Menores de distintos colegios de la localidad dieron vida a Weche Trayiñ Pehuenche. El proyecto ha tenido una muy buena recepción en las comunidades. Incluso, Unesco les entregó $ 20 millones para la adquisición de implementos y la grabación de un disco.

El sonido de las trutrukas mezcladas con distintos acordes de guitarras y otros instrumentos va dando forma a cada una de las piezas musicales que interpreta la orquesta Weche Trayiñ Pehuenche, en Alto Biobío.

La agrupación, que comenzó a gestarse a comienzos de este año, aglutina diferentes niños indígenas, provenientes de las cuatro escuelas y un liceo de la comuna. Ocho menores ensayan varias horas al día para poder armar una rutina y plasmarla en distintos escenarios locales.

"Nuestro objetivo es rescatar canciones tradicionales. Es una importante forma de mantener vigente nuestra lengua originaria. Por medio del canto, los chicos van aprendiendo más de la cultura y con la danza se mantienen motivados a participar", explica Luis Purrán Treca, asesor musical del grupo, cuyo significado en español quiere decir "renacimiento del pehuenche a través del canto".

Agrega que han ido creciendo rápidamente y esperan que durante el próximo año más estudiantes se sumen a la iniciativa.

El proyecto ha tenido una muy buena recepción en las comunidades. Incluso, Unesco les entregó $ 20 millones para la adquisición de implementos y la grabación de un disco y un video karaoke. La particularidad del registro es que está interpretado en tres idiomas: el chedungún, el español y el inglés.

Los creadores aseguran que su idea es inmortalizar las canciones para que las futuras generaciones se impregnen y conozcan las raíces de su pueblo. Para ello, se entrega una copia gratuita a los distintos establecimientos de la localidad.

A sus 13 años, Francisca Llanquileo toca el cultrún y la wada. "Es entretenido y a mí me interesa saber más de mi cultura. Participar activamente ha sido muy interesante, porque aprendemos a valorar nuestras tradiciones", comenta. Victoria Gutiérrez, otra participante del grupo, dice: "Ha sido muy positivo, porque aprendemos más de la lengua, los bailes y las tradiciones. Los jóvenes muchas veces no se interesan en estos temas".

Uno de los más complacidos es el tenor pehuenche Miguel Angel Pellao, quien lleva cinco años radicado en Italia. El compartió sus anécdotas y conocimientos con los miembros de la orquesta. "Formar Trayiñ Pehuenche ha sido una de las mejores iniciativas que se pueden tomar, porque la cultura es lo que lleva adelante a un pueblo. Yo estaré encantado de ser un embajador para generar y promover contactos en Europa para mi gente", asevera.

Los alumnos siguen practicando con miras a su próximo desafío: el Festival de Alto Biobío, que se desarrollará en el verano y donde compartirán con artistas nacionales.