a un paraje. Cruzo la calle y me encuentro con ellos. Entonces, ¿cómo trabajamos, cómo hacemos?”
El resto es casi historia reciente, además de presente. “Con el Espacio de Articulación Mapuche y Construcción Política, del cual soy parte, empezamos a hacer un trabajo con las comunidades y con otros peñi para trabajar con el Concejo Municipal. Llevamos una propuesta, se la llevamos a los concejales, la tomó Ramón Chiocconi (entre otros concejales) y estamos a punto de sacar una ordenanza por la cual la Municipalidad se va a reconocer como intercultural”, anunció, para ganarse más aplausos.
Está previsto que el proyecto de ordenanza en cuestión integre el orden del día de la próxima sesión ordinaria. “Entonces, tenemos todo un desafío por delante. La sociedad toda tiene un desafío por delante, porque la interculturalidad no es que estemos todos juntos y listo, ya somos interculturales... No, hay que profundizar, hay que cambiar, tenemos que cambiar los paradigmas de todo. Cuando fuimos a ver a la intendenta y ella también aceptó el proyecto, nos dimos cuenta entre todos de que hay un desconocimiento tremendo de nuestros valores y de nuestro pueblo”.
Su reflexión finalizó de esta manera: “cuando ofenden a un mapuche o a una comunidad, están ofendiendo a un pueblo. Eso es lo que hay que entender: nosotros somos un pueblo, no una parte más de lo social. Eso es lo que nosotros buscamos que se reconozca, no para ser más que los otros, sino para ser de igual a igual y así poder construir juntos esta sociedad que todos anhelamos, que sea diferente para nuestros jóvenes, nuestros hijos y nuestros nietos. Es una labor de todos, por eso me parece muy importante que se reconozca este trabajo que hacemos porque todos los días hay discriminación. Entre todos podemos trabajar y juntos avanzar”, concluyó Painefil, entre más aplausos y gritos tradicionales mapuches.
Indígenas vs políticos
Sanmartiniano Painefil compartió otras anécdotas: “recuerdo que cuando hicimos la primera movilización a Viedma, nos abría el micrófono Néstor Busso (el director de FM Encuentro también fue homenajeado el viernes). Ahí íbamos nosotros y hablábamos, ya en esa época se hacían comparaciones. Tuvimos un enfrentamiento fuertísimo con el gobierno, estaba (Osvaldo) Álvarez Guerrero en esa época y la expresión más fuerte que había era llamarnos políticos. Él decía que nosotros no éramos indígenas, que éramos políticos. Era como una ofensa y el diario Río Negro titulaba grande: no eran indígenas, eran políticos… Él nos echó de la Casa de Gobierno. También nos agredían diciendo que nosotros promocionábamos el odio, otro de los titulares grandes que salían”.
Rememoró que “todo ese tiempo que se dio de la organización hasta que se aprobó la ley en 1988, se trabajó mucho con las cooperativas. Entonces, organizar a la gente nuestra en el campo era difícil, era sobre el terreno. Vos tenías que andar y te encontrabas con el mercachifle, con el turco, como decimos nosotros, y ahí chocábamos… Uno andaba por la ruta y te cruzaban la camioneta. La cuestión era ganar espacio y ganarlo con la gente. Eso nos sirvió muchísimo porque si la gente no hubiese entendido lo que queríamos en aquel momento, hubiese sido muy difícil y hasta hoy estaría sometida la mayoría de la paisanada”.
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