Zona lacustre costera es considerada la capital del etnoturismo. Alojamientos en chozas y cultura indígena atraen a 10 mil turistas en la temporada de verano.

Dormir en una ruca mapuche es una experiencia excepcional para los turistas que llegan a La Araucanía. Más aún si la clásica vivienda de totora, con su infaltable fogón, está enclavada en una isla en medio de un lago. Mejor si desde cualquier rincón del planeta reserva alojamiento por e-mail o celular para ser esperado -el día y a la hora convenidos- con una lancha a motor.
Eso es precisamente lo que ofrece Vicente Nahuel en la pequeña isla Llepu (13 ha), una de las ocho del lago Budi. Nahuel forma parte de un grupo cada vez más creciente de indígenas emprendedores que están convirtiendo a esa zona de La Araucanía en la capital del etnoturismo mapuche-lafquenche.
Indígenas que hasta hace cinco años sólo cultivaban papas, trigo y hortalizas para subsistir, hoy conducen camionetas, lanchas y usan celulares, computadores y administran páginas web. Reciben en sus casas y comunidades a turistas ávidos de "vivir la experiencia mapuche", incluidas sus propias rucas.
Turistas interculturales
"Es un turista especial, culto, respetuoso, interesado en nuestra cultura", cuenta Luis Painefil, del sector Llagepulli, distante 12 km de Puerto Domínguez. Allí, a orillas del lago, desde hace cinco años, junto a otras 18 familias, desarrolla el mayor proyecto comunitario para ofrecer todo lo que busca el visitante: alojamiento en rucas, gastronomía, música y bailes; medicina tradicional, talleres de artesanías, charlas de cosmovisión indígena, avistamiento de aves, cabalgatas y hasta paseo en carretas.
En la temporada, de octubre a marzo, sólo esa comunidad recibe a unos 10 mil turistas. Tienen seis rucas-dormitorio y esperan llegar a 20 en los próximos dos para satisfacer la creciente demanda. "El turista quiere saber cómo somos, vivimos, hablamos y hasta qué comemos. Lo que hacemos es compartir nuestra cultura y, al mismo tiempo, la revalorizamos", dice el líder del proyecto, Mauricio Painefil.
El alcalde de Puerto Saavedra, Ricardo Tripainao, en cuya comuna está situado este lago salado de 54 km cuadrados, comenta que el turismo en torno al lago Budi está mejorando la calidad de vida de los mapuches. "Cada vez más comunidades y familias están viendo en el turismo una oportunidad de desarrollo". Puerto Domínguez, Boca Budi e isla Huapi, que bordean el lago, ya son conocidos a nivel internacional por esas iniciativas. En esa zona, los mapuches han levantado 12 rucas para recibir a las visitas. Cobran desde $14 mil a $16 mil por persona y pueden albergar de dos a seis de ellas.
En Boca Budi, donde está el desagüe natural, se halla el único hotel de la zona. Tiene 18 habitaciones. Y su novedad es una piscina con agua de mar temperada para talasoterapia.
Tripainao señala que para potenciar el etnoturismo en torno al Budi aún es necesario asfaltar unos 30 kilómetros al norte y sur de Puerto Saavedra. Se trata de rodear el lago, conectar a las comunidades y acercar a los turistas a esos emprendimientos. "Hay proyectos, se avanza, y eso podría estar listo en el 2015".
Por ahora, el principal polo de desarrollo es Puerto Domínguez, un poblado de 600 habitantes, distante unos 90 kilómetros de Temuco, donde se concentran las iniciativas turísticas.
Castillo medieval
Como si fuera poco, y en contraste con la cultura originaria, en la parte más alta de esa localidad se levanta un castillo medieval que debutará este verano como restaurante. "Desde niño soñé con un castillo y lo hice. Ahora hay que explotarlo turísticamente", cuenta su constructor, el comerciante Gastón Catalán.
Catalán dice que hay muchos proyectos de emprendedores en torno al lago, "pero falta apoyo de los organismos estatales. El problema son los recursos. En mi caso, hice el castillo ladrillo a ladrillo, con plata de mi bolsillo y me demoré seis años".
Aves y cisnes de cuello negro
En el sector de Puerto Domínguez se concentran las mayores colonias de cisnes de cuello negro del lago Budi. En ocasiones, según lugareños, pueden observarse hasta mil ejemplares. También allí habita el "Huaiquil", conocido como "pez mapuche", similar a la corvinilla.

IVÁN FREDES