Alerta organizaciones y gobiernos sobre un acuerdo que consolida la “economía verde”: “pobres más pobres, ricos más ricos”

Río de Janeiro, (Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático).- El documento “El Futuro que Queremos” que está a punto de ser ratificado por los mandatarios, lejos de resolver la crisis socioambiental global, profundizará las causas estructurales a través del avance de la liberalización de la economía y la mercantilización de la naturaleza, alerta la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático a organizaciones de la sociedad civil y gobiernos progresistas.
El documento a punto de aprobarse en la Cumbre Río+20 plantea que los objetivos de la Agenda 21 de Eco Río 92 y las tres convenciones (Convención sobre Biodiversidad Biológica-CBD, Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático-CMNUCC y la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación-CNULD), están en plena vigencia con los avances que se han dado en estos últimos años, pero se debilitan los principios importantes, como el de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, sólo incluido en la parte introductoria de manera declarativa, cuando debería ser parte esencial de todo el texto, alertó la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBCC) en un manifiesto público publicado en Rio de Janeiro el 20 de Junio de 2012.
Según la PPBCC, el texto en su forma actual reafirma y profundiza el modelo económico neoliberal vigente, promoviendo el crecimiento económico “sostenible e incluyente”, haciendo varias referencias al respecto a lo largo del texto, pero sin plantear cambios o ajustes de fondo en el sistema económico actual. Se reconocen las múltiples crisis que actualmente atravesamos, pero todas las respuestas se mantienen en el marco del modelo neoliberal, profundizando el libre mercado y sin atender a las causas estructurales subyacentes.
La inclusión de los conceptos de “Madre Tierra” y “Vivir Bien en armonía con la naturaleza” es declarativa y carece del contenido y sentido propuesto por los Pueblos Indígenas del mundo, consistente en cambiar de modelo económico y patrones de desarrollo para tener sociedades en armonía con la naturaleza. Contradictoriamente, estos términos son incluidos sólo para legitimar la “economía verde” como fase actual del sistema capitalista y el libre mercado.
Es falso y demagógico sostener que la profundización del neoliberalismo a través de la “economía verde” conseguiría simultáneamente el crecimiento económico sostenible, la erradicación de la pobreza y el mantenimiento y gestión de los ecosistemas. Los pueblos del mundo reconocemos que es el mismo modelo neoliberal y aún más inhumano- que exacerba desigualdades sociales que destruye y daña a la Madre Tierra y a la naturaleza.
La PPBCC también rechaza los condicionamientos planteados a la ayuda de la cooperación financiera y tecnológica, que sólo será para los países que implementen políticas de “economía verde”. De esta manera, los países capitalistas pretenden vulnerar la soberanía de aquellos pueblos y gobiernos que decidieron no entregarla a un puñado de transnacionales.
En el documento, que sería aprobado por los mandatarios en el segmento de alto nivel, se reafirma que los países llamados por ellos “en vías de desarrollo” necesitan recursos para financiar sus acciones de desarrollo sostenible. Pero no se asumen compromisos concretos y se pasa la responsabilidad de generación de recursos al sector privado, con las conocidas consecuencias que esto traería.

Aspectos observados
En el texto del acuerdo de Rio+20 en su estado actual reconoce el principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas, pero no hay claridad sobre las obligaciones de los países desarrollados para su cumplimiento. No hay mención de que la Economía Verde esté sujeta a este principio.
El lenguaje incorporado de la Naturaleza y de vivir en armonía con la naturaleza acaba legitimando la economía verde. Reconoce los derechos de la Naturaleza (en algunos países), pero esto en el contexto de la promoción del desarrollo sostenible resulta ser una contradicción. La definición y forma de aplicación de la economía verde sigue siendo ambigua y peligrosa porque sigue justificandoun crecimiento económico sostenido, en el que seguirá aumentado las desigualdades sociales y destruyendo la Madre Tierra.
A pesar de que menciona quecada país puede utilizar enfoques propios sobre la economía verde, respetando la soberanía, se fomenta el andamiaje de una estructura que acabara condicionado a los estadosa implementar estándares internacionales
Se otorga un papel más importante al sector privado para apoyar las políticas de economía verde que potencialmente van a generar fondos a través de proyectos que involucran a la mercantilización y financialización de la naturaleza, lo que es más de las mismas recetas que han causado las distintas crisis que hoy vivimos.
Se abre la posibilidad de fortalecer los mecanismos de mercado, financieros y otros servicios para los pequeños productores agrícolas como una supuesta herramienta para lograr la soberanía alimentaria, lo que generaría aun mayor pobreza y exclusión.
Fortalece e incentiva indirectamente a la participación privada para infraestructura de servicios de agua potable, servicios básicos y energía, entre otros, llamando a los gobiernos a crear escenarios de que faciliten las inversiones públicas y privadas.
Asigna un valor monetario a la biodiversidad y su capacidad de proveer servicios esenciales como base del desarrollo sostenible y el bienestar humano promoviendo la inversión privada a través de incentivos y políticas para la conservación de la diversidad biológica expandiendo la posibilidad de nuevos mercados e instrumentos financieros para la mercantilización de la naturaleza.
Propone las Metas de desarrollo sostenible, aun cuando no se han cumplido las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio con el propósito de implementar la economía verde. No se asumen compromisos y obligaciones para garantizar la transferencia de recursos financieros y tecnología a los países en desarrollo
Se abre la posibilidad de que se tomen en cuenten las inversiones privadas como fuentes innovadoras de recursos financieros para la ayuda oficial al desarrollo. Significa un retroceso en las luchas contra el libre mercado en sectores como la salud, educación que ahora además incluye los “servicios ambientales”.
“Con base en estas reflexiones hacemos un llamado a las organizaciones sociales del mundo a exigir conjuntamente a los gobiernos aliados, entre ellos el G77 y los del ALBA objeten este acuerdo, y tomen acciones para lograr frenar este proceso de negociación, hasta conseguir que se ataquen las causas estructurales y se asuman compromisos concretos que lleven a cambiar el modelo económico neoliberal actual, para construir un modelo nuevo que nos permita un desarrollo justo, en armonía con la naturaleza y la filosofía del Vivir Bien”, invoca el manifiesto de la PBCC.

Economía verde: “Pobres más pobres, ricos más ricos”
La Cumbre de los Pueblos salió el lunes a las calles de Río de Janeiro, adonde llevó algunos de sus reclamos. Por la mañana, grupos de mujeres recorrían el Aterro do Flamengo convocando a todos y todas a sumarse a una marcha contra la mercantilización del cuerpo femenino, de la vida y de la naturaleza. Por la tarde, otros sectores se manifestaron frente a la sede del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) y de Petrobras, para rechazar la política ambiental del gobierno de Dilma Rouseff, proclive a la destrucción de selvas y bosques, entre otras características de la filosofía de la “economía verde”, la cual está lista para consagrarse en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable “Rio+20”, que transcurre en esta ciudad.
La marcha de las mujeres contó con la participación de la Vía Campesina, del Movimiento Sin Tierra, partidos de izquierda y otras 30 organizaciones del planeta. Más de siete mil personas, según sus cálculos, recorrieron las calles de Rio de Janeiro al mediodía del lunes caluroso. Iban escoltados por la Guardia Municipal, por la Policía de Rio, por la Policía Militar y monitoreados por helicópteros de algunas de estas agencias armadas del Estado brasileño. Tantos uniformados iban con su eslogan de mantener el orden, que por momentos parecía que la marcha era de ellos. Patrulleros y motos la encabezaban, con el afán de que el tránsito de vehículos fuera afectado en la menor medida posible. Mientras, las mujeres se desgañitaban en consignas por la defensa de ellas y contra la “economía verde”, que –según los pronósticos- estaría a días de nacer oficialmente en Río+20.
“Mujeres en lucha contra la mercantilización de nuestros cuerpos, de la vida y de la naturaleza”, decía la bandera violeta que encabezaba su movilización. “Somos mujeres, no mercancía”, coreaban entre otros cantos, en sintonía con los carteles coloridos que blandían: “El mundo no es mercancía, las mujeres tampoco”, se leía en portugués. También pedían la articulación de la lucha entre las organizaciones de mujeres, así como con otros sectores sociales del mundo.
María Eugenia Corleto, de Argentina, participaba acompañada de varios compañeros de organizaciones de ese país, como la Agrupación San Martín. “Vinimos a la Marcha Mundial de las Mujeres, en la que hacemos una lucha conjunta contra el patriarcado instalado por el capitalismo, que es el origen común de la explotación de las mujeres y de la naturaleza. Nuestra lucha es contra el machismo, contra el antropocentrismo y el androcentrismo, que juntos generan toda la mercantilización que se hace de la mujer y de la naturaleza. Las mujeres estamos luchando por defender a nuestros propios cuerpos como territorio, para poder decidir sobre nuestros cuerpos, en contra de la violencia contra las mujeres. Estamos sumando a los varones a esta lucha, porque es la única forma de poder combatir esta violencia”, comentó.
En los países de América, miles y miles de mujeres –la cifra es incalculable- son secuestradas por redes de trata de personas y de esclavización sexual. Desaparecidas modernas que –según los pocos indicios restantes- podrían estar presas en cualquier lugar de la Tierra, violadas diariamente por “clientes” del supuesto lupanar. Y en muchas –muchísimas- ocasiones, toda esa violencia pueden encontrarla en sus casas, de la mano de sus parejas.
La protesta liderada por las mujeres concluyó en la avenida Rio Branco, cerca de la estación de metro Carioca. Allí, oradoras de todo el mundo exigieron que finalice de una vez por todas el atropello de los hombres y del sistema capitalista hacia ellas. “Estamos en contra de la economía verde, creemos que mercantiliza la naturaleza, como sucede en Argentina. En bloque con otras organizaciones de América latina estamos elaborando propuestas alternativas, para demostrar que tenemos posibilidad de crear otro mundo”, dijo Corleto.
“Es la primera vez que participo en la Cumbre de los Pueblos. Los primeros días vi una falta de organización bastante importante, pero la gente está con muchas ganas de participar, de venir a dar sus propuestas. Aquí los pueblos se conectan y se nota que la lucha conjunta contra el capitalismo tiene muchas aristas: incluye el trabajo de los campesinos, de los pueblos indígenas, de las mujeres, de grupos invisibilizados hasta ahora”, agregó.
Luego de la concentración y los discursos, las y los participantes de la cumbre vieron la manera de regresar allá para seguir trabajando los documentos que entregarán a los presidentes reunidos en Rio+20. “No sé hasta dónde seremos escuchados, depende de nuestros gobernantes y de la postura de ellos. Pero los rumores son que ya está todo bastante decidido. Entonces habrá que seguir buscando otros espacios alternativos para seguir luchando y seguir sumándonos”, dijo la mujer de la ciudad de La Plata.

Por el mal camino
Los pueblos indígenas tampoco perdieron la oportunidad de reclamar a los oficinistas en su lunes. Junto a organizaciones de defensa del medio ambiente se dirigieron a la sede de las instituciones insignia en la destrucción de sus territorios: BNDES que presta el dinero y Petrobras que mueve las maquinarias para extraer los recursos de donde viven. Antes de partir del Aterro, jóvenes ecologistas montaron una pantomima de funeral de la “Política Nacional de Meio Ambiente”, plasmada en una ley de 1981, la cual quedaría caduca con la entrada en vigencia del Código Forestal, sancionado semanas atrás por el Congreso brasileño con la ayuda de la presidenta Rouseff.
“Hasta ahora el mayor problema que tenemos como indígenas está en la tierra y el territorio, que están atravesando un alto riesgo por aquello que las corporaciones transnacionales llaman ‘economía verde’. Por eso nosotros hacemos aquí presencia, para evitar que se negocie sin consultarnos a los pueblos indígenas. En Bolivia ya tenemos problemas serios en el oriente. El gobierno de Bolivia ya ha negociado la plata del Fondo Verde a través de las Naciones Unidas”, dijo Celso Padilla, presidente del Consejo Continental del Pueblo Guaraní, que reúne a indígenas de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.
“No queremos que se sigan negociando los recursos naturales, porque todo lo que tiene que ver con los recursos naturales está en los territorios indígenas. No queremos que se negocien nuestros conocimientos, nuestra sabiduría. Por eso ahora hemos propuesto marchar hasta la sede del Banco Mundial, porque ahí es donde se negocian todos los derechos de los pueblos indígenas y manejan plata a nombre de los indígenas. Mientras, nosotros desde hace tres días no tenemos qué comer ni donde dormir. Pero estamos aquí más de 5000 indígenas de todo el mundo para decir a los estados que nos respeten”, dijo Padilla, ex presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), cargo con el cual fue uno de los líderes de la Octava Marcha Indígena, el año pasado. Las agresiones policiales sufridas en Chaparina el 25 de septiembre de 2011 lo dejaron varios días en el hospital, para pasar luego una temporada en silla de ruedas.
“No podemos hablar de una ‘economía verde’ cuando la soberanía alimentaria está en crisis, ya que nuestra tierra está sufriendo impactos muy fuertes, contaminación por la explotación de hidrocarburos, por ejemplo, a través de empresas transnacionales. Eso también provoca el cambio climático, el calentamiento global, todas las consecuencias que padecemos los indígenas”, dijo Padilla.
“Hasta el 22 de junio vamos a sacar nuestra conclusión: que se respeten los derechos de los pueblos indígenas, que se respeten los territorios y la naturaleza, porque nosotros somos parte de la naturaleza. Aquí estamos para poder decirle a los estados que los indígenas estamos en emergencia y movilizados”, aseguró el guaraní.
“Hace más de tres meses los estados se han reunido para aprobar el documento oficial de Rio+20, el cual no conocemos nosotros, pero sabemos que todos los derechos de los pueblos indígenas no están tomados en cuenta. Lo que importa a los estados es el capitalismo, imponer lo que significa la economía verde: hacer a los pobres más pobres, a los ricos más ricos. Y entonces acabar con la vida de los indígenas”, exclamó Padilla.
“Ahora hemos visto que a los estados no les interesan los pueblos indígenas. Les interesa la riqueza, por eso no hay presencia de los estados aquí (en la Cúpula dos Povos). Ellos se han reunido en otro evento, que según ellos es oficial, entonces esto que hacemos nosotros no es oficial. Eso es discriminación, es racismo y creo que es ir por el mal camino”, dijo el presidente de la Continental Guaraní. Y comentó cuáles son las propuestas traídas por su pueblo.
“Nuestro primer objetivo es hacer una alianza estratégica con todos los indígenas del mundo, ser una sola fuerza, estar unidos y organizados para defender y hacer respetar los derechos de los pueblos indígenas y nuestros territorios. Además, queremos tener participación en cada uno de los estados donde estamos. Queremos que nos respeten cuando elaboren leyes, que ya no estén en contra de los indígenas. Queremos participar, queremos Consulta antes de que se haga cualquier actividad en el territorio”, agregó.
Padilla también está en las filas de la Novena Marcha Indígena Originaria, la cual lo comisionó junto a otros integrantes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) para denunciar internacionalmente la destrucción de los territorios promovida por el gobierno de Evo Morales, vocación manifestada en los casos de la carretera por dentro del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) que él quiere hacer construir, así como la explotación de hidrocarburos en el parque Aguaragüe.
La Cúpula dos Povos se reúne en cinco plenarias. La 1 es sobre Derechos por Justica Social y Ambiental, la 2 sobre la Defensa de los Bienes Comunes contra la Mercantilización, la 4 sobre Energía e Industrias Extractivas, la 5 se llama “Trabajo: Por otra Economía y nuevos Paradigmas de Sociedad”. Además de estos espacios, en decenas de carpas se realizan eventos autogestionados. Este lunes realizó uno el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), sobre Desarrollo Rural y “economía verde”. En ella presentaron la Propuesta Ecológica de Producción elaborada junto a comunidades de Bolivia, con el objetivo de mejorar la productividad y enfrentar al cambio climático.
Ricardo Rojas, de la Unidad de Acción Política de CIPCA, ofreció sus impresiones de la Cumbre de los Pueblos. “Me parece que hemos caído en una retórica, estamos hablando mucho de ‘no a la economía verde’, lo cual está bien. En la mayoría de las mesas se propone un cambio de paradigma sobre la base de la cosmovisión de los pueblos. Pero el problema es cómo hacerlo: ya deberíamos dejar de hablar de lo mismo para empezar a encontrar mecanismos y buscar herramientas que ayuden a hacer ese cambio”, consideró.
“Desde la Conferencia de Rio en 1992 hasta ahora noto que han avanzado las organizaciones sociales. Han ganado un discurso político, una capacidad técnica de elaboración de propuestas, pero también noto que la sociedad civil se está quedando mucho en los discursos”, evaluó Rojas.
En estas horas, en México están reunidos los presidentes del G-20 para ver cómo apagar el fuego de la crisis global, que afecta sobre todo a países de Europa. Los líderes del orbe aún no saben si a las llamas echarán agua, petróleo o agrocombustibles. Lo más esperable es que lleguen el 22 de junio a Rio para imponer su decisión al resto de los países de la ONU. “Esperemos que la Cumbre de los Pueblos con su documento final pueda influir realmente en Rio+20. Y no que solo se pongan algunas palabras de maquillaje en el documento que elaboren ellos –reflexionó Rojas-. Pero ya sabemos que el G-20 tiene mucho más poder que el G-77 más China incluida. Esperemos pues…”.

Otro sistema es posible
La comisión enviada a Río de Janeiro por la IX Marcha Indígena Originaria comenzó a ver lo que siembra desde hace días: su versión sobre lo que realmente pasa en el TIPNIS. Se trata de desarmar el discurso falso armado por el gobierno de Evo Morales a nivel nacional e internacional. En el parque donde se realiza la Cumbre de los Pueblos andaban algunos activistas del gobierno de Evo Morales, regalaba a la concurrencia posters del presidente de Bolivia y de las Seis Federaciones de cocaleros del Trópico de Cochabamba, además repartían folletos a favor de la consulta en el TIPNIS para la construcción de una carretera.
“Un señora que no conocemos se les acercó y les gritó: ‘Ustedes son del gobierno, ustedes son los que están persiguiendo a los activistas que defienden los derechos de los pueblos indígenas en Bolivia’, en referencia a Nina Mancilla y Henry Segarrundo, jóvenes anarquistas presos por su vinculación a atentados con explosivos en cajeros automáticos de la ciudad de La Paz. “Se demostró que hay mucha gente que entiende la posición de nosotros. Es duro de hacer entender a muchos, pero también estamos avanzando muchísimo”, dijo Adolfo Moye, ex presidente de la Subcentral TIPNIS e integrante de la comitiva.
“La señora rápidamente les acusó, les dijo que el gobierno es quien quiere destruir a los territorios indígenas. Y que no es así como los del gobierno manifiestan, que ellos son ‘los defensores de los pueblos indígenas’. Realmente mucha gente entiende la situación nuestra y nos están respaldando muchísimo”, evaluó el líder del pueblo Mojeño. “Nuestra actividad acá en Rio es netamente esa: informar, aclarar y continuar informando en los espacios que podamos”, agregó.
El gobierno de Morales “invirtió” millones de dólares del pueblo boliviano para montar una campaña global contra los indígenas disconformes con la construcción de una carretera que destruiría sus casas, sus modos de vida, sus culturas, su ser indígena. “Hay muchas dudas que debemos aclarar. Dudas que el gobierno ha generado a través de campañas mediáticas, desprestigiando nuestra defensa. Este es el momento oportuno para aclarar, tenemos que aprovechar estos espacios que nos da la Cumbre de los Pueblos. Lo importante es que ahora la gente sabe bien que nuestra lucha es legal. No es como dice el gobierno, que queremos desestabilizarlo. Aquí le explicamos a la gente nuestra posición, que estamos decididos a continuar defendiendo el TIPNIS, así sea como sea” dijo Moye.
A pocos días de iniciada la Cumbre de los Pueblos sobre Río+20, se empezó a notar en el ambiente que el presidente Evo Morales –aunque no lo sepa- tiene un problema con los movimientos sociales del mundo. Y con los pueblos indígenas, los mismos que pomposamente y con mucho respeto hace algunos años lo había nombrado “Presidente de los Pueblos Indígenas del Abya Yala”, quienes no se esperaban tanta decepción, luego de escuchar a los habitantes del TIPNIS, quienes informan sobre su lucha por la supervivencia en un Estado Plurinacional. “El presidente Morales quedó bastante desacreditado. Lo notamos también ayer, cuando realizamos una marcha para terminar en una protesta frente al BNDES (Banco Nacional de Desarrollo), que financia megaproyectos, igual que en nuestro caso del TIPNIS. Hemos protestado y vamos a seguir participando de movilizaciones por la defensa de nuestros derechos”, contó Moye.
En la tarde de ayer, algunas organizaciones sociales prepararon un conversatorio entre indígenas y periodistas en un edificio de la avenida Rio Branco, en pleno centro de la urbe carioca. Participaron integrantes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), cuando aún no había ocurrido el muy lamentable accidente en Yungas que se llevó la vida de dos marchistas: Otilia Cuñay y Alejandro Cayuba. Desde que llegó esta noticia, la comisión quedó profundamente entristecida. Todos conocían a la hermana y al hermano del pueblo Chimán fallecidos.

“El Futuro que queremos”, dicen los presidentes
En la tarde de hoy, más de 50 mil personas de todo el mundo marcharon por las calles de Rio de Janeiro para manifestarse con la reunión oficial de presidentes en Rio+20. “Quienes están reunidos allá no nos representan a nosotros”, coreaban las y los marchistas en portugués. Organizaciones de trabajadores, campesinos, indígenas, feministas y partidos de izquierda, en otro incontable número, bailaron y cantaron por las calles en contra de la “economía verde”. Muchos disfrazados con humor parodiaban a la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, por ejemplo, con una enorme motosierra, en alusión al nuevo Código Forestal impulsado por ella y que da menos posibilidades de sobrevida a los árboles de la Amazonia. Finalmente, se dispersaron pacíficamente para mañana continuar con los debates en el Aterro do Flamengo, donde transcurre la Cumbre de los Pueblos.
En ese ámbito, la secretaria técnica de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, María Teresa Hosse, leyó a periodistas de varios países el posicionamiento elaborado por las organizaciones de la sociedad civil e indígenas que integran la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático en rechazo a la “economía verde” que en Rio+20 están a un trazo de tinta de consagrar los jefes de múltiples estados.
“Este posicionamiento fue elaborado junto al CONAMAQ, la CIDOB y también la Asociación Nacional de Regantes y Sistemas Comunitarios de Agua Potable (ANARESCAPYS), además de ONG tanto nacionales como internacionales, más algunos colectivos urbanos –comentó Hosse-. Hemos hecho un proceso en Bolivia de varios talleres, donde hemos analizado modelos de desarrollo, también la ‘economía verde’. Y después de estos talleres hemos llegado a una declaración”, que se puede leer y bajar como PDF enhttp://www.cambioclimatico.org.bo/derechosmt/052012/100512.pdf.
“La sociedad civil boliviana, los pueblos indígenas, CONAMAQ y CIDOB estamos entre los movimientos sociales bolivianos críticos al gobierno. Hemos tratado de incidir en los negociadores de Bolivia, quienes nos han dicho que estaban incluyendo las propuestas de las organizaciones, que habían trabajado en el G-77 más China tratando de incidir con la propuesta de la Madre Tierra. Eso ya lo han sacado del documento de Rio, no está, prácticamente no ha entrado”, comentó la secretaria técnica de la Plataforma.
“Hemos visto que el gobierno ha ido cambiando de tendencia desde su participación en Cancún, en la COP 16, donde sí se quedo solo. Después, en Durban (COP 17) ya no quedó solo porque se adhirió a la mayoría. Ahora el gobierno está tratando de hacer que coincida su proceso de gestión interno boliviano con su discurso a nivel internacional, entonces está flexibilizando su posición a nivel internacional. Por eso nosotros, como sociedad civil, poco estamos pudiendo incidir en esto, porque las organizaciones están divididas. Antes se actuaba como Pacto de Unidad, que eran cinco organizaciones muy fuertes, con las que se podía incidir con el gobierno, pero ahora están separadas. Por un lado tenemos a los dos, a CONAMAQ y a CIDOB, fuertemente críticas a este proceso del gobierno. Y están las otras tres organizaciones, que son los campesinos, los interculturales y la organización de mujeres, que están, en sí, cooptadas ahora por el gobierno”, dijo Hosse.
“Ahora es más difícil hacer este trabajo de incidencia. Justamente la marcha del TIPNIS está impulsada tanto por CONAMAQ como por CIDOB, en defensa de los derechos indígenas. Ahora el gobierno sí ha aprobado la ley de Madre Tierra, que fue todo un trabajo colectivo permanente. Pero en este último mes, el gobierno ha cambiado la propuesta de las organizaciones, que ya estaba consensuada con la Asamblea Legislativa Plurinacional. Lo que era una ley marco de Madre Tierra ahora la han convertido en ‘ley de Madre Tierra y Desarrollo Integral’, que ya no es mismo que ‘ley marco de Madre Tierra’. Con la ley marco se daba línea para ir hacia otro modelo de desarrollo, el del Vivir Bien, con otra lógica, pero ahora ya no se tiene esto: se pone directamente ‘más desarrolla integral’. Vamos a ver cómo hacer que las políticas internas de Bolivia puedan cambiarse, mientras tanto en este espacio intentamos lograr alianzas con las redes, para promocionar que sí hay otro modelo de desarrollo, que está vigente y es el que siempre han tenido las comunidades. De ahí nosotros tenemos que aprender mucho”, evaluó la secretaria técnica.
“La idea es tener acercamientos, para no quedarnos con que nos hemos reunido y hasta ahí. Debemos activarnos como sociedad civil, porque en gobiernos como Bolivia, Perú, Ecuador, se suponía que habían cambiado. Algunos hasta tienen nueva Constitución, pero igual avalan al modelo neoliberal. Y a nosotros, como sociedad civil, nos toca enderezar estos procesos. Sabemos que es una lucha inmensa, pero tenemos que hacerlo”, dijo Hosse.
El encuentro de periodistas con indígenas fue organizado por el Centro de Estudios Aplicados a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CEADESC), de Bolivia, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) y la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI). Allí presentaron casos de los comisionados del TIPNIS, también participaron dirigentes del CONAMAQ como Fidel Condori Mita; contaron sobre su situación el Movimiento de Afectados por Represas, de Brasil, y defensores de los bosques y selvas del Acre, donde vivió y murió Chico Mendes.

Noticias desde Rio+20
Jorge Cortés, director del CEADESC, dijo que con este encuentro se procuró “promover el diálogo entre pueblos indígenas y periodistas y medios, con el objetivo de dar voz a los pueblos indígenas, informar a los medios y educarlos para que puedan difundir mejor las propuestas y el trabajo de las organizaciones indígenas del continente”, dijo.
“Una conclusión del taller es que existe una gran distancia entre los actos políticos y los discursos políticos que han mantenido los estados desde Eco Rio 92. Han pasado 20 años, en los que se debería haber avanzado en la implementación de esos tratados y convenciones internacionales suscritos en 1992. Hubo 3 grandes tratados: la Convención sobre Biodiversidad Biológica (CBD), la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), que dio origen al Protocolo de Kyoto, el cual también se ha incumplido”, agregó.
“El gobierno del presidente Morales ha continuado con el rezago que venía de gobiernos anteriores. Son políticas de Estado que están mal implementadas, están fallando y la administración de Morales no es una excepción, es un poco natural que esto ocurra en el marco de estructuras bastante endebles, de instituciones precarias, con mucha inestabilidad”, comentó Cortés.
“Ya tenemos el primer adelanto del borrador cero ‘El Futuro que queremos’, que ya está concertado entre los países de la ONU. La buena noticia es que la CAOI y la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) han logrado incluir en el texto el reconocimiento a los pueblos indígenas. También se ha reconocido el derecho de la Madre Tierra y a vivir en armonía con la Madre Naturaleza. Podemos decir que la primera meta se ha cumplido, aunque es verdad que son dos párrafos entre casi 300 que tienen que ver con otros temas, muchos de los cuales son sobre ‘economía verde’. Pero se han sentado bases para que los derechos de los pueblos indígenas formen parte del desarrollo sustentable de aquí en adelante”, aseguró Cortés.
Para el director del CEADESC, así se abre la posibilidad de que los pueblos indígenas avancen en la recuperación del respeto a sus culturas y modos de vida. “Ahora tienen un desafío enorme para acordar con los gobiernos políticas especiales y el recupero de su propia institucionalidad, que sean reconocidas las propias instituciones de los pueblos indígenas, para que puedan administrar los programas de desarrollo sustentable” firmados por los presidentes.

Gustavo Saavedra

Fuente: http://grupoapoyo.org/basn/node/17766?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+BASN+%28Bolivia+Action+Solidarity+Network%29