Así lo manifestó Marta Lipiante, presidenta de la comunidad Newen-che, quien denunció que no han visto mejoras, pese a los anuncios realizados para mejorar la conectividad en los sectores rurales de la zona precordillerana de Panguipulli, por lo que emplazó duramente a la autoridad comunal.

Según la presidenta de la comunidad mapuche, la situación también ha afectado en la entrega de concentrados dispuestos por la Seremi de Agricultura, tras decretarse emergencia agrícola en la región, esto debido a que los repartidores no pueden acceder a las localidades de Mili Mili, Los Helechos, El Seco, Pimentón, Purén Alto y Chepica por los problemas viales.
En la ocasión, la autoridad ancestral indicó que las cenizas del Volcán Calbuco agravaron la calidad de vida de la zona, tras quedar en evidencia las solicitudes realizadas hace un año, en donde asegura el alcalde comprometió cambiar a la directora del Centro de Salud Familiar de Coñaripe, ya que actualmente sólo cuentan con un médico para atender a 8.222 usuarios del sistema de salud, indicando que la población necesita al menos tres médicos, teniendo en cuenta la actividad de los volcanes, y en donde las emergencias deben ser derivadas a Temuco.

El volcán Villarrica o Rucapillán en la cosmovisión mapuche
El pueblo mapuche, del cual hasta hoy varias comunidades habitan en las inmediaciones del cono, consideraba al Ruka Pillañ ("casa del pillán"), tal como indica el nombre, morada de un pillán, espíritu mayor de su panteón ya que, las entrañas y calderas del Villarrica son regidas por un espíritu principal de la naturaleza, un ngen, el cual es tutelar y propietario del volcán. Este tipo de ngen es también conocido como ngen-winkul o espíritu de los volcanes y cerros. Junto a esta presencia tutelar, en el Villarríca habitaría una corte de pillanes, espíritus menores en relación al ngen, pero sumamente poderosos.
Según los testimonios recogidos por la antropología, el Villarrica y los espíritus que lo habitan ocupan un lugar muy determinado en la cosmovisión mapuche. Su simbolismo es claro: está asociado a lo bueno, en oposición al volcán Llaima, que es considerado el volcán asociado al mal". Mientras el propicio Rucapillán inspira sueños benéficos y "buen tiempo", el Llaima transmite a los durmientes malos augurios. El Villarrica se relaciona simbólicamente un grupo de otros elementos afiliados a lo positivo; los colores violeta y verde, la Luna, las estrellas en general (que excluyen al negativo cherufe o aerolito), el Sur y el Oriente

Publicado por Patricia Acuña | La Información es de Gloria Fuentes
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