“Pareciera contradictorio, pero nosotros buscamos oxigenación para seguir luchando. Nos alimentamos de nehuen, de fuerza. Nos gusta mucho que la gente - y no sólo los mapuche - se movilice. Además, uno no es imprescindible. La moral es fuerte y la consecuencia importa harto. Nos da mucha fuerza saber que nuestra gente nos reivindica como sus presos, como sus weichafe. Lo que no nos gusta es el inmovilismo, la falta de conciencia".
“Buscamos el fin de los procesamientos por ley antiterrorista, y dos huelguistas han salido libres desde el inicio de la huelga. Los jueces y el poder político se sienten presionados. Si no pasara nada, el poder no se enteraría de nada… Pueden tener mil presos en el país, y nada. Pero con la huelga de hambre, hay un efecto nacional e internacional . Estamos logrando algo, en el juicio esperamos tener más logros. Se van a desvirtuar las acusaciones. Va a quedar claro que sólo hay montajes, y la gente va a salir mejor parada, vamos a lograr libertad al máximo. Cuántas libertades logremos, dependerá de nuestra fuerza. Pero no vamos más todos a la prisión.” Lucía Sepúlveda Ruiz, Argenpressescrito por Rómulo Pardo Silva